La debida desobediencia
El guión cinematográfico y su relación con la literatura y la realidad.
¿Por qué considerar un texto literario como sagrado? El guión cinematográfico, es quizás el único lugar donde la traición puede considerarse como un acto de libertad creativa. Ser irreverente, no someterse al original para penetrar sin ataduras en el universo de las imágenes, nos propone José Pablo Feinmann, escritor, filósofo, guionista, traidor.
El mal camino del amor
No será inadecuado, supongo, iniciar el tratamiento de un tema tan arduo como el de la relación del guión cinematográfico con la literatura y con la llamada realidad a partir de una experiencia personal.
Hacia fines de 1981 tuve que participar, junto al director Adolfo Aristarain, en la adaptación cinematográfica de mi novela Ultimos días de la víctima(1). El peor camino que puede emprender un autor en la adaptación de un texto es "enamorarse" del texto y convertirse en el celoso guardián de su pureza.
Sin embargo, esto es lo que suele ocurrir con casi todos los autores, razón por la cual terminan quejándose agriamente acerca de los resultados cinematográficos de sus novelas. No existe, casi, autor que no se sienta traicionado. ¿Por qué?
Adaptador = traidor
Ocurre que una "adaptación", para ser buena, tiene necesariamente que "traicionar" a su origen, a su punto de partida, es decir al texto literario. Si, claro, entendemos por "traición" no someterse a ese texto, ser irreverente con él, tomarlo como disparador, no como dogma insuperable.
Quizá, para ser más exactos con el vocabulario, deberíamos decir que una adaptación tiene que ser desobediente con el texto original, ya que la obediencia implica, siempre, un límite sofocante a la creatividad de quienes deben escribir un guión a partir de una novela, de quienes deben escribir un texto que convoque imágenes, que esté al servicio de las imágenes, a partir de un texto que remite a sí mismo, al universo de la lengua escrita.
Olvidar el texto sagrado
Lo aconsejable, en suma, para adaptar una novela al cine es olvidarse de la novela. Olvidarla, al menos, como texto sagrado, como entidad intocable de perpetua referencia.
No hay que guionar con la novela sobre el escritorio, por decirlo así. Hay que abrirse a una experiencia nueva, que participará del mundo de la imagen, que deberá crear nuevas situaciones y, por consiguiente, nuevos diálogos y hasta nuevos personajes.
La realidad no existe
El otro aspecto es el de la relación del guionista con la realidad ¿Cómo encarar nuestro trabajo cuando partimos de un personaje real? La voluntad y la pasión ficcional deben primar ante todo.
Así como en la adaptación de una novela no es aconsejable someterse al texto, en la adaptación de un tema real no es aconsejable someterse a lo fáctico, a lo ya dado.
Por otra parte, la realidad es siempre conjetural. Nadie ve la realidad. La realidad, digamos, no existe. Lo que existe son versiones de la realidad. Es imposible una mirada objetiva, absolutamente inocente, consagrada a mirar con objetividad el mundo real. Toda mirada responde a una subjetividad laboriosamente constituida.
Si, entonces, aceptamos esta primacía inevitable de la subjetividad interpretativa, aceptaremos también que sólo es posible relacionarse con lo real por medio de su ficcionalización.
Construcción de un personaje de novela
Desde 1987 a 1990 (con interrupciones, claro) elaboramos con Nicolás Sarquis y Roberto Scheuer el guión de Facundo, la sombra del tigre(2) ¿Qué Facundo sería el nuestro? ¿El de Sarmiento, el de Borges, el de David Peña, el de los historiadores revisionistas? Ninguno, o todos. Sería un Facundo entregado a una situación límite: la de su viaje a Barranca Yaco. Su viaje a la muerte. No el Facundo brioso y levantisco de tantas y tantas crónicas, sino un Facundo crepuscular, que marcha reflexivamente a su cita final.
Nos planteamos el siguiente problema: ¿cómo habría de hablar Facundo en nuestro guión? Nos dijimos: ¿alguien sabe cómo hablaba Facundo en realidad? ¿Alguien ha oído hablar a Facundo? Decidimos que no, que nadie. Facundo, por lo tanto, hablaría como la estética de nuestro guión habría de exigirlo. No un crispado y esdrújulo riojano, sino un lenguaje, ante todo, claro y alejado de pintoresquismos. No queríamos un gaucho malo. Queríamos un personaje trágico.
