martes, 7 de diciembre de 2010

Almorzando con Videla (Mayo 1976)


MAYO DE 1976


Almorzando con Videla...



"Le agradecí personalmente el golpe del 24 de marzo, que salvó al país de la ignominia, y le manifesté mi simpatía por haber enfrentado las responsabilidades del gobierno. Yo nunca he sabido gobernar mi vida, menos podría gobernar un país", dijo Jorge Luis Borges, y los periodistas de Casa de Gobierno se sonrieron: ya tenían un titulo para sus notas. El miércoles 19, Borges, Ernesto Sábato, Horacio Esteban Ratti (presidente de la Sociedad Argentina de Escritores) y Leonardo Castellani (un sacerdote que escribía) almorzaron durante mas de dos horas con el general Jorge Videla y con otro general, José Villarreal, secretario general de la Presidencia. Primero los contertulios bebieron whisky, jerez y jugo de frutas. Videla inició la conversación preguntándole a Borges sobre su viaje a los Estados Unidos y los resultados de su operación de ojos. Borges le contestó que estaba muy cansado por ese recorrido de cuatro meses y, sobre todo, por la comida americana. En cuanto a su vista, intentó una demostración: señaló dónde estaba el perchero, dónde una silla, dónde un cuadro. Y enseguida le dio un vahído, estuvo a punto de caerse y lo atajaron Videla y Ratti. Cuando se recuperó, todos pasaron al comedor privado. "El desarrollo de la cultura es fundamental para el desarrollo de una Nación", dijo Videla varias veces, y los demás asentían.





A la derecha del presidente estaba el padre Castellani. A la izquierda, Ernesto Sábato. Enfrente Borges. Y a sus lados Ratti y el general Villarreal . Un mozo les servía un menú que la prensa calificó como "sobrio": budín de verduras con salsa blanca, ravioles y ensalada de frutas con crema o dulce de leche, con vino tinto Bianchi 1887 y San Felipe blanco. Videla, dijeron después los escritores, se dedicó a escuchar y les repitió varias veces que para él era un honor compartir esa mesa con tan importantes personajes. - Es imposible sintetizar una conversación de dos horas en pocas palabras, pero puedo decir que con el presidente de la Nación hablamos de la cultura en general, de temas espirituales, culturales, históricos y vinculados con los medios masivos de comunicación. Hubo un altísimo grado de comprensión y de respeto mutuo, y en ningún momento la conversación descendió a la polémica literaria e ideológica y tampoco caímos en el pecado de caer en banalidades; cada uno de nosotros vertió sin vacilaciones su concepción personal de los temas abordados. Dijo, a la salida y a la prensa, Ernesto Sábato, y siguió: -Fue una larga travesía por la problemática cultural del país. Se habló de la transformación de la Argentina, partiendo de una necesaria renovación de su cultura.



Después le preguntaron su opinión sobre Videla: -El general Videla me dio una excelente impresión. Se trata de un hombre culto, modesto e inteligente. Me impresiono la amplitud de criterio y la cultura del presidente. Dijo Ernesto Sábato, y los periodistas volvieron a sonreír: ya tenían un cierre. Ya en 1978, Sábato Explicaría su posición en un articulo de la revista alemana Geo: "La inmensa mayoría de los argentinos rogaba casi por favor que las Fuerzas Armadas tomaran el poder. Todos nosotros deseábamos que se terminara ese vergonzoso gobierno de mafiosos", dijo, para explicar el golpe de marzo. Y, mas adelante: "Desgraciadamente ocurrió que el desorden general, el crimen y el desastre económico eran tan grandes que los nuevos mandatarios no alcanzaban ya a superarlos con los medios de un estado de derecho. Porque entre tanto, los crímenes de la extrema izquierda eran respondidos con salvajes atentados de represalia de la extrema derecha. Los extremistas de izquierda habían llevado acabo los mas infames secuestros y los crímenes monstruosos más repugnantes". Y, para concluir: "Sin duda alguna, en los últimos meses, muchas cosas han mejorado en nuestro país: las bandas terroristas han sido puestas en gran parte bajo control".


