domingo, 30 de marzo de 2008

El logos de Cristina F. (Por José Pablo Feinmann)




Las polémicas son sanas hasta cierto punto. Después, llega un momento en que uno se dice: “Ya no vale la pena: ni yo lo voy a cambiar ni a modificar en algo a fulan@ ni él (ella) me va a modificar a mí”. Luego de cruzarnos un par de veces en los setenta (cuando los dos éramos militantes en algún grupo del peronismo o cercano a él), luego de haber sido jurados en un concurso de cuentos sobre derechos humanos a comienzos del ’84, luego de haber participado en un congreso en Maryland sobre la recuperación de la democracia y de haber ido a escuchar buen jazz en Georgetown, luego de haber tenido una conversación en la confitería La Opera en 1989, luego de que me invitara y yo gustosamente fuera a un aniversario de Punto de Vista en 1998, y también: luego de haber compartido muchas cosas, mi alejamiento con Beatriz Sarlo fue cada vez mayor. Mis diferencias no provienen de sus modalidades personales: a mí me gusta cómo es Beatriz, ese tono medio rioba que tiene, su humor, su erudición, su inteligencia. Recuerdo una noche –creo que del ’94– en que Alfaguara presentó los cuentos completos de Cortázar en el ICI, tocó el piano Gandini y, no bien se fue, me atreví y toqué yo. Recuerdo a Filippeli que, hacia el final, me pidió: “Tocá ‘El hombre que amo’, José”. Y hasta recuerdo que me sorprendió que me pidiera justo la canción de Gershwin que más me gusta y que mejor solía tocar. Pero: la cosa es ya difícil, porque todo eso quedó atrás. Aclaro: esto no es una polémica. Sólo quiero decir, antes de marcar mis duras diferencias con un artículo que publicó en La Nación, todo lo que nos unió, los lugares similares de los que venimos, y que, en rigor, debiéramos poder dialogar y hasta ser medio amigos. Pero Beatriz se ha ido tan lejos, se ha llenado de tantos odios, se ha ido tan a la derecha y a sus medios, que son poderosos, que sólo falta que se aparezca en Rosario junto a Vargas Llosa. Ella, que insistía desde Punto de Vista en definirse constantemente como “una intelectual de izquierda”, ya no es sólo un cuadro intelectual de la derecha, ya es un cuadro de la oligarquía, una militante agraria. O lo fue la noche en que se entremezcló con las señoras de las exquisitas cacerolas, las cacerolas VIP, para aconsejarlas.


La cosa es que en un artículo del 27 de marzo, como columnista de La Nación, escribió que los cacerolistas del campo fueron agredidos por el peronismo. Es una pena que una mujer de la inteligencia de Sarlo se encrespe tanto, se enfurezca con el peronismo y se convierta en una antiperonista, camino del que no se retorna, porque el antiperonismo es el atajo más efectivo para terminar en la derecha, rodeado por lo más reaccionario del país. Si leyera el Suplemento sobre peronismo que publico en este diario –posiblemente lo lea– vería cómo un tipo que fue peronista puede hoy no serlo pero sin pasarse al bando gorila. Se puede ser un peronista desgarrado, con montones de ilusiones rotas encima, con pocas ilusiones nuevas, pero no un gorila: eso creo ser yo. (Aunque para muchos peronistas sea un gorila, así es este país. Hay un libro que se llama: Manual del antiperonismo ilustrado. Ese, entre otros, sería yo. El tipo me llena de insultos. Algunos son muy ingeniosos.) Un peronista que poco cree en Perón pero no niega que eso que llama “la gran novela del peronismo” es mucho más que él y que vale la pena narrarla, de tanta pasión, de tanta tragedia que hay ahí. Pero gorila, y desde los medios del antiperonismo tradicional, desde los medios del poder agrícola, desde los medios de las grandes corporaciones, no, nunca. Es difícil, pero es posible. Sé que me dicen “kirchnerista” y Kirchner sabe que no lo soy, y eso a veces le da una bronca considerable y a veces, creo, me tiene estima. (Si es que tiene tiempo para pensar en mí.) Pero vamos al texto de Sarlo: Se presenta como una veterana de las manifestaciones, cosa que es. Sarlo ha sido, desde las movilizaciones revolucionarias de los setenta hasta los cacerolazos VIP de hoy, una experta en movilizaciones. Al serlo, está capacitada para orientar a estos nuevos, iracundos, representantes del descontento social. Le dice, entonces, “a una señora que caminaba con su cacerola y con su hija de seis o siete años” que se vaya porque “van a empezar las piñas”. “La señora quedó estupefacta.” ¿Cómo, nos van a pegar a nosotros? Y sí, señora, habría que decirle, pues Sarlo no parece habérselo dicho, eso puede pasar en una manifestación. Usted, ante todo, no tendría que haber traído a su hija de “seis o siete años” porque en cualquier momento se aparecen unos negros peronistas y les rompen la jeta a usted y a su hijita. ¿O no se lo han dicho? Estos gronchos, querida, son capaces de todo. Por ahí, la volvés a encontrar dentro de cinco años laburando de prostituta en una villa.


Sarlo sabe de lo que habla. Yo también respeté excesivamente (es decir, les tuve miedo) a las patotas de la Juventud Sindical y del CdeO en los setenta, que eran durísimas, que ejercían el peor matonaje. Los peronistas vienen de abajo. Si el peronismo nunca “se porta bien” es porque representa, desde Perón y Eva, a la negritud de este país, a los cabecitas, a los grasitas, a los que les armó sindicatos, y esta gente, vea, tiene malos modales: si, por ejemplo, ven a una señora, con una nena, golpeando una cacerola Marmicoc con un cucharón de bronce se van a enfurecer. Seguro que le afanan la cacerola Marmicoc y, ya se sabe, a la nena también. Pero Sarlo debió haberle dicho a la señora que había unos cuantos neonazis en la manifestación. Y que esos fuertes chicos de Belgrano y Recoleta acaso pondrían en su lugar a los negros de la provocación. A quienes Sarlo enfrentó y les dijo en la cara: “Esto es una provocación”. Ahora, ¿lo otro no es una provocación? Cortar las rutas, cuando las cortan los agraristas, no es una provocación. Pero no: no pienso ir por aquí. Sigamos: Sarlo encuentra a otra señora (o la inventa, un recurso literario válido) y le hace decir que Cristina F. no fue “una dirigente política en su juventud”. (¿Alguna prueba de esto, Sarlo, o sólo el valiente testimonio agro-gorila de la señora?) “Porque”, sigue la señora que cita Sarlo, “a los de la JP había que ganarles una discusión”. Ya lo creo, señora: y tanto, que, en lugar de discutir, porque sabían que perdían, al final los mataron a todos, a los clandestinos, a los de superficie, a los hermanos, a los primos, a los que alfabetizaban en las villas, a los que pintaban casas de pobres, a los obreros de las comisiones internas, se les quedaron con los hijos, etc. Todo por no poder discutir con ellos. En cambio, Cristina F. sobrevivió. ¿Saben por qué? La señora agro-gorila (que habla por medio de la pluma de Sarlo) tiene la respuesta: “porque esta mujer nunca le ganó a nadie una discusión mano a mano”. ¡Claro! Por eso los militares la dejaron viva.


Me apena, Beatriz, y me da bronca también que tu gorilismo haga de mí forzosamente un peronista. Porque ya no quiero serlo. Me gustaría ir más allá. Avanzar, pero sobre esa base, eh. No negándola neuróticamente. En la Argentina, un partido de centroizquierda (que es lo más que podríamos lograr, y no la reforma agraria como piden los eternos despistados) no debiera desconocer algunas cosas que el peronismo hizo, y debiera abominar de otras: del Perón que puso a Villar (asesino educado por los paras franceses, formado para la tortura en la Escuela de las Américas, el que rompió con una tanqueta las puertas del PJ en donde eran velados los muertos de la masacre de Trelew) en la Jefatura de Policía, del Perón que pidió que ficharan a la periodista Ana Guzzeti porque le había hecho una pregunta incómoda ¡en una conferencia de prensa! (¿Ves? Será por eso que K no las hacía. A ver si le surgía el Perón que todos llevan dentro y pedía que lo ficharan a Morales Solá.) Pero eso es lo que me molesta de los gorilas: son tan cerradamente antiperonistas, tan intolerables en su odio de clase o en la negación de su pasado, que la creatividad se les torna imposible. (Sarlo ha dicho que reniega de todo lo que escribió antes de 1980, creo que ésa era la fecha, cito de memoria, ¿cómo es posible eso, cómo es posible cercenarse así? ¿Por qué, porque acompañó al peronismo en ciertos trechos, porque estuvo en el PCR apoyando a Isabel pero con la comprensible actitud de bloquear el golpe?) El gorila te obliga a defender al peronismo. Porque te das cuenta en seguida de lo que siempre está detrás del gorila: nosotros, te dicen, no somos ellos; no somos los negros, las clases inferiores, la barbarie que describió Sarmiento. Somos cultos, somos blancos, somos educados y si no lo entienden los vamos a matar a todos de nuevo. Porque también –desde Ambrosio Sandes, Paunero e Irrazábal hasta Videla– somos los que mejor y más hemos liquidado gente en la Argentina. El primer peronismo, señores, con todo lo autoritario y enemigo de la democracia que fue, tuvo un solo, lamentable muerto: Ingalinella. Después vino la Triple A: que mató peronistas, a Troxler, a Atilio López y a valiosos hombres de la izquierda como Silvio Frondizi. Pero sobre todo: peronistas, cuadros de la JP, clandestinos y de superficie. Pero la patria agraria y financiera que respaldó a Videla y Martínez de Hoz arrasó con una generación completa. Estoy harto de discutir con gorilas, Beatriz: no quiero defender al peronismo. Quiero pensarlo. El gorila, con su odio, te impide pensar.


En cuanto a Cristina F., Sarlo dice, con frialdad, que “se dice” que “habla bien”. Reconoce que habla “de corrido”, que no vacila y que no se confunde “con los tiempos de los verbos”. Eso solo, Beatriz, haría de Cristina F. uno de los presidentes o de los políticos más insólitos de nuestra historia. Pero discrepo con Sarlo: Cristina F. no habla bien por no confundir los tiempos de los verbos, habla bien porque dice verdades que pocos se atreven a decir. Porque tiene razón es que habla bien. Porque hoy, ante este semigolpe institucional, ante este odio de clase, ante esta bronca que le tienen a este gobierno (sobre todo, como bien dice ella, por su política de derechos humanos), que los proto-golpistas califican de “revanchista”, “montonero” y “terrorista”, elementos de los que dicen se compone, la Presidenta no se amedrenta y les dice a los agro-piqueteros que son los “piquetes de la abundancia”. Y algo impecable, de una enorme justeza para definir la “tragedia” de los grandes productores (los pequeños es otro asunto que habrá que diferenciar): que el problema que tienen, dice Cristina F., la causa por la que luchan, reside en que si tienen tres 4x4 jamás aceptarán el despojo de tener sólo dos. Por eso habla bien Cristina F. Porque habla instrumentando el sentido que los griegos y toda la tradición de la filosofía de Occidente hasta Heidegger da a la palabra logos. Logos es pensamiento, concepto, discurso, razón. Y, muy especialmente para el tema que tratamos, logos es inteligencia. ¡Esto es un escándalo! El agro-golpismo, los ilustrados de la derecha y hasta los malhablados de las radios enfrentan hoy a una peronista que no sólo es inteligente, sino, además, mujer. Este “escándalo” los tiene locos. No lo pueden tolerar. Cristina F. tendrá que usar largamente su logos para que lo toleren, para que lo entiendan. De ahí, no de ellos, surgirá la estabilidad y la fuerza de la democracia argentina.

