Vivir en una ciudad que es una postal para el turismo tiene sus pros y sus contras.
El arribo de visitantes en invierno y verano genera innumerables posibilidades de negocios y servicios. Pero los altibajos propios de la actividad, el clima frío, el costo de la tierra y la creciente exigencia de estudios y capacidades especiales para acceder a puestos de empleo formal contribuyen a generar amplios contrastes sociales, que terminan siendo multiplicados por la desigualdad en el acceso a servicios de salud y educación.
La brecha económica en San Carlos de Bariloche es mucho más que un paisaje de los barrios Altos, y afecta a amplios sectores de la población que ven comprometidas sus posibilidades de acceder a una vivienda propia o de aspirar a estándares de calidad de vida que demandan en otros lugares del país un esfuerzo menor.
Si bien la Provincia de Río Negro no cuenta con un sistema de estadísticas dinámico, que mantenga actualizados los indicadores que involucran a la ciudad, una tarea así es realizada por el Centro de Estudios Regionales de la Universidad Fasta, de Bariloche.
El director del CER, Hugo Monasterio, aportó a "Río Negro" un dossier que permite analizar la evolución relativa de la población –con sus variables relacionadas al desempleo y la pobreza–, así como el producto bruto geográfico, la inflación, la demanda habitacional y otra información valiosa para comprender la situación y útil para quienes deben trazar programas de acción tendientes a mejorar la calidad de vida de las personas.
La población
Según el censo 2001, en el ejido de Bariloche vivían 93.101 personas. La Provincia no cuenta con un sistema de actualización de datos por lo cual para obtener una cifra exacta habrá que esperar al Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2010, que se realizará el 27 de octubre de este año.
No obstante, el CER realizó una estimación de población sobre el terreno, calculándola en función de la cantidad de viviendas que hay en cada sector de la ciudad. Para ello, realizó una proyección en base a un muestreo de viviendas por manzana en los diversos barrios. Eso le permitió estimar que a fines de 2009 vivían en la ciudad 133.063 personas. (Ver cuadro 1 de distribución población)
El método del relevamiento aportó también elementos para estimar la población según su nivel económico, que en un porcentaje considerable se vincula con el lugar de ubicación en el terreno y la condición de tenencia de la tierra.
En función de ese estudio, el CER realizó una proyección de la población que tendrá Bariloche en el año 2020. Según las diferentes variables de crecimiento vegetativo y de las migraciones, la opción de mínima indica que en una década la ciudad tendrá 160.550 habitantes si se considera una tasa de fecundidad de 0,1766 y una tasa de mortalidad de 0,7779, así como una tasa mínima de migración de 0,81 por mil anual, que es la estimada por el Indec.
Si, en cambio, se considera que Bariloche supera la mínima de migración interna y se le adjudica una tasa de 1,54 por mil anual –que surge de promediar la estimada por el Indec con la media histórica–, la población en 2020 ascendería a 176.145 personas. Mientras que si la tasa de migración se calcula promediando la estimada por el Indec con la máxima histórica –de lo que resulta un 2,30 por mil anual– la ciudad tendrá en una década 193.920 habitantes, que demandarán vivienda y servicios, usarán las calles y los espacios comunes.
El turismo
Según la Encuesta de Coyuntura Hotelera que realiza Estadísticas de Río Negro, la información referida al primer trimestre del año 2009 muestra bajas en el nivel de actividad –ya sea por la caída en la cantidad de visitantes como en los pernoctes– en un 18%. Según la procedencia hubo una caída en la cantidad de visitantes de países limítrofes.
Esto se refleja también en la información relevada por el Centro de Estudios Regionales, que marcó en el último bienio una desaceleración en el crecimiento de la actividad turística, la de mayor incidencia en la economía local.
Según Monasterio, varios factores incidieron al respecto:
• las erupciones del volcán chileno Chaitén, que obligaron a suspender numerosos vuelos y generaron cancelación de reservas hoteleras;
• la crisis del campo de 2008, que –entre otras manifestaciones– se tradujo en cortes de rutas en diversos puntos del país;
• la recesión de la economía del país;
• la crisis financiera internacional, que desalentó la llegada de turistas extranjeros;
• la gripe A H1N1, por los temores que provocó en todo el mundo;
• las devaluaciones con que Brasil y Chile buscaron evitar fugas de divisas y retener a sus ciudadanos en circuitos turísticos locales;
• el proceso inflacionario en el país, que resta poder adquisitivo a potenciales turistas de origen nacional.
La alta incidencia del turismo extranjero y las grandes discrepancias sobre el alcance de la inflación en el país motivaron que el CER exprese las cifras de actividad económica en dólares.
En el cuadro Nº 2, se advierte la decisiva incidencia que tiene el turismo en la economía barilochense, mucho mayor si se cuenta su efecto multiplicador en otras áreas como el comercio minorista y mayorista, la construcción o los servicios. Eso explica que "el PBI –que en 2007 había crecido 8,07% respecto de 2006– se desaceleró fuertemente en 2008, incrementándose apenas 4,31%. Peor aún fue el año 2009, en que la producción global se estancó a tal punto que pronto derivó en un cuadro recesivo, registrándose un guarismo negativo (-1,43%), que no se veía desde la época de la convertibilidad", detalló Monasterio.