- Caparrós y Anguita, "La Voluntad", Tomo III, pág 72

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Reportaje a Leonardo Castellani

El 19 de mayo de 1976, el entonces presidente Jorge R. Videla almorzó, en la Casa de Gobierno, con los escritores Ernesto Sábato, Jorge Luís Borges, Leonardo Castellani y el presidente de la Sociedad Argentina de Escritores, Horacio E. Ratti.

A su término, los invitados atendieron a la prensa en la misma explanada de la Rosada. Sábato señaló que "hubo un altísimo grado de comprensión y respeto mutuos. En ningún momento la conversación descendió a la polémica literaria o ideológica” (La Opinión, 20/5/76). También expresó su inquietud por “la prisión del escritor Antonio di Benedetto” (La Razón, 19/5/76).

Castellani, por su parte, habló de su preocupación —también lo relata en el reportaje— por Haroldo Conti, “un cristiano que fue secuestrado hace dos semanas y del que no sabemos nada" (La Opinión, 20/V/76). Ratti comentó haber dejado una lista de reivindicaciones e inquietudes y Borges hizo mutis por el foro.

Un mes más tarde, la revista Crisis —aún bajo la dirección de Eduardo Galeano y Federico Vogelius—procuró conversar con los protagonistas.

“Requerido por teléfono para una entrevista, Ernesto Sábato afirmó: ‘yo no hago declaraciones para la revista Crisis’, Borges, a su vez, dijo no tener tiempo y. lamentablemente, su disponibilidad de horarios excedía los límites del cierre editorial de esta publicación. Si, en cambio, pudieron ser entrevistados los escritores Leonardo Castellani y Horacio Esteban Ratti”. (Crisis, julio de 1976)

Este fue el último número que la revista pudo publicar. De allí extraemos este reportaje al cura Castellani, quien puntualiza detalles de lo conversado —son notorias las diferencias con la versión de Sábato— en aquel significativo encuentro.


—Padre Castellani, durante varios días un amplio sector de la opinión pública no hizo más que comentar el almuerzo entre les escritores y el presidente Videla...

—Bueno, es cierto, pero la gente se olvida de que fue nada más que un almuerzo y en los almuerzos se come más que se habla ...

—Pero usted y los demás escritores fueron invitados para conversar sobre ciertos temas...

—Sí. En realidad, el más callado fui yo. Dije algunas cosas pero quienes más hablaron fueron los demás, sobre todo Sábato y Ratti que llevaban varios proyectos.

—¿Y el presidente?

—Él y yo fuimos los más silenciosos. Videla se limitó a escuchar. Creo que lo que sucedió es que quienes más hablaron, en vez de preguntar, hicieron demasiadas propuestas. En mi criterio, ninguna de ellas fue importante, porque estaban centradas exclusivamente en lo cultural y soslayaban lo político. Sábato y Ratti hablaron mucho sobre la ley del libro, sobre el problema de la SADE, sobre los derechos de autor, etc.

—Bueno, padre, al fin y al cabo, en una reunión de escritores...

—Sí, pero la preocupación central de un escritor nunca pueden ser los libros, ¿no es cierto? Yo traté de aprovechar la situación por lo menos con una inquietud que llevaba en mi corazón de cristiano. Días atrás me había visitado una persona que, con lágrimas en los ojos, sumida en la desesperación, me había suplicado que intercediera por la vida del escritor Haroldo Conti.

Yo no sabía de él más que era un escritor prestigioso y que había sido seminarista en su juventud. Pero, de cualquier manera, no me importaba eso, pues, así se hubiera tratado de cualquier persona, mi obligación moral era hacerme eco de quien pedía por alguien cuyo destino es incierto en estos momentos. Anoté su nombre en un papel y se lo entregué a Videla, quien lo recogió respetuosamente y aseguró que la paz iba a volver muy pronto al país.

—¿Qué afirmaron los demás asistentes?

—Fíjese que curioso: Borges y Sábato, en un momento de la reunión, dijeron que el país nunca había sido purificado por ninguna guerra internacional. Ellos, más tarde lo negaron, así como aseguraron decir cosas que, en realidad, no dijeron. Pero hablaron de la purificación por la guerra.

Lo interesante es que el presidente Videla, que es un general, un profesional de la guerra, los interrumpió para manifestar su desacuerdo. Creo que eso le desagradó mucho, pues motivó una de sus pocas intervenciones. A mí también eso me cayó como un balde de agua fría, por lo tremendo que eso significa.