Discurso Cristina Fernandez de Kirschner en Parque norte (27 marzo 2008)



Compañeros; hermanos y hermanas: muchas gracias, compañeros, compañeras, hermanos y hermanas, por un minutito nada más enrollemos las banderas, luego las desplegamos como siempre, como siempre, por favor, gracias. (APLAUSOS).
El 10 de diciembre, cuando por primera vez como Presidenta electa de todos los argentinos, en elecciones libres y democráticas, me dirigí a todos los argentinos y argentinas, tal vez algunos no recuerden, les dije que por ser mujer me iba a costar más y no me equivocaba a las mujeres siempre todo nos ha costado más, pero tambièn somos las mujeres las que jamás abandonamos nuestro puesto y nuestro lugar de lucha. (APLAUSOS).
Quiero amigos y amigas, compañeros y compañeras, en esta tarde, en la cual nos hemos desbordado en la cantidad de compañeros, amigos, que hoy nos hemos encontrado aquí, reflexionar con todos ustedes, junto al resto de los argentinos. Siempre he creído que cuatro son las condiciones que caracterizan la condición humana: la racionalidad, la sinceridad, la sensibilidad y la responsabilidad. Y bajo esta caracterización de lo que creo los cuatro atributos fundamentales en todo ser humano, cualquiera sea el lugar que ocupe: puede ser Presidenta de la República, puede ser un dirigente sectorial, puede ser un dirigente social, de una ONG. Todos, absolutamente todos debemos actuar bajo estas cuatro premisas: racionalidad, sinceridad, sensibilidad y responsabilidad.
Y permítanme, antes de introducirme en el tema puntual, en estos días que han pasado, luego del día martes, cuando hablé en el Salón Sur, de la Casa Rosada y en la cual después vi escrito, en letras de molde, que por mi discurso, duro, según la caracterización que hicieron algunos medios, hubo una suerte de cacerolazo acá en la Capital Federal; permítanme, escuchémonos, por favor se los pido, es importante no ocultar las ideas con los gritos, es importante poder escucharnos, es importante poder reflexionar no solamente para nosotros los que estamos aquí, sino para todos los argentinos. Vi escenas, vi carteles, escuché voces, discursos, caras que poco tenían que ver con una conflictividad sectorial con un sector económico, por parte del Gobierno.
Escuché, también invocaciones, por no decir insultos, a mi condición de mujer, ustedes saben no necesito explicarlo, pero eso siempre nos pasa a todos las mujeres, se puede ser Presidenta de la República, jardinera, médica, que si tienen que criticarte y sos mujer lo hacen por el género, no por si sos buena Presidenta, mala Presidenta, buena jardinera o mala jardinera, es casi una capitis diminutio el género, pero bueno dolió. (APLAUSOS). Vi también escrito, lo vi fotografiado en un diario un cartel que decía: "Kirchner montonero", no fue eso lo que más me preocupó, han dicho otras cosas también del ex presidente. Debajo de eso decía: "Videla volvé". Por favor, quiero que reflexionemos, no estoy hablando para el grito ni para el aplauso, quiero que reflexionemos. Pregunté y me pregunto todavía quién será el que pudo escribir eso, será una mujer, un hombre, un viejo, un joven, quién puede en la Argentina querer que Videla vuela, quién puede quererlo. Lo vi fotografiado, en letras de molde.
Vi también caras de conocidos defensores y defensoras de los genocidas, también, en esa Plaza de Mayo, que después supimos no fue espontánea, la cadena de emails había empezado por la mañana, mucho antes de que la Presidenta hablara. También fue antes el paro por tiempo indeterminado, antes de que la Presidenta hablara también se lanzó un paro por tiempo indeterminado; sin embargo se tituló que la reacción fue por el discurso duro de la Presidenta.
Y quiero que reflexionemos acerca de estas cosas por las responsabilidades que nos caben a todos: dirigentes institucionales, sociales, mediáticos en la construcción de una Argentina pacífica y con inclusión social. Porque la inclusión social es la verdadera garantía de la pacificación nacional. (APLAUSOS).
Quiero también decirles que junto a esta Argentina, que vimos transmitida por los medios, casi en son de drama, hubo otra Argentina, también, en la Semana Santa: 2 millones y medios de argentinos que salieron de vacaciones, el 5 por ciento más, que el año pasado. Ayer me pasaban las cifras del crecimiento en la construcción, no es la Argentina que nos quieren plantear en la que todo va mal y en la que todo está mal la Argentina real, hay otra Argentina porque los argentinos que han recuperado el trabajo, la esperanza y las ilusiones viven esa otra Argentina.
Pero hablando de los cuatro atributos principales, quiero analizar, junto a ustedes, qué fue exactamente lo que disparó esto que se presenta como un conflicto con un sector económico que por algunas características que yo vi, por lo menos aquí en la Capital Federal, parece algo más que eso, parece un conflicto político, fundamentalmente de aquellos sectores que condenan nuestra política de derechos humanos y aquellos que han perdido las elecciones (APLAUSOS). Porque también vimos a dirigentes de partidos, autodenominados revolucionarios y que piden la reforma agraria, también allí compartiendo el reclamo entre comillas de lo que parece ser un despojo que este Gobierno le está haciendo a un sector económico.
Entonces con estos cuatro atributos fundamentales quiero pasar muy brevemente a que miremos qué fue realmente lo que disparó este conflicto. Parece ser que, por lo que dicen, fueron las retenciones que se fijaron, quiero explicar un poquito esto muy brevemente. Las retenciones no empezaron con este Gobierno, este Gobierno ha tomado la decisión estratégica de rebajar, por primera vez, las retenciones del trigo y del maíz y aumentar las de la soja. ¿Por qué las de la soja y móviles, de acuerdo a como esté el precio internacional para tener certidumbre? Porque necesitamos, además, los argentinos como decisión estratégica que no se sojice todo nuestro campo, necesitamos más productores de trigo, necesitamos más de maíz, necesitamos más productores de leche, necesitamos más productores de carne. Y entonces no solamente por una cuestión de diversidad, sino fundamentalmente porque hace a la calidad de vida de los argentinos. Necesitamos para que los precios internos, que usted los argentinos comen todo los días: el pollo, la carne, la leche, el pan no valga a precio internacional y puedan acceder a los bienes que se producen. (APLAUSOS).
Uno de los problemas, hablando en términos de política agropecuaria en serio, que tenemos hoy, en la República Argentina, es que por la altísima rentabilidad de la soja, que se exporta totalmente el 95 por ciento de lo producido, cada vez es menor la producción de trigo, de maíz y de carne. ¿Y por qué la necesitamos? Porque también hay otras industrias, que necesitan del maíz para mantener a sus vacas, a sus pollos, a sus cerdos, las cadenas de valor.
Quiero contarles que desde el boom sojero, en la República Argentina, el crecimiento ocupacional, del sector rural creció solamente en un 1,5, mientras que el resto de la economía, afortunadamente, (industria, servicio, comercio) pudo hacer crecer la tasa de ocupación en un 17 por ciento. Por eso hoy tenemos un 7,5 por ciento de desocupación. (APLAUSOS).
Quiero decirles que no es una política antisoja, es una política esencialmente pro-Argentina, pro-pueblo, pro-campo también, pro-pueblo. (APLAUSOS). No es una cuestión, como alguien quiere hacerlo aparecer, entre campo e industria, una parte importante de la planta industrial es de la agroindustria, todos son necesarios: el campo, la industria, el comercio, los servicios, pero todos tenemos que entender que todos tenemos que participar armónicamente de ese crecimiento porque es la única manera de erradicar definitivamente el hambre y la miseria, en la Argentina, como lo estamos haciendo. (APLAUSOS).
Tampoco, argentinos y argentinas, es una cuestión de peronismo y antiperonismo, acá me acompañan muchas personas que nunca fueron peronista, ni lo van a ser, yo soy peronista y lo he sido toda mi vida. Pero quiero contarles algo, argentinos y argentinas, los peronistas hemos hecho un duro aprendizaje, alguna vez creímos que éramos el todo, alguna vez creímos que nosotros sólo podíamos transformar el país y que los demás no importaban. Nos equivocamos, nos equivocamos y pagamos caro nuestras equivocaciones. Hoy comprendemos que no solamente son peronistas los que quieren un modelo de país más justo, más equitativo, más digno, los hay también de otros partidos políticos, de organizaciones sociales, lo aprendimos duramente. (APLAUSOS).
Por eso, lo recuerdo como si fuera hoy, en aquella Semana Santa del 87", el peronismo estuvo junto al Gobierno constitucional, de entonces, algo que nadie había hecho con él, cuando los golpes de Estado y eso es aprendizaje (APLAUSOS). También lo han hecho los otros, los que tal vez desde el anti pensaban que los peronistas eran todo el problema del país. Todos los argentinos hemos hecho un duro aprendizaje.
Por eso, cuando uno ve esta resolución, en la cual bajamos el precio de la retención para el maíz, para el trigo, cuando vemos que esto provoca, además, la reducción de los alquileres de los campos, de los arrendamientos de los campos. Porque ustedes saben, argentinos y argentinas, que hoy el 60 por ciento casi del campo está arrendado y está en valores de quintales de soja, esa es la medida de cotización de un campo. Por eso a un productor de leche, por eso a un productor de carne, por eso a un productor de trigo y maíz le cuesta tanto, por eso es una medida absolutamente racional. Y ustedes se preguntan, pero y entonces si esto es así porqué un paro empresarial, un lock out patronal por tiempo indeterminado para privar de alimentos a los argentinos, ¿Por qué? No y acá viene el segundo atributo, que es el de la sinceridad, antes les hablaba del primero, de la racionalidad de las medidas y las decisiones. Ahora quiero hablarles de la sinceridad, este Gobierno no está en contra de los hombres y de las mujeres, pequeños productores que trabajan con sus manos el campo. No, no, les quieren hacer creer a los pequeños productores que queremos ir por ellos. Pero no piden por los pequeños productores, piden por la totalidad de la eliminación de las retenciones, los de los pooles sojeros también, los de los grandes productores también.
Entonces, el primer ejercicio que debemos hacer todos: la Presidenta de la República y los dirigentes sectoriales es entonces decir la verdad a todos. Este Gobierno otorga compensaciones a tamberos, a productores trigueros, a invernadores, uno lo puede ver en internet, basta con ingresar a ONCCA, que es un organismo que integra la Secretaría de Agricultura y Ganadería de la Nación, compensaciones para poder sostener el precio interno de la carne, de la leche, del pan. ¿Cómo vamos a estar en contra de abordar el problema del pequeño productor, pero detrás de los pequeños productores se esconden otros intereses, los de los grandes pooles, que son los que están diciendo que es el Estado el que se quiere llevar toda la ganancia. Quiero hablarle con la sinceridad absoluta y no estoy tampoco en contra de que alguien arme un fideicomiso financiero, un pool y trabaje, este es el capitalismo y esta es la rentabilidad.
Pero, por favor, hablemos con sinceridad, hablemos con transparencia porque es, entonces, la manera como seguramente todos nos vamos a entender. No es, entonces, un problema de los pequeños productores, que dicho sea de paso escuchaba, el otro día, a alguien recordar el Grito de Alcorta. Yo quiero rendir homenaje, desde aquí, al Grito de Alcorta. Muchos jóvenes, tal vez, no sepan qué fue el Grito de Alcorta, fueron nuestros abuelos y bisabuelos. Tus abuelos Kichner seguro que llegaron a Esperanza, Santa Fe, corridos por el hambre o la política desde Europa y venían a hacerse chacareros. Los arriendos que les cobraban, el alquiler de las tierras no los dejaban vivir, los esquilmaban y surgió así el Grito de Alcorta. Y quiero también homenajear, además del Grito de Alcorta, en esta tarde, a Francisco Netri, el abogado napolitano que representaba los intereses de los chacareros contra el Gobierno conservador y que fue asesinado, en 1916. (APLAUSOS).
Francisco Netri, asesinado, en 1916, por un sicario, dicen de la aristocracia del campo, la historia. Por eso, cuando uno recuerda hay que recordar las historias completas. Y este Gobierno popular, este gobierno que me enorgullezco de encabezar, este Gobierno popular siempre va a contemplar los intereses de los pequeños productores, que no le quepa duda a nadie. (APLAUSOS).
Pero, entonces, Presidenta, qué es lo que se está discutiendo, entonces, en la República Argentina. Y yo creo que en la República Argentina se está discutiendo la distribución del ingreso y un modelo de país. Eso es lo que estamos discutiendo, argentinos y argentinas. (APLAUSOS). Ustedes habrán escuchado a muchos dirigentes políticos hablar permanentemente de la distribución del ingreso; también en letra de molde escribirse acerca de que todavía está pendiente una mejor distribución del ingreso y esto tiene que ver con el modelo de país. Lo que pasa es que hay que preguntarse a quién se refieren, porque cuando uno dice "distribuir el ingreso", yo les pregunto a los señores periodistas, a los señores políticos y a todos los argentinos: ¿el ingreso de quién? Porque esta es la gran cuestión. Escribir sobre la distribución del ingreso, es muy fácil, pero hacerlo cuesta un poco más y sino, miren lo que está pasando. (APLAUSOS)