Población activa y desempleo
Con una población en constante aumento, y en el marco de una actividad económica en retracción, otro dato que toma relevancia es el que indica que sólo el 44,84% de la población está efectivamente en actividad o procura estarlo. La mayor parte de la población –un 55,16% del total– es pasiva, porque no trabaja ni procura tener actividad económica. (Ver cuadro 3)
En cuanto a las tasas de desempleo y subempleo en Bariloche, la estimación a diciembre de 2009 efectuada por el CER señalaba que 5.435 personas –lo que equivale al 9,11% de la población económicamente activa de la ciudad– estaba desocupada, mientras que una cifra mayor de 6.035 personas –el 10,13% de la población económicamente activa– estaba subocupada.
A su vez, entre los subocupados se advierte que unas 4.285 personas –el 7,19% de la PEA– son demandantes de empleo, es decir que están dispuestas a trabajar más horas y buscan activamente un empleo adicional, mientras que 1.750 personas –el 2,94% de la PEA– son subocupados no demandantes de empleo.
El costo de vida
La economía barilochense muestra otro dato que conspira contra el poder adquisitivo de las personas que allí viven: la inflación es bastante superior a la que calculan para el Gran Buenos Aires las consultoras privadas y casi el triple de la que fija para esa zona central del país el Indec.
En Bariloche no se relevan datos para el Índice de Precios al Consumidor oficial, pero el CER lo calcula desde hace años. De su estimación surge que entre 2005 y 2009 los precios minoristas crecieron en Bariloche un 138,05%, mientras que para el Gran Buenos Aires el incremento fue, según el Indec del 54,32% y, según la estimación de la Universidad Austral, del 112,92%.
Esto tiene su correlato en el costo de la canasta básica alimentaria y de la canasta básica total, que son los parámetros para establecer con cuánto dinero debe contar una familia para estar por encima del nivel de pobreza y de indigencia, según los casos.
Si se observa el Cuadro 4, según el Indec, al 31 de marzo en el Gran Buenos Aires una familia tipo necesitaba ingresos mensuales de al menos $ 511,31 para no ser considerada indigente, y de $ 1.149,50 para no ser pobre.
En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a la misma fecha, una familia similar debía contar con ingresos mensuales de por lo menos $ 1.249,24 para no caer en la indigencia, y de $ 2.704,76 para eludir la línea de pobreza.
En San Carlos de Bariloche una familia equivalente cuyos ingresos fueran menores a $1.462,27 por mes se encontraba en marzo en estado de indigencia, y si no llegaba a $3.064,51 técnicamente debe ser encuadrada como pobre. En todos los casos se consideró que no deba pagar alquiler ni expensas, que no use vehículo propio, no cuente con servicio doméstico, no envíe los niños a colegio privado ni tenga medicina prepaga.
Pobreza e indigencia
Luego de un cruzamiento de datos disponibles de población, empleo y actividad económica, el CER estimó que al 31/03/2010 existían en Bariloche 33.266 hogares. Esta cifra resulta congruente si se considera el total de medidores habilitados por la Cooperativa local de Electricidad (37.214) quitando los que corresponden a edificios públicos, empresas, espacios comunes en edificios de propiedad horizontal y shoppings, galerías, etc.
Si se toman en cuenta las referencias aportadas por la Anses y la encuesta de ingresos realizada en 1.478 hogares de Bariloche entre los días 2 y 27 de marzo de 2010 y se proyectan sus resultados aplicando criterios de estadística, 7.448 hogares (un 22,39% del total) se encuentran bajo la línea de pobreza. Y, entre ellos, 2.675 hogares (el 8,04% de los 33.266 grupos familiares) están en situación de indigencia.
Esto equivale a decir que de los 133.063 habitantes con que aproximadamente cuenta la ciudad, 41.516 son pobres (31,20% del conjunto) porque sus ingresos mensuales como grupo familiar no alcanzan para adquirir la canasta básica total. Y, además de ellos, 14.770 habitantes (11,10% de los residentes estables) deben ser considerados "indigentes", por cuanto los recursos mensuales de su grupo familiar no bastan para comprar la canasta básica alimentaria. (Ver cuadro 5)
Otro relevamiento del CER permite concluir que el 31,78% de las familias de Bariloche está afectada por el déficit habitacional, puesto que alquila en forma permanente para vivir -casas, departamentos o habitaciones en vivienda ajena-, vive en forma gratuita en casa de familiares o allegados, ocupa tierras de las que no tiene título pero sí una autorización precaria o directamente es ocupante ilegal de tierras a las que no tiene derecho. (Ver cuadro 6)
Un punto de partida
A modo de conclusión, Bariloche tiene varios temas de que ocuparse, pero cuenta a su favor con una envidiable cantidad de profesionales interesados en aportar datos y propuestas que resultan indispensables a la hora de formular un diagnóstico y planes de acción. Puede afirmarse que, en ese marco, los centros académicos públicos y privados suplen en alguna medida los baches del sector público en la producción de relevamientos y estadísticas actualizadas y confiables.
ALICIA MILLER
amiller@rionegro.com.ar
No hay comentarios:
Publicar un comentario