Además, por lo incorrecto: se olvidan que la Argentina atravesó varias guerras internacionales, como la de la independencia, la del bloqueo anglo-francés, la del Paraguay, y más bien que de esas contiendas no salió purificada.

—Quizás ellos quisieron decir que la situación difícil de la Argentina no se justificaba, pues, a diferencia de Europa, no había sufrido ninguna guerra...

—Vea, en lo que va de este siglo Europa sufrió ya dos guerras mundiales, pero no por eso es más pura que la Argentina. Al contrario... Por eso le digo que de ese almuerzo, si es por lo que se habló, no puede haber salido algo muy positivo o trascendente. A lo mejor, el presidente se llevó una impresión favorable y pudo rescatar algunas ideas que allí se lanzaron, pero nada más.

—Su balance, entonces, no parece muy optimista...

—No, ni puede serlo. Sábato habló mucho o peroró, mejor dicho, sobre el nombramiento de un consejo de notables que supervisara los programas de televisión. En Inglaterra funciona una instancia similar, presidido por la familia real e integrado por hombres notorios de todas las tendencias.

Cuando estuve hace mucho en Inglaterra, Chesterton me habló de ese consejo del cual él formaba parte y que, por aquel entonces, supervisaba sólo la radie, ya que la televisión todavía no existía. Eso quería Sábato que se hiciese en la Argentina. Borges dijo que él no integraría jamás ese consejo de prohombres. Sábato, entonces, agregó que él tampoco.

Yo pensé en ese momento para qué lo proponían entonces. O sea que ellos embarcaban a la gente pero se quedaban en tierra. Personalmente, no creo que ese consejo sea una decisión muy importante ...

—Dentro de su larga experiencia, ¿qué significa este almuerzo?

—Para mí fue un hecho agradable, pero no muy trascendente. Al menos, que los hechos posteriores demuestren lo contrario, como por ejemplo, que aparezca el escritor Haroldo Conti. Algunos me habían pedido que intercediera también por varios ex funcionarios cesanteados aparentemente en forma injusta. Pero no quise hacerlo, pues me pareció que esos casos desdibujarían la dramaticidad de la situación de Conti, por cuya vida se teme...

—¿No se plantearon los cuatro asistentes hacer un balance juntos de esa experiencia que los involucraba?

—Al salir, había una nube de periodistas y los fotógrafos eran interminables, parecían formar de seis en fondo. Borges aprovechó algún vericueto para retirarse rápidamente. Antes de hacerlo nos invitó para que fuéramos a su casa a tomar un café. Cuando Sábato, Ratti y yo logramos zafarnos del asedio periodístico, nos fuimos hasta la casa de Borges, pero ahí nos llevamos una sorpresa. Una persona que nos abrió la puerta dijo que Borges no nos podía atender porque estaba en cama con fuertes dolores de estómago. En fin, son cosas que pasan...

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Teoria NAIRU

“La crisis global ha revelado que la destacada performance macroeconómica de USA y del UK desde 1995 hasta el 2006 era simplemente una fachada. Detrás, se iba acumulando una montaña de créditos sin garantías y deudas hipotecarias. Todos conocemos la forma en la que colapsó la montaña.”

“Los economistas del mainstream no previeron en ninguna manera la crisis, exponiendo el fracaso de la ortodoxia de una era completa de pensamiento, enseñanza, prácticas y asesoramiento económico. Como escribió Willem Buiter –Economista en Jefe del Citygroup – en el Financial Times: El entrenamiento típico en macroeconomía y economía monetaria que se viene recibiendo en las universidades Anglo Americanas durante los últimos 30 años, probablemente nos ha retrasado décadas en la comprensión e investigación de políticas económicas y conductas macroecónomicas agregadas. Fue un costoso desperdicio de recursos privados y sociales.”

“Creemos que la teoría de la NAIRU (teoría de tasa de desempleo que no acelera la inflación), el corazón de los estudios de macroeconomía y economía monetaria del mainstream, tiene gran responsabilidad en la creación de la crisis.”