Distribución del ingreso que tiene que ver con un modelo de país. Las retenciones no solamente son una medida antiinflacionaria para que el alimento del pueblo, de todos, de los obreros, de los que trabajan en el comercio, los que trabajan en los talleres, en los servicios, en la fábricas, hasta de los que no tienen trabajo, pueda estar accesible para todos los argentinos y quieren también un fuerte impacto distributivo porque lo hacen los sectores de más alta rentabilidad y que exportan todo. Todo es costo argentino para ellos, pero todo lo que recaudan es costo europeo, en euros, en dólares. Y esto no está mal, no tenemos que enojarnos porque haya gente con dinero en la República Argentina, no tiene que molestarnos.
Quiero decir algo -y esta sí permítanme porque es una licencia del peronismo-: el peronismo nunca planteó la lucha de clases, el peronismo nunca planteó la guerra entre los pobres y los ricos, para qué, no. (APLAUSOS) Al contrario, somos los creadores de la articulación entre el capital y el trabajo y fíjense, por estas cosas que tiene la vida, que hasta hace unos días atrás, unas semanas atrás, durante toda la campaña inclusive presidencial y durante todos mis primeros meses de gestión, los grandes titulares en cuanto a la cuestión socio-económica era qué iba a pasar con la presión gremial por los salarios. Parecía que los malos de la película en la República Argentina iban a ser los trabajadores que iban a pedir salarios para que se derrumbara el crecimiento, la producción, la actividad económica.
Nada de eso está pasando. Por el contrario, en un formidable aprendizaje histórico; los trabajadores argentinos y sus dirigentes sindicales, han comprendido que el país está primero por sobre todas las cosas. (APLAUSOS)
Pregunto yo: si los que son asalariados tienen este nivel de comprensión, de articulación con los intereses de los demás sectores, de los que aún no consiguieron trabajo o de los que aún teniendo trabajo informales ganan mucho menos, ¿cómo no podemos obtener el tema de la sensibilidad de los que más ganan?
Y aquí viene la tercera cuestión, la sensibilidad. Y bueno, alguien me podrá decir, como escuché en algún medio: "está bien, yo voy a seguir ganando plata, pero yo quería ganar más porque me correspondía más". Y es bueno, no se puede criticar a alguien por querer ganar toda la plata. Me parece que lo importante es, entonces, que entendamos cómo funciona un país. Porque junto a la sensibilidad para entender cómo funciona un país, está la viabilidad de que ese país tiene como sociedad y como Nación.
Hemos probado de todo los argentinos, hemos probado desde 1900 para adelante muchas fórmulas. La fórmula de "la Argentina del Centenario", agroexportadora únicamente la riqueza concentrada en unos pocos y el resto la "ñata contra el vidrio". Duró poco. Con el voto popular, sube al gobierno de Hipólito Yrigoyen. Luego, probaron, a partir de 1930, con los golpes militares. Luego, vinieron los gobiernos de signo popular que traicionaron el mandato y se convirtieron en los gobiernos más liberales y seguidores del Consenso de Washington. Luego, probaron con un partido popular, centenario y democrático, con un sector del progresismo, casi nos vamos todos al tacho.
Han probado de todo, pero solamente ahora llevamos en 100 años, 5 años de crecimiento sostenido y este año, si crecemos, argentinos y argentinas, va a ser el crecimiento más importante de los últimos 200 años, toda nuestra vida.
¿No les parece un buen motivo para discutir, para dialogar, para debatir? Pero el diálogo también tiene que ver con la responsabilidad. Dialogar con una pistola en la cabeza, es muy difícil, sobre todo en democracia, sobre todo en democracia, sobre todo en democracia. (APLAUSOS) No se dialoga de esa forma.
No se dialoga tres horas antes de que hable la Presidenta de la República decretando un paro, un lock out patronal, contra el Gobierno, en definitiva, contra el pueblo al quitarle los alimentos o al hacer que estos suban producto de la escasez.
¿Cómo se dialoga? El otro día leía un interesante artículo -también hay interesantes artículos en los diarios, sobre todo cuando los periodistas escriben lo que ellos piensan realmente y no lo que por ahí se sugieren que escriban los dueños de los diarios (APLAUSOS)- del periodista Zaiat que hablaba de la metodología, esencialmente, de este paro y se preguntaba qué pasa si el día de mañana los concesionarios de los peajes, por ejemplo, dicen "o me aumentan las tarifas tanto por ciento o no pasa ningún auto más". ¿Qué pasa si el día de mañana los empresarios de los distribuidores de los servicios de gas, por ejemplo, dicen "o me aumentan tanto las tarifas o no hay más gas para nadie"? ¿Qué pasa si los distribuidores de energía eléctrica me dicen "o me aumentan tanto las tarifas de energía eléctrica o no hay más energía..."? ¿Esta es la forma de negociar y de dialogar en la República Argentina? No creo. (APLAUSOS)
Creo, sinceramente, en la forma de dialogar, diálogo al que siempre estamos dispuestos. Pueden dar testimonio de ello nuestro Ministro de Economía y nuestro Jefe de Gabinete que en dos oportunidades llamaron a los dirigentes del campo y no vinieron a dialogar. Pero sepan que es necesario, no por una cuestión de fuerza, no por una cuestión de orgullo, sino de responsabilidad institucional de una Presidenta de la República de que no puede negociar sin que hayan levantado las medidas de fuerza que extorsionan a la población. (APLAUSOS)
Es una cuestión no de respeto a la Presidenta, de respeto a la democracia, a las reglas de la democracia, sobre todo con gobiernos que hemos sido elegidos por el voto popular. (APLAUSOS)
Y sobre esto, sobre el voto popular y la responsabilidad, es también de lo que quiero hablar. Mucho se ha hablado de la calidad institucional en la República Argentina, calidad que parece ser sólo se le demanda a cierto sector. También, y permítanme la digresión, he visto que algunos diferencian según si el que hizo un piquete es de un color de piel y entonces está bien y si es el piquete de uno de color rubio está mal. Así no se construye sociedad, así no se construye democracia, así no se construye libertad de prensa. Se construye libertad de prensa cuando se trata a todos por igual, independientemente del color de la piel o del apellido. Eso es libertad de prensa y eso es democracia en la República Argentina y en todas partes. (APLAUSOS)
Pero les decía sobre la responsabilidad. Yo entiendo también a los dirigentes del sector, de todos los sectores, tanto como si me toca hablar con los de un sector sindical como de un sector empresarial, representan los intereses de los sectores, unos, los sectores populares y, otros, los sectores del capital, todos necesarios a la hora de construir país y nación.
Pero también quiero que sepan qué intereses represento yo. Yo represento los intereses, no solamente de los que me votaron, que fueron muchos, sino también de los que no me votaron. Yo represento, además, los intereses de lo que dije en la campaña electoral, porque hay otra cosa de la que nadie habla. Si hoy un dirigente rural tiene la representación de su sector, yo también tengo la representación de lo que dije qué iba a hacer como Presidenta de la República Argentina, porque eso es calidad institucional. (APLAUSOS)
Yo dije en mi campaña que el eje era la inclusión social, que íbamos a trabajar por la distribución del ingreso. Me preguntaron muchísimas veces acerca de las retenciones y dije que no se podían modificar, porque no solamente eran redistributivas, sino porque además ayudaban a sostener los precios de los principales alimentos de los argentinos.
Sin embargo, hubo otra fuerza política a la que escuché criticar en estos días y que ganó aquí en la Ciudad de Buenos Aires, una importante elección -no hay que silbar a nadie-, 60 por ciento de los votos, absoluta legitimidad política y social. En la campaña, sin embargo, cuando le preguntaban si iban a aumentar los impuestos, lo negaron terminantemente. Luego, aumentaron los impuestos inmobiliarios de los sectores más pudientes, con lo cual estoy de acuerdo, yo soy vecina también de la Ciudad de Buenos Aires. Estoy de acuerdo con que cuando uno vive en un barrio con servicios y en lugares que denotan un alto poder adquisitivo, uno tenga que pagar más impuestos, está muy bien que sea así. (APLAUSOS)
Ahora, lo que no se entiende, cuando uno ve algunas paquetas señora vecinas de donde yo vivo gritar con tanto entusiasmo contra retenciones que se distribuyen entre el pueblo y aplaudir tanto a los que en definitiva les aumentan los impuestos a ellas, con la misma lógica que estamos empleando, ustedes no me habrán escuchado una sola palabra. Sé que hubo dirigentes de nuestro sector que no estuvieron de acuerdo con esto, no habrán escuchado una sola palabra de esta Presidenta al respecto.
Y, entonces, ¿de qué naturaleza es el conflicto para algunos sectores? De una naturaleza política. Pero no política por partido, política por modelo de país. También soy consciente de que parte de esas cacerolas que el otro día estaban en la calle, son nuestra política de derechos humanos, no tengo ninguna duda tampoco. (APLAUSOS) Bastaba ver las caras que había de algunos defensores y defensoras de los genocidas junto a otros dirigentes autodenominados revolucionarios que proclaman la reforma agraria. En fin, uno podía ver de todo.
Yo lamenté que Enrique Santos Discépolo no estuviera vivo, lamenté sinceramente, argentinos y argentinas, que Enrique Santos Discépolo no estuviera vivo, hubiera superado "Cambalache siglo XX" si hubiera visto algunas escenas como me tocaron ver a mí, inclusive en la puerta de Olivos cuando algunos nos gritaban "no queremos a Cuba, no queremos a Evo Morales, no queremos a Chávez". ¿Qué tiene que ver todo esto con los intereses de los pequeños productores rurales? (APLAUSOS) ¿Qué tiene que ver? Nada. (APLAUSOS)
Esta es la cuestión del modelo de país, que es en definitiva lo que uno propone cada cuatro años cuando va a elecciones, y entonces los argentinos deciden quién es su presidente o su presidenta. Porque cada uno de nosotros se presenta y dice qué es lo que quiere hacer con el país.
Yo les dije, hermanos y hermanas, a todos los argentinos y a las argentinas, lo que quería hacer. Quería continuar la gestión y la obra de ese hombre que está sentado allí que llevó a la Argentina desde el infierno, como a él le gustaba decir, a esto que no sé si será el purgatorio o la entrada del cielo pero que sí es otra argentina diferente.
Por eso, yo quiero convocar a todos los argentinos al diálogo, pero, fundamentalmente, al sector que hoy todavía corta algunos caminos, que todavía no ha levantado la medida de fuerza. Yo les pido, humildemente, como Presidenta de todos los argentinos y en nombre de todos los argentinos, que levanten el paro para entonces sí dialogar, levanten el paro. Humildemente, levanten el paro y vamos a dialogar. (APLAUSOS)
Por favor, en nombre del género les pido que cambien esa consigna, acuérdense que tienen una compañera Presidenta. Así que es hora de que actualicen consignas, compañeros y compañeras. Pero bueno, vale la intención.
Quiero decirles, argentinos y argentinas, que creo profundamente en el diálogo, pero creo profundamente en el diálogo democrático, donde cada uno expone sus posiciones, sus intereses y, entonces, quién tiene que tomar la decisión, la toma. Es imposible muchas veces en función de gobierno, tomar una medida que deje contentos al ciento por ciento. Es mentira el que dice eso, es porque nunca gobernó o que no sabe qué es la distribución del ingreso.
Alguien que me habla de la distribución del ingreso y me dice que podemos tomar medidas que dejen contentos y satisfecho a todo el mundo, no está hablando de distribución del ingreso, está haciendo un discurso electoral nada más, no está hablando de distribución del ingreso, está haciendo un discurso electoral. (APLAUSOS)
Por eso, con la legitimidad que en este país, por suerte a partir de 1983, tenemos quienes hemos sido electos por el voto popular, con la legitimidad que también nos da haber llevado adelante una política que va a empezar su quinto año de crecimiento consecutivo en el mejor ciclo económico que recuerda la historia, con la legitimidad que nos da que en este proyecto económico, social, político y cultural han crecido todos, ha crecido el campo, ha crecido la industria, los trabajadores han recuperado el trabajo perdido, el salario, estamos recuperando de vuelta un lugar en la Tierra, argentinos, un lugar en el mundo, nuestro lugar, la República Argentina, en nombre de esas legitimidades, la del pueblo, la del resultado económico y, fundamentalmente, para que todos los argentinos y para que todas las argentinas podamos vivir mejor, los convoco al diálogo en serio, desde aquí. (APLAUSOS) Las puertas de la Casa de Gobierno están abiertas, pero por favor, levanten las medidas contra el pueblo.
Quiero agradecer la presencia de hombres y mujeres que no son de mi partido, pero que tienen una convicción profunda en un modelo de inclusión social de crecimiento económico; quiero agradecer la presencia de dirigentes sindicales, de organizaciones sociales; quiero también agradecer el apoyo recibido por muchos ciudadanos y ciudadanas que me dicen todo el tiempo "no afloje" y yo quiero decirles que desde la alta responsabilidad que tengo como Presidenta de la República Argentina, voy a hacer lo que le prometí a los argentinos antes de que emitieran su voto: representar los intereses de todos.
Muchas gracias, muchas gracias argentinos, muchas gracias argentinas, con el corazón, como siempre, con el corazón. (APLAUSOS)