La buena senda de la desobediencia
Una de mis experiencias con un personaje real se plasmó en el guión Robledo, la compulsión de matar, basado en la carrera criminal del célebre asesino serial Eduardo Robledo Puch.
No me interesaron algunas propuestas iniciales para visitar al personaje real en la cárcel y, así, documentarme. Me bastó con un reportaje que le hizo Jesús Quinteros en El Perro Verde(3) y con la cronología de los hechos. El resto fue ficción.
Hay una anécdota muy útil: cuando filmaron Maratón de la muerte(4) Dustin Hoffman le confesó a Laurence Olivier que, para interpretar el rol de Perdidos en la noche(5), había convivido durante semanas con vagabundos y drogadictos. "Por qué?". "Para conocerlos bien", responde Hoffman, "para documentarme, para conocer cómo eran en realidad". Olivier le respondió: "por qué no actuó?".
Cuando le fueron a preguntar a Robledo Puch si le interesaba conocer a los guionistas del film que trataría sobre él, respondió: "¿Para qué? Si igual van a poner lo que se les antoje."
Es cierto: puse lo que se me antojó. Cualquier otra actitud hubiera limitado la libertad creativa de todo guionista ante la realidad, que no puede ser otra que la desobediencia.
Notas:
(1)ULTIMOS DIAS DE LA VICTIMA: film argentino 1982
Dirección: Adolfo Aristarain
Guión: Adolfo Aristarain, José Pablo Feinmann, según la novela de J.P. Feinmann
Elenco: Federico Luppi, Soledad Silveyra, Ulises Dumont, Julio De Grazia, Arturo Maly, etc.
Fotogafía: Horacio Maira
Música: Emilio Kauderer
Un asesino a sueldo se interioriza demasiado de la vida del hombre que debe matar y termina atrapado por la propia víctima.
(2)FACUNDO, LA SOMBRA DEL TIGRE: film argentino producido entre 1992 y 1994.
Dirección: Nicolás Sarquis
Guión: Nicolás Sarquis, José Pablo Feinmann, Roberto Scheuer
Elenco: Lito Cruz, Norma Aleandro, Dora Baret, Victor Manso, Claudio García Satur, etc.
Fotografía: José Trela
Música: Martin Bianchedi
En 1834 el caudillo riojano Facundo Quiroga emprende enfermo el viaje hacia el norte, donde se desencadena el conflicto entre Salta y Tucumán. A su regreso es asesinado.
(3)EL PERRO VERDE: programa periodístico producido por la Televisión española.
(5)MIDNIGHT COWBOY film norteamericano, 1969
Género: drama
Dirección: John Schlesinger
Guión. Waldo Salt
Vestuario: Anne Roth
Elenco: Jon Voigt, Dustin Hoffman, Silvya Miles
Una adaptación de la novela de James Leo Herlihy, ganó el Oscar al mejor guión, mejor película, mejor director.
(4)MARATHON MAN film norteamericano 1976
Género: espías/thriller
Dirección: John Schlesinger
Cámara y Fotografía: Conrad Hall
Elenco: Dustin Hoffman, Laurence Olivier y Roy Sheider
Una adaptación de la novela homónima de W. Goldman sobre ladrones nazis en Nueva York. Solitario estudiante judío escapándose de los nazis.
Algunos films que son adaptaciones de novelas:
La naranja mecánica de Antony Burgess, por S. Kubrick
Festin desnudo de W. Burrougs, por D. Cronenberg
Solaris de Stanislaw Lem, por A. Tarkowsky
Frankenstein de M. Shelley, por James Wale (el primero)
hasta la versión de F.F. Coppola y K. Branagh.
El cielo protector de Paul Bouwles, por B. Bertolucci
A sangre fría de Truman Capote, por Richard Brooks
Moby Dick de Herman Melville por John Huston, con adaptación de Ray Bradbury
Drácula de Bram Stocker, por Todd Browning, F. Murnau, W. Herzog y F.F. Coppola.
Rosaura a las diez de M. Denevi, por M. Sofficci
La Tregua, de M. Benedetti, por S. Renán.
Los 7 locos/ Los lanzallamas de R. Arlt por L.Torre Nilsson
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