“La NAIRU es la tasa de desempleo de equilibrio (los autores del paper la encuentran similar a la teoría del ejército de reserva de desocupados de Carl Marx). Este desempleo de equilibrio es el resultado del conflicto distributivo entre trabajadores y empresas. Los trabajadores negocian salarios diseñados para proveerles un cierto standard de vida, mientras que las empresas establecen precios para tener beneficios por sobre los costos laborales. Esta puja se refleja en las variaciones del desempleo. Si los trabajadores demandan aumentos “excesivos”, el equilibrio de desempleo aumentará, forzando a los trabajadores a reducir sus pretensiones. La política macro clave de la NAIRU implica que ni los gobiernos ni los bancos centrales deben impulsar el empleo pleno, porque los esfuerzos por empujar la tasa de desempleo permanentemente por debajo del umbral crítico (la NAIRU) fracasarán, generando solamente inflación (y no crecimiento). Las políticas monetarias y fiscales no son efectivas en tanto el desempleo es considerado estructural o “voluntario”. La clave de la política de empleo de la doctrina NAIRU es desregular los mercados laborales, desmantelar los estados de bienestar y debilitar la capacidad de negociación de los sindicatos, con el objeto de reducir salarios reales y aumentar la rentabilidad de las empresas. De acuerdo a la doctrina, esto llevaría a un aumento de las inversiones, a una disminución del desempleo (especialmente de la mano de obra sin calificar) y en general a un mejor desempeño de la economía macro. Sostiene que existe un intercambio entre crecimiento e igualdad. En otras palabras, que el precio a pagar por mayor empleo son salarios bajos.”

¿ Y qué tiene que ver la NAIRU con la crisis global actual?

“Como argumenta Gabriel Palma (2009), el proceso de profundización financiera de US (y el global) se relaciona con el enorme y sostenido aumento de la desigualdad desde 1980. La economía de la doctrina NAIRU ha creado mercados laborales desregulados y ha desmantelado los estados de bienestar, lo que ha determinado un muy marcado aumento de la desigualdad, especialmente en US, al mismo tiempo que la ha legitimado como el subproducto inevitable de una economía competitiva global. Estas enormes desigualdades, a su vez, han desestabilizado el sistema, dejándolo vulnerable a la inestabilidad financiera.”

Los autores del paper sostienen que el aumento de la desigualdad es la base de la actual crisis financiera global.

“Los salarios, por ejemplo, no son solamente costos para una empresa (como asume el modelo NAIRU), sino que salarios más altos resultan en beneficios macro en términos de mayor demanda y crecimiento productivo. Salario altos significan más consumo, más demanda, mayor utilización de la capacidad de las empresas y por lo tanto, mayores ganancias. La acumulación de capital, a su vez, aumentará en respuesta al crecimiento de demanda y de ganancias, resultando en mayor productividad.

Salarios altos y regulaciones al mercado laboral (que ofrezca fuerte protección legal a los trabajadores y les otorgue mayor poder de decisión sobre sus empleos y las empresas) comprometerá a los trabajadores a ser más productivos. Salarios altos y leyes pro-trabajadores también motivarán a las empresas a invertir en progreso tecnológico, aumentando la productividad.

Para terminar, el enfoque NAIRU descarta toda posibilidad de crecimiento igualitario. Por lo tanto, el primer paso hacia un cambio progresivo es expandir el espacio académico y la visibilidad pública de enfoques macroeconómicos alternativos que se ocupen de los problemas económicos profundos que presenta nuestro tiempo.”

Justamente lo que resisten las grandes corporaciones en nuestro país, y una de las razones más poderosas por las que se oponen a una ley de medios que permita la visibilidad de otro relato.

domingo, 7 de noviembre de 2010

La transformación del número en fuerza (José Pablo Feinmann)