viernes, 28 de marzo de 2008

El agua es gratis...!


¿Cuándo y por qué empezamos a tomar agua embotellada? ¿Cuándo el agua potable dejó de ser suficiente para hidratarnos? ¿Cuándo desaparecieron (o casi) los bebederos de las plazas y aparecieron los vendedores de botellitas?

El sitio Beyond The Bottle (Más Allá de la Botella) de alguna manera se formuló preguntas similares y las respondió con un proyecto que busca “mapear” de forma colaborativa todas las fuentes de agua pública en Estados Unidos para facilitar el abandono del consumo de agua embotellada. Dice en su sitio:

El agua es un derecho. El agua debe ser pública. Exige tu mundo. El agua está en todas partes, pero la infraestructura pública está desapareciendo reemplazada por soluciones privadas costosas, como las botellas descartables que tienen incalculables consecuencias para el medio ambiente. Es hora de luchar y desde nuestro sitio web ofrecemos un camino simple.

Beyond The Bottle (Más Allá de la Botella) es un proyecto que busca trazar un mapa con las fuentes de agua públicas que estén disponibles en cualquier parte. Esperamos que nuestro sitio, ofrezca razones a la gente para abandonar la botella. Nos damos cuenta que esta información en la web por sí sola no sería demasiado útil y ofrecemos amplias posibilidades de acceso para teléfonos móviles.


miércoles, 26 de marzo de 2008

Mi mensaje (Eva Duarte de Perón) 1952


"No quiero recibir ya ningún elogio. Me tienen sin cuidado los odios y las alabanzas de los hombres que pertenecen a la raza de los explotadores.

Quiero decirles la verdad que nunca fue dicha por nadie, por que nadie fue capaz de seguir la farsa como yo, para saber toda la verdad.

Por que todos los que salieron del pueblo para recorrer mi camino no regresaron nunca. Se dejaron deslumbrar por la fantasía maravillosa de las alturas y se quedaron ahí para gozar de la mentira."


"Yo no me dejé arrancar el alma que traje de la calle. Por eso nunca me olvidé de las miserias de mi pueblo y pude ver sus grandezas."
Evita

Nueva York 11 septiembre 2001 (Imágenes)















lunes, 24 de marzo de 2008

Golpeado, pero vivo (Por Eduardo Aliverti)

Hoy se cumplen 32 años del golpe y el periodista estaba repasando, como lo hace con atención especial cada vez que se trata de un acontecimiento de esa naturaleza, lo que en su momento o en varias circunstancias supo decir sobre el tema. Y volvió a encontrarse con una columna de hace unos años, respecto de la cual vuelve a parecerle que no tiene que alterar virtualmente nada. Y no está nada mal eso de sentirse ratificado.

Cabe seguir afirmando, para empezar, que el golpe del ’76 cambió a los argentinos hasta un punto que sólo los mediocres sin retorno (en fin, como todos los mediocres) son incapaces de advertir. Y que mucho más allá del apoyo declamatorio al sistema democrático, no hay correspondencia estricta entre el rechazo, el asco o la vergüenza por lo ocurrido y tolerado; y la práctica de esos sentimientos cuando se los traslada a acciones concretas. La historia oficial y el imaginario colectivo continúan arreglándoselas a fin de convencer(se) de que el 24 de marzo de 1976 desembarcó porque sí una banda de carniceros humanos que, también porque sí, perpetró una de las masacres masivas más escalofriantes del siglo XX. De modo que es significativo que, también siempre sin mella de su rol genocida ni de su carácter mafioso, haya que insistir en el papel de las Fuerzas Armadas como instrumento supremo de las patronales “económicas” locales y universales. La cuenta de cómo la civilidad no termina de adquirir conciencia acerca del para qué del terrorismo de Estado sigue vigente, al igual que no suponer por eso que el pueblo argentino volvería a ver pasar como si nada una determinación asesina de esa naturaleza. Pero muchas actitudes individuales y sociales, políticas y corporativas, pequeñas o enormes, ratifican igualmente la permanencia de bajos instintos inquietantes.

