Quienes integraron el compacto grupo de conducción que gobernó Río Negro desde 1983 se intercambian ahora proyectiles verbales, acusaciones administrativas o estocadas judiciales.
"Falta poco para que digan 'yo no lo voté'", ironizó un justicialista, estigmatizado durante años por el oficialismo y que ahora ve confirmar sus denuncias de boca de los todavía funcionarios de la gestión de Miguel Saiz. "Pero ni siquiera esperaron a que se vaya", agregó, sorprendido por el modo en que los tiempos se precipitan en la política provincial.
El Tribunal de Cuentas dio, sin dudas, la nota saliente: en su dictamen al juez que investiga los sobresueldos en el gabinete de Saiz, señaló que el adicional fue creado por una resolución sin los requisitos legales y responsabilizó al gobernador y al ex ministro Coordinador y ex candidato César Barbeito.
El Tribunal no explicó por qué tardó ocho años en expedirse sobre la cuestión. La ubicuidad de sus integrantes –Pedro Casariego, Ricardo Malaspina y Daniel Bossero– resulta tan escandalosa como las fallas que ahora señalan.
Igual podría decirse de la reciente auditoría en el Ipross. Y queda por ver si los allanamientos judiciales en organismos públicos no buscan mejorar una imagen que dejó dudas en causas vinculadas con el poder político.
Mientras esto sucede en la retaguardia de la gestión Saiz, las miradas se centran en cómo delinea su futuro gobierno el justicialista Carlos Soria.
Todavía no asumió el cargo de gobernador. Pero ya hay gente que juzga sus conductas y palabras como si fueran actos oficiales.
Por el momento, la prudencia y el equilibrio caracterizan sus acciones y su discurso... Pocos excesos verbales... Designaciones graduales y, en algunos casos, sorprendentes.
Esta semana, sus primeros pasos en Viedma estuvieron rodeados de señales auspiciosas:
- En la capital lo recibió una caravana de simpatizantes que recorrió las calles de una de las pocas ciudades en que no ganó su candidato sino el radical.
- Lo primero que hizo Soria fue visitar en su domicilio al reelecto intendente de Viedma, Jorge Ferreira, con licencia por enfermedad. "Es lo que corresponde y, además, ésta es su casa", dijo. Un buen gesto.
- En el acto de entrega de diplomas en la Legislatura, se ocupó de que sus partidarios no abuchearan a legisladores radicales.
- Su gentileza fue muy evidente hacia el vicegobernador Bautista Mendioroz, actitud que no pasó inadvertida para radicales ni para peronistas.
- Al presentar a su gabinete, el jueves por la tarde, dio muestras de que está sólida la alianza política que selló hace más de un año con el senador Miguel Pichetto y con el hoy vicegobernador electo, Alberto Weretilneck.
La fuerte personalidad de Soria y las responsabilidades propias del cargo en el Poder Ejecutivo hacen impensable, en los hechos, un "triunvirato" de gestión. Pero es evidente que escucha y confía en quienes conformaron el bloque de poder que lo llevó al gobierno, y que los tres están dispuestos a consolidar esa fuerza seleccionando funcionarios que respondan a criterios de calidad y no sólo o necesariamente a los de lealtad.
- Sin que implique matemática, podría decirse que el gabinete anunciado muestra, por tercios, un alineamiento a esos tres vectores, a pesar de que tanto Soria como Pichetto y Weretilneck niegan toda especulación: "Buscamos a las personas más indicadas, no importa a qué sector pertenezcan, dicen". Aun así: Vallaza, Rovira Bosch, Delfino y Lastra habrían llegado a sugerencia de Pichetto; Chao Monzón, Bardeggia y Alfredo Mango por recomendación de Weretilneck; y Del Valle, Palmieri, Bergonzi, Goinhex, Huentelaf y Zgaib, del "riñón" de Soria.
- Pichetto, con participación activa en las reuniones recientes, se ocupó de desalentar que los intendentes creen una Liga como la que existió en los últimos años. "Eso sirve cuando se es oposición", dijo, en respaldo a la autoridad de Soria. "Gestión, quiero gestión", insistió éste.
- Las sorpresas fueron, esta semana, el anuncio de que Edgardo Bagli será ministro de Gobierno y la reunión en la cual Soria ponderó la capacidad y la trayectoria de la ex camarista penal de Viedma Susana Milicich de Videla y ella accedió a colaborar con la gestión del roquense en una etapa por venir.
- La designación de Bagli implica un merecido reconocimiento a un aliado histórico que es ejemplo de democracia y combate a la corrupción. El viedmense –quien presidió la Democracia Cristiana durante décadas– construyó su imagen política no sobre la base de los éxitos sino de los principios. Y no sólo en relación con la honestidad, sino también sobre la calidad de la democracia: durante la Convención Constituyente de 1986 –en la cual un grupo de radicales y peronistas diseñó este sistema electoral que abrió paso a 28 años de continuismo– Bagli –sin ser convencional– recorría los pasillos advirtiendo que la distribución de tres bancas por circuito iba a desvirtuar la voluntad electoral y perjudicar la representación de las minorías. Así sucedió: en general, la representación de los circuitos correspondió dos a la mayoría y una a la primera minoría, en desmedro de los partidos menores, que quedaron fuera del Parlamento, ámbito lógico de expresión política. Esto contribuyó a diluirlos por la fatiga o realineamiento de sus dirigentes y a crear un bipartidismo con fuerte hegemonía del oficialismo.
- Milicich y María del Carmen Vivas, quien fue su par en la Cámara, fueron durante 20 años y hasta ahora dos juezas valientes, de excelente formación intelectual y moral. Podría decirse que se deben a ellas la gran mayoría de las condenas por casos de corrupción y muchos de los fallos ejemplares en materia penal. Días atrás, al dejar el Poder Judicial para jubilarse, Milicich fue largamente aplaudida cuando, a través del sistema de audio del edificio de Tribunales, se despidió aludiendo al agobio y frustración que sufrió en los últimos 15 años por "la falta de contención de mis superiores, la inexistencia de referentes válidos, la inutilidad del trabajo bien realizado". Pero instó a los jóvenes del Poder Judicial a trabajar para "recuperar los principios perdidos" y "sobre todo para tener el coraje necesario que impone en estos tiempos el resguardo a ultranza de la independencia del Poder Judicial, esa independencia tantas veces perdida en los corrillos del Poder y tan vacía de contenido en los discursos de quienes son sus principales custodios".
Esa posición y su diálogo con Soria fueron gestos hacia dentro y fuera de la Justicia.
- Delfino conoce Salud Pública y cuenta con el respeto de sus profesionales y empleados; Mango garantiza diálogo fluido con la Unter; Bagli, diálogo y depuración en la Policía sobre criterios de defensa de los derechos humanos.
Las cuentas pendientes, reconocidas por Soria, son sumar mujeres al gabinete y garantizar la conducción civil del área de Seguridad.
El equipo está. Faltan conocer las políticas.
Los meses del verano permitirán observar cómo la maquinaria de gobierno se pone en funcionamiento.
ALICIA MILLER amiller@rionegro.com.ar
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