1
La sorpresa fue para todos: para los peronistas nacional-populares y para los enemigos del proyecto que esa fuerza impulsa desde 2003 y ha acentuado desde 2008. ¿De dónde salió tanta gente? ¿De dónde salieron todos esos cristinistas? Me suena lindo esto: cristinistas tiene un aire de nuevo, tiene un perfume de mujer exquisito, un feminismo que se asume con fuerza ante los hombres, ante los viejos machos hoy en alevosa retirada y, a la vez, los acepta, porque la mujer que da origen al neologismo es mina, es linda, es independiente y lo fue al lado de un hombre, que se sintió orgulloso justamente por eso: porque tenía a su lado a una mujer inteligente y brillante, que no sólo se le ponía de igual a igual sino que lo exigía, que le pedía todo el tiempo que fuera más y que lo fuera con ella, que le impidiera dejarlo atrás, porque lo amaba y quería seguir adelante con él, por eso cristinismo suena mejor que peronismo y hasta que kirchnerismo, porque suena a independencia, a germinación, a dar a luz ideas, proyectos, osadías, porque las minas no sólo dan a luz hijos de los tipos a los que supuestamente pertenecen (¿hasta cuándo ese “de” infamante para las mujeres, una mujer no es de nadie, es libre, es ella, tiene su nombre y su apellido, hasta cuándo ese “de” burgués del siglo XIX que adosa a las mujeres a los hombres en tanto propiedad privada?; probablemente Cristina conserve el “de Kirchner” para recordarlo, pero es una cuestión política, ella es ella y ahora no tiene otro remedio más que ése: ser lo que siempre fue junto al hombre que eligió: ella, pero ahora sola, con el recuerdo, la memoria y hasta las ideas compartidas y los buenos consejos de él, pero sola), sino que dan a luz sorpresas luminosas que pueden sorprendernos todos los días y mantenernos despiertos, alertas, con los músculos, los nervios y las neuronas tenso/as (¡ese machismo del lenguaje que toma el régimen del masculino para los adjetivos, cuánto hay que cambiar en este perro mundo!). No me volví feminista. Admiro simplemente a las mujeres. Primero: porque son bellas. Segundo: porque hace treinta años que estoy al lado de una compañera bárbara, sin la cual no sería lo que soy ni la mitad de lo que soy, sea lo que mierda sea, porque, en verdad, quién puede saber lo que es si apenas es algo ya es otra cosa, que es la esencia de la libertad, al menos de los que la ejercen y no se anquilosan como idiotas hijos de la TV o de los medios que buscan hacer basura con la gente. (Sugerencia de cambio para la revista Gente: Gente Idiota. Porque Gente es fresca... y pelotuda.)

2
El problema central para el cristinismo es ahora transformar en fuerza militante a la inmensa cantidad de personas que desfilaron ante el féretro de Kirchner. Que nadie crea que alcanzará con haberse dado una vuelta por la Rosada (aunque, lo sé, fue más que eso, pero me interesa ahora marcar otra cosa) para fortalecer el gobierno de Cristina Fernández. Que no lo crean tampoco los líderes que rodean a la Presidenta. Una situación emocional: hombre que muere joven, que llena de culpas a todos los que lo atacaron, a los que cacerolearon contra él en el 2008 (¿cuántos de éstos habrán ido a lavar esa culpa?), a los tacheros que durante todos estos años si abrieron la boca (¡y cómo la abren!, cómo habla el tachero argentino lo quiera o no el pasajero, parecieran militantes de una causa de hierro en la que creen a muerte: odiar a Néstor y Cristina Kirchner) fue para putearlos, hasta a los jóvenes de familias acomodadas que repitieron las palabras de sus padres, que convoca a adherentes emocionales momentáneos, que han ido porque les impresiona la muerte de un tipo joven, a jóvenes, a chicos y chicas, que ahora descubren lo “copado que era el Flaco”, a formidables tenores que te cantan un Ave María que te parte el corazón pero que termina el Ave María y se va y Cristina necesita que siga cantando, cantando al lado de ella, porque la música tiene que seguir, y no sólo el Ave María sino otras músicas, menos tiernas, menos dulces, más agresivas, a la altura de los Himnos de Guerra que día a día los medios entonan desde sus miles de voces bancadas por empresas poderosas, monopolios formados con capitales nacionales e internacionales, con diarios de inmediata e ininterrumpida relación con la Embajada de los Estados Unidos y, a través de ésta, inevitablemente, con la CIA y el FBI, a los que este Gobierno no les gusta nada. ¡Qué enemigos, caramba! ¡Qué fuerza habrá que nuclear!