Es hacia ese sentido que el golpe de hace 32 años es definible como “vivo” en cada idiota que pide mano dura para acabar con la inseguridad urbana, como si sus causas no fueran estructurales y se tratase, otra vez, de arreglar las cosas a sangre y fuego. Lo mismo para el registro de que no hay una clase dirigente intermedia con cojones y eficiencia patrióticos, porque desaparecieron a los mejores cuadros militantes. Lo mismo para los gruesos sectores de clase media que, después de fantasear con el dólar barato y los viajes al exterior del cuarto de hora milico, volvieron a hacerlo con el amanuense milico Domingo Cavallo; y ahora con querer salvarse solos sin negrada sindical o marginal que les corte el tránsito (eso queda reservado para la comprensiblemente indignada gente del “campo”). Lo mismo para los periodistas y medios de comunicación apologistas del golpe, “intelectuales” del golpe, escribas del golpe, capaces de no ensayar ni un atisbo de arrepentimiento transcurridos más de 30 años (aunque bien puede decirse que si lo hicieran marcharían en contra de su propia razón de ser, en tanto son parte inescindible del poder, ayer y hoy). Lo mismo para las cúpulas eclesiásticas que bendijeron las armas y las torturas y las descargas de 220 voltios en las vaginas de las embarazadas, tan preocupados los príncipes de la Iglesia por el derecho a la vida. Lo mismo con las tribus de la policía, que no reconocen su origen pero sí su desarrollo en aquellos años de repartir el botín de las casas de los secuestrados. Lo mismo con los votos a las crías que vieron crecer sus empresas en la dictadura. Lo mismo con la explotación agropecuaria concentrada en unas pocas y monumentales manos. Lo mismo con una ley de Radiodifusión en la que persiste intocada la firma de Videla en 1980, tanto como la de Martínez de Hoz, de 1977, que regula la actividad bancaria y financiera. Lo mismo en el trabajo y el empleo precarios gracias a la desarticulación del tejido social, obras todas paridas por los monstruos de hace 32 años. Y lo mismo en cada oprimido que reproduce el discurso del opresor, y en cada pobre y cada pobre diablo que se enfrenta con cada pobre y cada pobre diablo.

Sigue también vigente que esta muy escueta lista puede ser cotejada con otra mucho más amena, conformada por aquello que enseña lo muerto del golpe: franjas juveniles e intermedias de todas las clases sociales, enemistadas a rabiar con el autoritarismo (al menos si se lo ve con lo que identifican como agresión a su individualidad, y no con la dictadura mediática que les pauta gustos y costumbres); una conciencia casi inercial respecto de dónde habita el enemigo; la probanza histórica del infierno a que condujo mirar para el costado. Y, cómo no, los pasos positivos que dio la política institucional, en este gobierno y en la primavera alfonsinista, en torno de juzgar a los genocidas gracias a la acción inclaudicable de los organismos de derechos humanos. Resta todavía –y de allí la historia oficial reacia a profundizar– el juzgamiento completo, o siquiera parcial, de los responsables económicos mandantes de los militares. Aquella respuesta del porque sí, a propósito de por qué desembarcaron esos criminales con uniforme un 24 de marzo de 1976, tiene saldo pendiente en los institutos de formación castrense, en el modo de enseñar la historia a los pibes, en los programas del periodismo “independiente”, en cada cómplice y en cada tonto que obvian profundizar las respuestas en cada casa, en cada discusión de las que todavía haya sobre lo que pasó, en cada displicencia familiar. Todo lo lejano que hoy parece el golpe se acerca, agazapado pero amenazante, cada vez que da lo mismo si extraditan a un represor, si parece del tiempo de las cavernas que juzguen a los culpables de los fusilamientos de Trelew y a la Triple A, si se busca la forma de acelerar los juicios a los asesinos. Cada vez que todo eso dé lo mismo, como da lo mismo cada día que pasa sin saber qué pasó con López, el golpe está vivo. Golpeado, pero vivo.

La lista que lo demuestra debe dejar en alerta constante a las franjas más lúcidas de la sociedad. Parece una obviedad hasta irrespetuosa, pero hay quienes cayeron en la inmovilidad, o en el conformismo, a partir de satisfacerse con algunas zanahorias que la inteligencia del poder supo mostrar.

El periodista insiste en creer que el listado debería promover alguna reflexión entre quienes creen que la muerte del golpe es absolutamente definitiva. Y quienes caen en la trampa de reproducir, bajo formas renovadas, el ideario de quienes hace 32 años desataron la más grande tragedia de la historia argentina.

viernes, 21 de marzo de 2008

Lo que no se hace (de Javier Marías)
























Hacía cinco años que ETA no mataba de esa manera, metiéndole tres tiros a un civil desarmado, sin mediar antes palabra. No se nos había olvidado esa forma especialmente cobarde de asesinar, pero sí nos habíamos desacostumbrado un poco.

No es lo mismo matar de lejos que de cerca. No es lo mismo matar a un policía o a un militar, que en principio van armados, que a un mero ex concejal, Isaías Carrasco, cuando se subía al coche para dirigirse a su modesto trabajo en el peaje de una autopista. Matar de lejos y con armas mecánicas es deshonroso, y así lo vio ya, en el siglo XII, Ricardo Corazón de León, quien criticó el uso de la ballesta, en contraposición al del arco -que aún dependía de la fuerza del brazo y de la habilidad del arquero-, sin sospechar que sería justamente una ballesta la que le arrebataría la vida. Las reglas de la caballerosidad en el combate no han hecho sino relajarse siempre, desde entonces.

Hoy nos parece normal que los aviones, sin ningún riesgo para sus tripulantes, bombardeen a un ejército enemigo, pero eso no deja de ser una vileza y poco escandaliza ya que lo que ataquen sean poblaciones, con una mayoría inmensa de víctimas civiles. Por supuesto, el empleo de las armas de fuego es lo cotidiano, lo más natural del mundo, y se da tratamiento de héroes a soldados o a terroristas que en ningún momento se han puesto en peligro mientras llevaban a cabo sus carnicerías. A gente que se ha limitado a apretar un botón desde la distancia, sin arriesgar ni por asomo el pellejo y sin destreza ni arrojo para la lucha.

Y sin embargo, todavía en los años cincuenta y sesenta del siglo XX los niños teníamos claro que había cosas que no se hacían, es decir, que no se debían hacer desde ningún concepto. Eso, claro está, no impedía que se hicieran, pero el descrédito que al instante se abatía sobre los infractores era tan absoluto que caían sin remedio en desgracia y eran rechazados y despreciados por la gran mayoría. Y lo tenían difícil para seguir conviviendo.

Sabíamos, por ejemplo, que no se mata a traición ni por la espalda, y menos aún a alguien desarmado. Que no se pega a quien es claramente más débil, y jamás a una mujer, por tanto, en ninguna circunstancia. Que "dos contra uno, mierda para cada uno", esto es, que resulta inadmisible la paliza de varios a uno solo, sin posibilidad para éste de devolver un golpe. Que un adulto no daña a un niño ni a un animal indefenso, porque no hay igualdad de condiciones. Que uno no se chiva de lo que ha hecho un compañero, sino que debe arreglárselas con él por su cuenta. Que si uno quiere vengarse o escarmentar a alguien, ha de encargarse en persona, asumiendo el riesgo de salir malparado, y no enviar a otros en su nombre, como esbirros o sicarios. Eran enseñanzas elementales e irrenunciables, que en gran medida se aprendían solas, sin demasiada necesidad de que nos las inculcaran, aunque todo ayuda.

Resulta en exceso anómalo que en un plazo breve -cuarenta años- tales convicciones hayan desaparecido para grandes porciones de la población. No quiero decir con esto que esas porciones hagan lo que no se hace, sino que no lo condenan con la rotundidad esperable y deseable y así, poco a poco, no está tan mal visto lo que solía estarlo pésimamente. No son ya raros los casos en que una docena de muchachos -o de muchachas- apalean a un compañero y además lo graban con sus estúpidos móviles y además cuelgan en internet, orgullosos, la filmación de su cobardía. El número de mujeres maltratadas o asesinadas por hombres no decrece año tras año. Las atrocidades contra niños -contra bebés incluso- parecen haberse disparado, o por lo menos se han hecho más visibles, hasta el punto de exhibirse en la red para ser compartidas, lo cual, nos guste o no, indica que hay muchas personas que no las repudian tajantemente.

Hay atentados terroristas en cuya perpetración se ha utilizado a críos o a deficientes mentales para que se inmolaran, mientras los instigadores se quedaban cómodamente en sus casas, a salvo de todo peligro. Hace unos días, volviendo a Madrid en coche, al chofer y a mí se nos apareció un perro negro en medio de la carretera. Caminaba contra los automóviles, se lo veía asustadísimo y desorientado, sin saber qué hacer ni hacia dónde dirigirse. El chofer pudo sortearlo, pero los dos lo vimos claro: "No va a durar ahí el pobre. No hemos sido nosotros, pero será el siguiente que pase". Había bastantes camiones y era una autovía vallada, lo cual nos hizo conjeturar que el perro no podía haberse escapado de un pueblo cercano y haber ido a parar en mitad del tráfico, sino que probablemente su dueño lo había soltado allí -lo había expulsado- para que lo atropellaran y así descartar que el animal confiado regresara a su casa. Es muy posible que ese individuo quiera a su mujer y a sus hijos y se crea una buena persona, o una normal al menos. Como el etarra que le metió tres tiros a Isaías Carrasco, desprevenido y desarmado. Como cuantos, lejos de hacer caer a aquél en desgracia y con él a ETA entera, consideran que ese sujeto es un heroico gudari que se la ha jugado y no un cobarde extremado. Lo llamativo de hoy no es que se haga lo que no se hace -eso no es nuevo-, sino que hacerlo no traiga al instante el universal descrédito de quienes lo han hecho.

JAVIER MARÍAS












miércoles, 19 de marzo de 2008

Infidelidad, un defecto de hombresy animales

Tras el escándalo sexual


Otra mirada sobre el caso Eliot Spitzer

Uno podría acusar al ex gobernador neoyorquino Eliot Spitzer de muchas cosas por burlarse de la ley al pagar por los servicios de una prostituta bien cotizada: hipocresía, egomanía, impulsividad, autoindulgencia y hasta estupidez. Sin embargo, si algo faltó en la conducta de Spitzer fue la originalidad. Otros ya han hecho lo mismo antes, y no sólo machos alfa arriesgados y potenciados, o no, por la testosterona: muchas otras criaturas, cientos de otras especies, hembras y machos de cada rama taxonómica del gran árbol de la vida. La promiscuidad sexual se mantiene rampante en toda la naturaleza, mientras que la fidelidad verdadera es pura fantasía. Claro que hay una gran cantidad de animales cuyos machos y hembras se unen para tener crías, como los seres humanos, que desarrollan vínculos de larga duración y mutuo afecto. Y como lo descubrieron los biólogos con el uso de los análisis de ADN para determinar la paternidad de las crías en esos vínculos, la monogamia social rara vez está acompañada por la monogamia sexual, o genética. Al estudiar a las crías de cualquier especie, ya sean pájaros, ratones, simios, zorros o cualquier otra especie con vínculos de pares, entre el 10 y el 70 por ciento no sería del macho residente. Como dijo David P. Barash, profesor de psicología de la Universidad de Washington, en Seattle: "Los bebes tienen infancia; los adultos, adulterio".
El doctor Barash, que escribió El mito de la monogamia junto con su esposa, también psiquiatra, Judith Eve Lipton, citó una escena de la película El difícil arte de amar (1986), en la que un personaje muy parecido a Nora Ephron, la autora del libro que dio origen a la película, se queja ante su padre de las andanzas de su esposo y el padre insiste en que si lo que buscaba era fidelidad, debió haberse casado con un cisne. Pero ningún favor le habría hecho al personaje seguir ese consejo. "Ahora -dijo Barash-, sabemos que los cisnes también pueden engañar." En cambio, la heroína debería haber considerado la unión con un Diplozoon paradoxum , un diminuto parásito con forma de gusano que vive en las agallas de los peces de agua fría. "Los machos y las hembras se unen en la adolescencia; sus cuerpos se fusionan literalmente [para formar una X] y se mantienen fieles hasta la muerte -explicó-. Es la única especie que conozco que es 100% monogámica." La profesión más antigua... Ni siquiera "la profesión más antigua de la humanidad", que tanta importancia tuvo en el caso del ex gobernador Spitzer, es noticia.
Los seres no humanos también pagan a cambio de sexo. Según la revista Animal Behaviour , un equipo de investigadores de las universidades Adam Mickiewicz y de Bohemia del Sur logró describir las transacciones entre los alcaudones reales, vistosos pájaros predatorios con cabeza gris, panza blanca y cola negra, que, como en el 90% de las especies de aves, forman pareja para reproducirse. El alcaudón macho atrae a la hembra con regalos nupciales, como roedores, lagartijas, pájaros pequeños o grandes insectos, que inserta en espinas. Pero cuando el macho desea tener "sexo extramarital" le ofrece a la futura amante una presa mucho más grande que la que le da a su esposa.
Los investigadores hallaron que cuanto mejor es el obsequio, mayor es la posibilidad de que la hembra acepte un encuentro de una sola noche. En otro estudio publicado recientemente en la misma revista, llamado "Pagar por sexo en el mercado de formación de parejas de macacos", el doctor Michael D. Gumert, del Hiram College, detalla la investigación que realizó durante dos años sobre un grupo de macacos de cola larga que viven cerca del centro ecoturístico Rimba, en el Parque Nacional Tanjung Puting, en Indonesia. Gumert observó que los machos pagan por sexo con un tipo de moneda primate multipropósito: la limpieza. Mientras las hembras limpiaban a los machos y a otras hembras por motivos sociales y políticos, como reafirmar una amistad, y las madres limpiaban a sus crías para calmarlas e higienizarlas, cuando un macho adulto pasaba tiempo sacando parásitos de la espalda de una hembra adulta esperaba recibir una compensación sexual o, por lo menos, una prolongada inspección genital. Alrededor del 89% de los episodios observados en los que los machos limpiaban a las hembras, "estaban dirigidos a hembras sexualmente activas" con las que los machos querían aparearse, según explicó Gumert vía telefónica desde Singapur, donde trabaja en la Universidad Tecnológica de Nanyang. Los machos adaptan el hábito de la limpieza con fines económicos: pagan un precio más alto o más bajo según la disponibilidad y la calidad de la mercadería y la competencia con otros compradores. "Lo que me hizo pensar en el hábito de la limpieza como forma de pago fue observar cómo ésta cambiaba en distintas condiciones del mercado -dijo Gumert-. Cuando hay pocas hembras alrededor, el macho dedica más tiempo a la limpieza, mientras que cuando las hembras sobran, la duración de la limpieza disminuye." Pero aunque el adulterio es habitual y los animales lo practican en cuanto pueden, ninguna especie lo aprueba y hasta reaccionan con violencia, como el ser humano, ante la traición.
La mayoría de las hembras de los babuinos ha perdido media oreja o un pedazo de piel por la furia despertada por los celos de los machos de gran tamaño. Entre los cascarudos del naranjo, el macho suele intentar atraer a una o dos hembras más, pero lo hace con gran peligro. En un experimento con escarabajos que ya habían formado pareja, la hembra permaneció atada cerca del macho, que enseguida aprovechó la oportunidad para producir feromonas y atraer a nuevas hembras. Cuando los investigadores desataron a la hembra, ésta se lanzó contra el macho para golpearlo muy fuerte en el lomo. Y en el caso de la salamandra de espalda roja, los machos y las hembras celosos vigilan de cerca a su pareja y castigan la traición con amenazas, mordiscos y hasta la tan humana indiferencia.
Por Natalie Angier De The New York Times

martes, 11 de marzo de 2008

La desmesura argentina


Por José Pablo Feinmann

La desmesura de lo que Echeverría cuenta sólo es comparable a la enormidad del error que cometió el unitario. Pareciera que el joven elegante y culto no conocía mucho sino casi nada la ciudad en que vivía, y eso que no era grande. Porque desviar su cabalgadura para el lado del matadero es una desviación tan desviada que más no podía serlo. Pero Echeverría –es él quien encarna, quien se refleja en el unitario distraído, que de altanero que era no miraría hacia abajo y eso lo perdió–- quería una historia que buscara los extremos, y extremada debía ser la distracción del unitario. La historia no empieza con el unitario, empieza con el lugar en que el unitario perderá sus pasos y luego la vida: el matadero. Ahí no pueden ser más horribles las cosas. La sangre corre y se mezcla con el barro. Los perros se quedan con los bofes y se los disputan a tarascones. La brutalidad de los faenadores se despliega generosa.


Se sabe que Echeverría no escribió este cuento –admirable– para publicarlo. Lo habrá escrito en su estancia, en un exilio interior, digamos. Y después se lo llevó a Montevideo, y aquí se lo habrá leído a sus amigos, los hombres del exilio unitario. Pongamos: Alberdi, Juan María Gutiérrez, Florencio Varela. Es Gutiérrez quien habrá de publicarlo, en la década del setenta de ese siglo XIX, y recién ahí sabremos que Echeverría lo inventó a Emile Zola.


El naturalismo desmedido del cuento no puede ser superado. No creo que nuestra literatura empiece con él, pues no fue publicado antes que el Facundo, y los libros cuentan cuando se publican. Pero es sólo un punto de vista y no me esforzaría mucho por defenderlo. Nuestra literatura, creo, empieza con el Facundo sarmientino y no podría haber empezado de mejor modo. Del modo que sea, no será ocioso detallar cómo se despliegan los dos relatos. El de Sarmiento empieza con él, con Sarmiento, huyendo de las fuerzas federales del gobernador Nazario Benavídez. Llega Sarmiento, huyendo de las fuerzas federales del gobernador Nazario Benavídez. Llega Sarmiento a los baños de Zonda y en la piedra áspera y poco propicia para la literatura escribe una frase en francés: On ne tue point les idées. Sarmiento la traduce de un modo arbitrario y, sin duda, imaginativo, no riguroso: A los hombres se degüella; a las ideas, no. Hay un aspecto doble en esta cuestión. Veamos: Sarmiento le atribuye la frase a Fortoul. Retengamos esto. Los federales llegan hasta el lugar en que Sarmiento escribió su frase, la escudriñan y sucede lo que Sarmiento quería: no la entienden.


Sarmiento, así, les hace sentir que son unos bárbaros, unos asnos sanguinarios que no saben francés. El otro aspecto de la cuestión nos lleva a Paul Groussac. Como todos saben, Groussac fue el primer director de la Biblioteca Nacional, cargo que luego fue de Borges y durante nuestros días del talentoso Horacio González. Groussac era un francés altamente petulante, se sentía un rey de la cultura en este país de gauchos derrotados, gringos de ultramar y oligarcas que cultivaban un rastacuerismo que lo divertía cotidianamente. Groussac le corrige a Sarmiento, no su frase, pero sí el nombre del autor. Dice: la frase pertenece a Volney, no a Fortoul. En suma, muerto Sarmiento, viene un verdadero francés, monsieur Groussac, y le dice que él también es un burro que atribuye frases a autores que no le pertenecen.
El inicio de El matadero no es la violación. Esto se produce al final. Pero es cierto que el cuento narra la historia de una violación. ¿De qué violación hablaba Echeverría? Violando al unitario. ¿Qué violaban los hombres del matadero? Violaban lo que siempre viola la barbarie: la cultura. La modernidad argentina se entendió a sí misma –desde sus inicios– como la encarnación de la razón ilustrada. Ese unitario a caballo es la imagen de la racionalidad de la historia. A su vez, la racionalidad de la historia es el progreso. Los faenadores del matadero no saben algo que el joven unitario no ignora: nadie detiene al progreso. Lo que está destinado a realizarse en la historia, se realizará. Aunque corra la sangre de algunos de quienes representan esa teleología. Una teleología es, para los filósofos de la historia, una fuerza interna de la historia, común a los hechos esenciales, que no puede sino realizarse. La cultura que representa el joven unitario es la que llega del centro del mundo. Europa ha hecho de su desarrollo, de su expansión colonialista, el sentido de la historia. Los bárbaros lo son porque se oponen a ese desarrollo, que es el de la razón. Y los cultos lo son porque lo encarnan y luchan por él.
La victoria de los matarifes en esos días de cuaresma es tan sangrienta como contingente. Desde el punto de vista de la razón histórica –cuyo desarrollo y universalización son necesarios– que muera el unitario también lo es. Se trata de lo mismo. El unitario debiera saber (y debemos suponer que sí, que lo sabe, de aquí su terquedad, la certeza firme de luchar y de saber por qué lucha y quiénes son los que lo matan: canallas, bellacos, sayones) que su muerte será horrible, pero no vana. Los Otros, los asesinos, lo matan en nombre del atraso. Están atados al pasado. Al godismo, a las taras de la América hispánica y católica que sólo la fiereza del Restaurador de las Leyes mantiene en pie.
Pocas veces alguien ha narrado con tal minuciosidad un crimen. Pocas veces un crimen ha sido tan vejatorio. Pocas veces entre el vejado y los vejadores hubo tantas diferencias. Nada podía acercarlos. Hay que leer otro mensaje terrible que trae El matadero: si así los federales, que han triunfado, matan a los unitarios; los unitarios, cuando triunfen, como esperan triunfar, ¿harán lo mismo? La muerte del unitario está literalmente narrada con tanta rigurosidad, con tal esmero es la mostración del horror, de la crueldad, ¿para ser fiel, el escritor Echeverría, a la materia de su cuento, o porque el político Echeverría entrega a su generación un panfleto que justifique la venganza, la represalia? Las dos cosas. Los hombres de la racionalidad y el progreso no fueron dadivosos con los de la barbarie cuando el poder fue de ellos. Respondieron a la barbarie con la barbarie. Los cultos unitarios se transformaron en los liberales del Puerto y de la Aduana, y limpiaron el país de gauchos, esos bárbaros alzados. Entre tan impiadosas opciones se escribió la historia de este país. La sangre llamó a la sangre y cada nueva sangre vino a pedir ser vengada. Podemos, entonces, ver en ese unitario ultrajado a una víctima de los bárbaros de la “federación rosina” y también a un hombre que desde ahí, destrozado en el barro del matadero, pide ser vengado. Y lo será.

lunes, 3 de marzo de 2008

Manzana Histórica de Viedma - El convenio perpetuo que no se respetó


De izq. a derecha: Zaina, Nain Pérez, Fulvi, Cabalieri y Cabiale, en la firma del acuerdo.