3
De aquí la propuesta. A no entusiasmarse demasiado con los números. Con las encuestas. Las encuestas no salen a la calle. Los que salieron a la calle a despedir a Kirchner deberán saber que ese compromiso, que esa muestra de amor, deberá prolongarse en política, en militancia. En dolor ante la muerte, si se agota en sí mismo, permanece en el lugar de donde surgió: en la muerte. Hay que transformar ese dolor en militancia. Si Kirchner se definió a sí mismo como un heredero (no violento, como tantos y tantos y tantos) de la militancia juvenil de los setenta, hay que dar forma (con las decenas de miles de jóvenes que seguirán a Cristina a lo largo y lo ancho del país) a una nueva juventud. Que será peronista, o kirchnerista o cristinista. Pero esos jóvenes deberán saber ya (y ya lo saben) que la militancia será territorial y no armada. Se diferenciarán en esto, tajantemente, de los jóvenes de los ’70. Si quieren admirar al Che como símbolo de la rebelión, perfecto. Si lo toman como el héroe y el mártir de la lucha armada y el foco (teoría que le dio un francesito de esos años: Regis Debray y que Guevara perfeccionó y llevó a la práctica, una práctica desastrosa en la que sin duda tuvo la dignidad impecable de morir, de poner su cuerpo al lado de sus ideas, penosamente equivocadas, de aquí que ese cuerpo terminara acribillado por un pobre y asustado soldadito boliviano) el camino será otra vez el del desastre. Si insistimos tanto en la militancia territorial y no en la violencia, es porque la violencia fue un mal camino. Llevó a la muerte a una generación de jóvenes en toda América latina. Pero la militancia territorial ha vuelto a ponerse sobre la mesa de la mejor política. Que ya no se hace a través de los medios. Al ver a esos millones de argentinos (peronistas y no peronistas) desfilar junto a Néstor y abrazar a Cristina con un abrazo-promesa (no te vamos a abandonar) muchos empleados periodísticos de las grandes empresas multinacionales de la comunicación se habrán sentido no sólo defraudados, azorados también. ¿Cómo, y todo el trabajo que hicimos? ¿Y todo lo que le hemos dicho a esta gente durante años? Parece, señores, que no sirvió. Que hay otros canales por donde ahora se filtra la verdad, que la verdad, parece, no la construyen ustedes. Que los sujetos son todavía capaces de un acto libre. Porque fue un ejercicio poderoso de la praxis libre del sujeto haber ido a despedir a Néstor Kirchner. Los sujetos no están sujetados. La rebelión no es inexplicable. Ejercer la libertad fue decirle no a la política omnipresente comunicacional, y salir a la calle, inundar la territorialidad. En el conflicto de la 125 los ínfimos movileros que los medios arrojaban a la calle (conscientes de las órdenes que tenían) preguntaban a los militantes kirchneristas: “¿Viniste por el choripán? ¿En qué medio te trajeron?” Y a los conchetos del otro lado: “¿Nos podría explicar la causa por la que vino hasta aquí?” Del lado concheto, la causa. Del lado de “la negrada peronista”: el choripán o el camión de algún sindicato. De un lado, la libertad de elección. Del otro, la manipulación del aparatismo. ¿Fueron esos movileros a preguntarle a alguno de los que estaban haciendo interminables colas para despedir a un líder popular quién los había traído, si habían venido por el choripán? Sería interesante haberlo intentado. Pero los medios se cuidaron. Se pasmaron. Se sorprendieron hasta el dolor. No todos. Hubo, para mí, una excepción valiosa. Ya llegaré a ese punto.