En el marco de la polémica desatada en torno a la posible expropiación de la Manzana Histórica de esta capital, de la cual una parte pertenece actualmente al abogado Tomás Armando Rébora, AL DÍA indagó la historia cercana de Viedma, con el objetivo de conocer los detalles acerca de cómo se produjo el traspaso del histórico edificio a manos de un privado.

Para tal fin, dialogó con uno de los protagonistas de esta historia, Vicente Nain Pérez, quien fue presidente de la Comisión Bicentenario desde 1977 hasta el año 2000, y aseguró sentirse "decepcionado" por los Salesianos que concretaron la venta.

Según explicó, todo comenzó en mayo de 1986, cuando la Asociación Salesiana San Javier entregó en carácter de "donación perpetua" a la comunidad de Viedma, a través de la Comisión del Bicentenario, el edificio de la Manzana Histórica.

El convenio mediante el cual se concretó el traspaso fue firmado, el 22 de mayo de ese año, por quien fuera en ese entonces el ministro de Cultura y Educación de Río Negro, profesor Nilo Juan Fulvi -dado que en el edificio funcionaba una área del Instituto de Educación Física-, el titular de las Misiones Salesianas, Padre Juan Cabiale, el presidente del Concejo Municipal de Viedma, Juan Cabalieri, y Nain Pérez, por la Comisión Bicentenario.

En este sentido, Pérez explicó que la donación se consigue luego de un contrato "de palabra", entre los integrantes de la Comisión y los Salesianos.

Según subrayó, "nosotros habíamos convenido con el Padre Cabiale, que le conseguíamos derogar una resolución del municipio -que prohibía vender los terrenos de lo que hoy es el barrio Don Bosco, dado que era un pulmón verde de Viedma-, y que les dejen lotear, y vender esos terrenos porque ellos necesitaban dinero".

Agregó que "esto no está escrito en el convenio, pero sí tengo toda la gente que puede ser testigo y hablar de mi palabra. Ellos necesitaban dinero, y querían vender ese predio, nosotros lo facilitamos, peleamos enormemente, fundamentalmente la doctora Campano, y toda la Comisión con pleno Concejo, y pedíamos a grito que nos den esto, porque queríamos recuperar el edificio para Viedma".

Finalmente, continuó Pérez "derogaron y le entregaron a los Salesianos el actual barrio Don Bosco, que ellos, por intermedio de Febo Caponi, hicieron el loteo y después lo vendieron. Lamentablemente, el Padre Cabiare, no cumplió después con su palabra".

La Manzana Histórica ya estaba en manos de la comunidad de Viedma, a través de la Comisión Bicentenario, según se indicaba en el convenio, sin embargo cuatro años después, en 1990, los Salesianos vendieron una parte del edificio.

El acuerdo de donaciónSegún quedó establecido por el convenio firmado entre todas las partes involucradas, el 22 de noviembre de 1986, "la institución salesiana cede gratuitamente y a perpetuidad a la comunidad de esta capital el citado inmueble -Manzana Histórica-, el que será administrado por la nombrada institución -Comisión Bicentenario- refrendando el respectivo documento el presidente del Concejo Municipal, señor Juan Cabalieri y el ministro de Cultura y Educación, profesor Nilo Fulvi.

Asimismo se especifica en el convenio que "las instalaciones serán destinadas a Museo Salesiano, Museo Tecnológico de Agua y Suelo, Biblioteca Popular Bartolomé Mitre y otras actividades culturales que podrán agregarse para beneficio de esta comunidad".

Por otro lado, se manifiesta que "la entidad religiosa cede todo el material inmobiliario religioso y de carácter histórico que quedará expuesto en sus respectivas salas sin poder dársele otro destino o traslado".

En tanto se destaca, en otras de las cláusulas del convenio, que "si la Comisión Bicentenario perdiese su personería jurídica o se disolviera será el Municipio de Viedma el encargado de los bienes cedido por el documento firmado".

Fútbol femenino


Africa en imágenes de Henry de Monfreid








Las epístolas infernales de Céline


Las cartas a su secretaria reflejan el antisemitismo y la angustia del escritor francés


"¡No!, ¡no! No se pueden dejar ni los más pequeños detalles. ¡Los quiero todos! La más ínfima coma me apasiona". Así comienza una de las primeras cartas que Louis-Ferdinand Céline (1894-1961) dirigió a Maria Canavaggia (1876-1976), la que fuera su fiel secretaria personal desde 1936 hasta poco antes de la muerte del polémico y extraordinario autor de Viaje al final de la noche. "Desconozco el capricho y odio el acomodamiento beato. Basta".
"¡No!, ¡no! No se pueden dejar ni los más pequeños detalles. ¡Los quiero todos! La más ínfima coma me apasiona". Así comienza una de las primeras cartas que Louis-Ferdinand Céline (1894-1961) dirigió a Maria Canavaggia (1876-1976), la que fuera su fiel secretaria personal desde 1936 hasta poco antes de la muerte del polémico y extraordinario autor de Viaje al final de la noche. "Desconozco el capricho y odio el acomodamiento beato. Basta".
Cuando Canavaggia recibió esta carta, fechada el 12 de abril de 1936, empezaba a trabajar para Céline y leía las pruebas de la edición de Muerte a crédito. No sabemos qué le había sugerido, pero la respuesta del escritor es un tratado literario. Las últimas páginas, le cuenta, "las terminales", "son siempre las más rebeldes, hay que estrangularlas una tras otra". Y añade: "El lenguaje escrito estaba seco, soy yo quien le ha dado emoción". La editorial Gallimard acaba de publicar el libro Céline. Lettres à Marie Canavaggia 1936-1960, que recoge esa correspondencia infernal del autor, en parte escrita desde la cárcel.
Es todavía el Céline vital, que no permite la compasión, ni el rencor. La ocupación nazi le permitirá convertirse en el rey de Montparnasse. Escribirá panfletos antisemitas y se burlará de sus compatriotas, beneficiándose de la protección no sólo del régimen de Vichy, sino también de los jerarcas del Reich.
Escribe poco entre 1940 y 1944. Hay que esperar a la derrota de la Alemania nazi y a la salida apresurada del doctor Destouches, pues ése es el nombre de pila del escritor, para que reanude la correspondencia.
El libro recién editado corresponde al período entre 1945 y 1950 que Céline pasa en Dinamarca, adonde ha llegado huyendo de las represalias. En esas cartas se muestra sin máscara. No hay ni un gramo de locura en las cartas que envía desde su prisión, cuando la Francia triunfante de la Resistencia quiere extraditarlo para ponerlo frente a un pelotón de ejecución. "La verdad ya no se lleva", dice.
En Francia, el Comité Nacional de Escritores, con Jean-Paul Sartre a la cabeza, pasa cuentas y empieza la depuración. Céline mantiene un perfil bajo en la capital danesa. Utiliza un seudónimo, el de Lucien Courtal, uno de los personajes de su novela Muerte a crédito, con el que firma las cartas a Canavaggia.
Su editor, Robert Denoël, acusado de colaboracionista, es finalmente asesinado en París. La noticia derrumba a Céline, que escribe: "Tengo la sensación de que he dejado en Francia a un doble al que despellejan a placer (...). Nadie me ha escrito (...) la verdad, en mi caso, es el frío y el abandono, y el olvido, ni siquiera el olvido".
Dos días después del asesinato de Denoël, France Soir desvela que Céline, el más conspicuo de los intelectuales colaboracionistas, se esconde en Dinamarca. El Gobierno francés pide la extradición y el escritor, su mujer Lucette y su gato Béber son detenidos el 15 de diciembre. Él se quedará en la cárcel casi dos años. Frente a la extradición, su táctica es, literalmente, hacerse el loco, negar la evidencia. "Nunca he sido colaboracionista ni antisemita, todo lo más un patriota folclórico", asegura. Y odia a los alemanes, añade.
Conforme se pudre en prisión, su dinero se acaba y ve cómo sus libros no sólo no se reeditan, sino que cuando consigue que lo sean, por ejemplo en Bélgica, tampoco se venden. Céline da rienda suelta a su amargura: "No vivo más que para joder a los que me han jodido... Buenos consejos de aquellos a quienes no han ni quemado, ni arruinado, ni lanzado bajo las ruedas, que tienen todos sus derechos, sus medios de subsistencia, yo ya no tengo nada; sí, 54 años y el cuerpo hecho migas".
Las autoridades francesas no encuentran pruebas concretas para conseguir la extradición. El embajador consigue incluso molestar a los daneses, que se toman el caso como una prueba de que respetan las garantías legales. Céline lucha por su vida. Su extradición, sin duda, le hubiera llevado frente al pelotón de ejecución. Pero conforme pasan los meses, su caso se va desvaneciendo, gracias en parte a su abogado danés Throvald Mikkelsen. Finalmente es juzgado en ausencia en París en 1950 y poco después, en un episodio rocambolesco, amnistiado casi en secreto bajo su verdadero nombre de Destouches. Vivirá todavía una década, que utilizará con éxito para reivindicarse.



J.M.Martí Font (El país)

Agüero no es de este planeta

(Esto es una crónica, aprendan giles...)


No había esperanza. Aquí yace el Atlético, descanse en paz. El Barça se paseaba por el césped como Atila recontando víctimas. Y entonces Agüero cogió el balón por primera vez. Estaba lejos de la portería, de espaldas, sin peligro aparente, pero en ese preciso momento el genio decidió darle la vuelta al destino, al sentido común, resucitar a los suyos cuando todo era oscuridad. Burló a Milito como si fuera un pelele y disparó desde la esquina del área. Ahí apareció la Fortuna para darle su bendición al héroe en forma de pierna de Puyol. El balón se elevó y superó a Valdés. Era el empate. Pero la definitiva ascensión del Kun al panteón de los futbolistas sólo acaba de empezar.


Ahora rebobinemos 36 minutos. Rijkaard sorprendió dejando a Messi y Deco en el banquillo para dar entrada a Henry y Edmilson. Decisión decepcionante para los que nos declaramos creyentes del holandés impasible.


El Calderón era el primer gran escenario en el que se presentaba el Barça con los cuatro fantásticos (o así) al cien por cien. La lógica dictaba prescindir de Henry o Ronaldinho, hoy por hoy la mitad que Etoo y La Pulga. Pero Rijkaard fue político y señaló a Messi, el más joven, el más callado, el más débil. Lo acabaría pagando.