4
Que la militancia territorial haya ganado otra vez el protagonismo significa que lo más genuino del peronismo (del peronismo del ’45 y el de los ’70) ha regresado. La política territorial exige del militante más que la política mediática. La mediática no le pide nada. Porque los militantes no van a los medios. Van los jetones. Los dirigentes. Y los intelectuales de nombre, los “referentes”. La única posibilidad que tiene el militante es esta hermosa posibilidad que está de nuevo entre nosotros y a la que le damos una bienvenida esperanzada: la territorial. Se gana la calle. Hay que ganar la calle. La política se hace ahora saliendo de casa. Basta de estar eternamente mirando la tele o boludizándose con Internet. El número fue poderoso durante estas jornadas. Pero hay una consigna de John William Cooke que hay que recordar ahora más que nunca: la transformación del número en fuerza. Y ya lo ven: lo nombré a Cooke. ¿Setentismo? No creo: Cooke fue desde jovencito diputado peronista. Además, ¿a quién quieren que cite: a Ivanisevich, a Mendé? (No los conocen. ¡Mejor! Ni los busquen en Internet. Basta de buscar en Internet, por favor. Busquensé un poco a sí mismos. Van a encontrar mayores tesoros. Verdades y no informaciones. Verdades, además, acerca de ustedes. ¿Cuántos encontraron súbitamente su verdad saliendo a la calle el miércoles?) El número ya cumplió su tarea. Los que lloraron a Kirchner y fueron a dar apoyo a su viuda fueron innumerables. Tantos como los que pidieron la renuncia de Cobos. Que no se lo pueda echar porque se aferra a una ley que lo sostiene es una vergüenza moral e institucional. Moral, porque es un mentiroso y un hipócrita. ¡Declaró que Kirchner había sido un gran presidente! Institucional, porque todos saben que ese hombre no está ahí para cumplir con el cargo que ocupa: ser un orgánico de la Presidenta. Un Presidente y un Vice forman una entidad institucional orgánica, que funciona complementándose. ¿Cómo puede ser que este señor sea el jefe de la oposición, que funcione como el cuchillo que pende sobre la cabeza de la Presidenta, que a Kirchner hayan tenido que velarlo en la Casa Rosada y no en el Senado como se veló a la mayoría de los presidentes porque este Senado lo preside un enemigo?

5
La transformación del número en fuerza es la consigna de la hora. ¿Cómo se consigue? Tiene que penetrar en el sujeto libre la necesidad de expresar esa libertad a través de la praxis política. Tiene que surgir la pasión de compartir una causa. De participar de la historia. De sacar el culo de la silla que tenés frente a Internet o frente al televisor. De salir de la soledad a la que el universo mediático te condena. Si te gusta el twitter, seguí. Pero no es lo mismo twittear que mirarle la cara a un compañero. Que verle los ojos. Olerlo. Tocarlo. Abrazarlo, ya en la desdicha o el triunfo. No es lo mismo querer hacer la historia que mirar cómo otros la hacen. No es lo mismo ser protagonista que ser pasivo, inerte, poco o nada.

Addenda: Ya no leo los diarios de la derecha. Si hay algo que vale la pena, alguien siempre me lo dice. Esta vez me dijeron: “Leé la nota que Beatriz Sarlo publicó el jueves 28 en La Nación”. La leí. Dice: “Pensé también en los que formaron el lado intelectual del conglomerado que armó Kirchner. Con ellos he discutido mucho en estos años. Sin embargo, me resulta sencillo ponerme en su lugar. Muchos vienen de una larga militancia en el peronismo de izquierda; vivieron la humillación del menemismo, que fue para ellos una derrota y una gigantesca anomalía, una enfermedad del movimiento popular. Cuando los mayores de este contingente representativo ya pensaban que en sus vidas no habría un renacimiento de la política, Kirchner les abrió el escenario donde creyeron encontrar, nuevamente, los viejos ideales. Pensé que se engañaban, pero eso no borronea la imaginación de su dolor”. Hace muchos años que conozco a Beatriz. Sinceramente creí que el odio había extraviado su inteligencia durante los últimos tiempos. Y lo lamenté, sinceramente también. Esta nota que ha publicado, no sólo por estar al lado de la de un obsesivo y un tipo que me importa lo que pueda importarme un plumero, es de una nobleza excepcional. Si tu mano es una mano tendida, Beatriz, contá con la mía para estrecharla.


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miércoles, 3 de noviembre de 2010

¿Es débil Cristina?

Nota tras la muerte de Kirchner

Denuncian que diario "Río Negro" censuró a su propio accionista

02-11-10 / Había contestado a un artículo crítico publicado por una editorialista.

Ante la muerte del ex presidente Néstor Kirchner, una editorialista del diario, Alicia Miller, publicó una nota en la que se preguntaba: “¿Es débil Cristina?”. Días después de esa publicación se conoció la copia de una carta firmada por el licenciado Alberto Laría Rajneri en la cual, como lector y accionista del diario, hace una crítica a la nota de Miller. Pero resulta que la nota de Rajneri fue publicada y después levantada, como se puede comprobar fácilmente si uno entra al sitio http://www1.rionegro.com.ar/blogs/hijasdeeva/sin-categoria/carta-abierta-a-alicia-miller. Allí da error, pero como quedó copia en el caché se puede acceder a la nota si uno pone en la dirección la copia del caché. Para salvar ese acto de censura Buenos Aires Económico refleja en esta misma página las dos opiniones.