Aunque nada lo presagió durante la primera media hora. Aguirre se jugaba el puesto y lo hizo sin grandeza y, lo que es más incomprensible, sin sentido común. El Atleti es un desastre atrás y un portento arriba, así que salió a defenderse con ocho y olvidarse de sus mejores jugadores. Un suicidio. El Barça no daba crédito. Tocaba y se movía, rápido, sin presión, esperando a que la lógica hiciese su trabajo. Y lo hizo a lo grande, en forma de chilena de Ronaldinho. Un golazo que asombra e indigna a partes iguales. Si tienes la suerte de poseer un talento tan maravilloso, no cuidarlo debería acarrear cárcel. Fuera de broma.Si en ese momento, Cerezo baja y destituye a Aguirre allí mismo, la grada le ovaciona. El Atlético parecía a punto de sacar la bandera blanca, sabía que había un balón porque acababa de sacarlo de su portería.


Pero entonces empató Agüero y el equipo decidió ignorar el plan ruin de su técnico. Si somos buenos arriba, vayámonos arriba y que sea lo qué dios quiera. Ni siquiera fue valentía, fue pura sensatez. Y se desencadenó un tornado.


En 30 años de vida he visto grandes futbolistas en el Atlético: Hugo Sánchez, Futre, Caminero, Kiko, Torres... Todos magníficos, pero ninguno con el grado de excelencia de los elegidos que emana Agüero. Tiene 19 años y pueden suceder muchas cosas, pero si dentro de diez años estamos hablando de él en unos términos que hoy parecen sacrílegos (sí, sí, historia pura) no me sorprenderá. La fuerza está en él.


Antes del descanso, rozó su segundo gol con un taconazo y culminó la remontada con un pase genial a Maxi para el 2-1. El capitán hizo lo que mejor hace: llegar y rematar con precisión, aunque Valdés tapó poco y mal. El Barça no daba crédito: la banda Brillantina se había transformado en los Rolling Stones. Y se rindió. Volvió del vestuario como si en vez de 2-1 perdiese 4-0. Mala señal para un aspirante a la Liga.


Dos caras.


Ronaldinho olvidó su chilena y se dedicó a posar para la foto, Henry buscaba musarañas, Iniesta y Xavi se diluyeron, Messi entró tarde y frío. Sólo Etoo, siempre él, sacó el orgullo. No bastó. Raúl García y Simao aparecieron para recordar la importancia de sus ausencias en la reciente crisis y Camacho cumplió con creces, cabeza de veterano y ya con 17 años más futbolista que Cléber.


Pero, sobre todo, Agüero estaba iluminado.Si antes se la había liado a Milito, en el penalti le tocó a Puyol. Forlán puso el 3-1.


Y, como le va la marcha, en el cuarto rizó el rizo: les tumbó a los dos; Puyol y Milito, casi nada. Y la puso con rosquita pegada al palo para rematar.


El Calderón entró en éxtasis. Ni siquiera el arreón de Etoo (gol y paradón de Abbiati) enfrió el ambiente. Mensaje para perdedores: nadie dejó de cantar pensando en el favor al Madrid. Normal. De golpe, la Champions vuelve a parecer al alcance de la mano y el Barça ve lejos la Liga. Todo porque Agüero así lo decidió.


Cosas de superdotados.

sábado, 1 de marzo de 2008

La corrupción del modelo por Osvaldo Bayer


El oro destruye más que la pólvora. Los alemanes están deprimidos. En el país considerado el más organizado del capitalismo y donde la ética parecía mantener sus principios, han ocurrido sucesivos casos de corrupción increíbles. El “caso Zumwinkel” dejó a todo el sistema en su absoluta desnudez. El director de Correos en Alemania, una especie de ministro de Comunicaciones, demostró que para él el dinero era su máxima vocación. Hizo negocios por millones de euros y los depositó en Liechtenstein, el pequeño Estado europeo que juega el mismo papel en Europa que las islas Caimán en América. Lo que se gana en negro y en blanco se deposita allí y no hay que dar ninguna explicación y no pagar ningún impuesto.
Claro, los ávidos de dinero se creen todopoderosos. Pero siempre hay alguien de sus filas que los traiciona o que denuncia, por dinero, claro.


Es lo que pasó en el caso Zumwinkel. Un empleado de uno de los bancos de Liechtenstein, o mismo algún integrante del directorio, pasó al servicio de investigaciones alemán un CD con los nombres de los anónimos depositantes millonarios. Pero para entregar ese disco exigió más de cuatro millones de euros y, además, que jamás se diera a conocer su nombre. Luego de muchas discusiones entre los responsables, se accedió a pagar ese dinero. Y la olla podrida estalló ensuciando a todo el sistema. Actualmente, la fiscalía general alemana ha comenzado la investigación de setecientos acaudalados empresarios. Más de 3400 millones de euros se habrían depositado en Liechtenstein ignorando el deber impositivo.


La reacción de la sociedad fue estupor y vergüenza. Se ha llegado al límite. El sistema comenzó a temblar. Y surgió la pregunta: ¿Es imposible frenar la sed de riqueza de los ricos? Riqueza significa, por cierto, más poder. Y más poder para una minoría significa menos democracia para todos.


Después del delito del altísimo funcionario Zumwinkel que fue precedido por una serie de sorprendentes casos de corrupción en grandes empresas como Siemens y Volkswagen, la nunca enmudecida del todo trompeta de la ética sonó alto. Así no se puede seguir. Lo dice muy claramente el economista Heribert Prantl en la editorial del diario Süddeutsche Zeitung, enumerando la inmoralidad reinante en los últimos tiempos. Señala: “Todo se ha ido sucediendo como un rosario del desastre: ahí están los managers con sus frívolos sueldos, los consejos de supervisión que no supervisan nada, los bancos estatales que no se preocupan más en nada sobre el bien de la comunidad, los directores a los cuales les importan mucho más sus propias acciones que los problemas de sus dependientes.


En vista de la conjunción de todos esos síndromes olvida la opinión pública las diferencias éticas. Ya no distingue más entre los astutos, los ávidos y peligrosos, los especuladores y los infieles; los que no pagan impuestos y los que estafan con los impuestos, los sólo exagerados, los obsesionados de trabajo, los inmorales y los realmente criminales. La imagen que se saca en conclusión de los Schrepps, los Zumwinkel y los Hartz (tres altos empresarios protagonistas de los últimos negociados delictuosos) forman en conjunto para formar la imagen de la desvergüenza”.


Y más adelante advierte: “El caso Zumwinkel tal como se muestra hasta ahora es un ejemplo de la erosión de la conciencia normativa que debe regir en la economía. Este caso es tan ejemplar como cuando se produjo el escándalo por las donaciones a los partidos políticos”. Y después se critica con toda razón las amnistías que el Estado otorga de tanto en tanto a los que envían su dinero al exterior para no pagar impuestos, con tal de que lo traigan nuevamente al país. Con esto se castiga a los que cumplen con la ley y que pagan religiosamente año tras año lo ganado honestamente. Vale el principio: peca, total después te arrepientes y serás perdonado y entraremos todos juntos al paraíso.

Es triste eso de ver cómo el Estado les hace la corte a los pecadores para que vuelvan al redil.
Y sigue diciendo el diario de más tiraje de Alemania, estas sorprendentes frases de pura honesta indignación: “Se está escribiendo mucho sobre la división de la sociedad: la brecha entre pobres y ricos está cada vez más abierta. Pero lo que no se dice es que también esa distancia es cada vez más grande entre ricos y ricos. Ambas brechas, ambas diferencias ponen en peligro la paz interna”.


Y termina con estas palabras que lo dicen todo: “Detrás de toda la indignación, entre la crítica justa y la injusta a políticos y ejecutivos empresarios, se esconde ante todo un anhelo: el sueño de modelos arquetípicos y valores, de poder sostenerse en algo ético. El caso Zumwinkel es un insulto contra ese anhelo. La seguridad interior no se guarda solamente con parágrafos de leyes, con más policía y castigos penales. La justicia interior es el resultado de una confianza básica en las personas que conducen un país. Esa confianza básica es destruida por todos los que se comportan como el poderoso Zumwinkel”.

Lo transcribimos porque está muy claro. Y es de un diario “burgués” y no el discurso de algún revolucionario. Es que se han dado cuenta de que así no puede seguir, el capitalismo se desata cada vez más, y para mantener la calma en la sociedad hay que, por lo menos, intentar portarse bien y cumplir con las leyes ya de por sí muy generosas para los que aspiran a tener más y no compartir.


Es que al mismo tiempo que se descubren estas puñaladas por la espalda a quienes trabajan y que a ellos sí se les descuentan los impuestos automáticamente y no van a pasar sus vacaciones pagas a Liechtenstein, el paraíso del fraude legal, han ocurrido en estos días noticias que dejan en claro la crueldad de este sistema de la llamada “economía de mercado” o capitalismo social. En esta semana la fábrica de automóviles de lujo BMW dio a conocer la resolución que va a dejar cesantes a 8100 obreros y empleados. A pesar de haber obtenido una ganancia anual durante los últimos años de 3700 millones de euros, según datos oficiales. La gran empresa de productos de consumo Henkel anunció que en los próximos tres años va a dejar cesantes a 3000 empleados y obreros, a pesar de una ganancia declarada de 921 millones en el 2007. La medida se toma para “abaratar” la producción. Por su parte, Siemens el martes pasado dio a publicidad la decisión de cesantear a 5000 trabajadores porque ha desistido de seguir en la fabricación de material telefónico debido a errores tecnológicos.


Así de simple. Todo se soluciona cortando por lo más delgado. Si hay que ahorrar, se recurre a las cesantías, no a rebajar los altísimos sueldos de sus ejecutivos, o reduciendo las ganancias de sus dueños y sus accionistas. No, se le pega un puntapié al obrero, una patada suave, por supuesto con indemnización, claro. Pero no es el caso que se los tire al tacho de basura. La regulación debe ser el principio humano y no la ganancia. Hemos visto hace poco las lágrimas y la rabia de los trabajadores que quedan cesantes en la fábrica de handys Nokia. Porque no es el caso que se cumpla con “la ley” sino también tener en consideración cada una de esas vidas que otra vez se ven obligadas a ir a golpear puertas y vivir de la limosna del Estado ya en calidad de desocupado.


La otra pregunta es: ¿por qué Europa permite el “oasis” Liechtenstein y otras “islas” similares para depositar capitales y rehuir impuestos y no exige terminar por fin con esos centros del egoísmo y de la traición de las leyes de todo el continente? ¿Por qué Estados Unidos permite las “libertades” similares (sólo para los acaudalados del dinero en negro) en las islas Caimán y otros lugares? ¿No es la libertad para delincuentes? No está eso contra toda norma de legislación internacional? Pero eso sí, bombardea Irak y ocupa Afganistán por razones “políticas”.


Y vamos a finalizar con las palabras de Robert von Heuzinger, en la editorial del Frankfurter Rundschau. Dice claramente: “Ningún guionista de cine podría contar una historia mejor que la realidad alemana. Una democracia admirada por su estabilidad y su bienestar ha sido asolada por el neoliberalismo que amenaza con hacer estallar el consenso social”.
El oro destruye más que la pólvora.