¿Es débil Cristina? – Por Alicia Miller

La política en el país sufrirá, sin duda, una conmoción a raíz de la muerte de Néstor Kirchner. Sobre todo, por su doble condición de ex presidente con fuerte incidencia política como titular del partido gobernante y, a la vez, marido y mentor personal de la actual jefa de Estado.

Si bien el carácter aguerrido de la Presidenta la aleja del tradicional estereotipo de la mujer dependiente de la opinión o la aprobación del varón, los desafíos a los que estará sometida también difieren sustancialmente de los propios de una familia convencional.

De cualquier manera, es lógico suponer que viuda, shockeada emocionalmente por la pérdida de su compañero personal y político durante treinta años y en el centro de presiones, la estabilidad emocional de Cristina Fernández de Kirchner será expuesta a dura prueba. Y que esto se reflejará en el aspecto político.

En el plano público e institucional, la pareja integrada por Néstor Kirchner y Cristina Fernández actuó como un bloque sólido. Aun considerando ciertos matices de estilos, nunca trascendieron diferencias sustanciales entre las posiciones políticas de ambos. Y los colaboradores y funcionarios de su entorno siempre supieron que, para lograr consenso para una decisión de ella, siempre se hizo necesaria la anuencia de él. Con frecuencia, la premisa también fue válida en un sentido opuesto.

En principio, el fallecimiento de Néstor provoca un súbito cambio de perspectiva en las opciones de sucesión presidencial: Ya no será “pingüino o pingüina”. Ahora, cualquier alternativa a la eventual candidatura reeleccionista de Cristina provendrá de fuera de la pareja que hasta ayer concentró el poder. Y esto envalentonará tanto al entorno aliado –que cerrará el cerco de presiones sobre la Presidenta– como a los adversarios justicialistas. El peronismo, está dicho, tiene una fuerte pulsión hacia avanzar sobre aquellos dirigentes de ese sector a los que adivina o supone débiles.

¿Es Cristina débil? O, en todo caso, ¿puede serlo sin Néstor?

En principio, conviene señalar que un discurso encendido puede en ocasiones reflejar inseguridad, en lugar de convicción.

En los meses previos a su consagración como presidenta de la Nación, Cristina Fernández enfrentó ante la opinión pública las versiones referidas a que padece enfermedad bipolar, una afección del plano emocional que genera una alteración de la capacidad para controlar el efecto de factores externos y que lleva a quien la padece a oscilar entre cuadros de nerviosismo extremo y bajones de depresión y desasosiego.

Pero si el diagnóstico fue certero, no se manifestó con asiduidad durante la gestión. El único episodio que dejó dudas fue la presunta lipotimia que frustró su viaje a Cuba y la tuvo durante una semana alejada de la actividad pública.

En rigor, más que oscilaciones, Cristina ha tenido una persistente tendencia al enojo y la crispación, que se ha puesto de manifiesto en frecuentes intervenciones en actos o mensajes por cadena nacional.

Por ello, es la rigidez de la Presidenta, su escasa disposición al diálogo y la negociación –que en ocasiones neutralizaba el perfil más político de Néstor– lo que podría en el futuro dificultar no sólo la resolución de problemas de Estado sino también la construcción de un nuevo esquema de relaciones en su entorno. Porque los aliados más cercanos de su esposo deberán construir con ella redes de confianza si aspiran a mantener influencia en decisiones de sus áreas específicas.

Tal vez la metáfora de la mesa sirva para graficar el cambio que se registrará. Hasta ahora, y más allá de la insoluble controversia sobre quién era el inspirador de las opiniones de ambos, la conducción ejercida por los Kirchner representaba un poder plano apoyado sobre cuatro patas.

Hoy sólo tiene la mitad. El tiempo dirá si logra estabilizarse por la vía de consolidar una mirada unívoca o apelando a integrar equipos o consejos, que hasta ahora ocuparon un rol más que secundario.

Carta abierta a Alicia Miller – Por Lic. Alberto Laría Rajneri

Acabo de leer tu nota. ¿Es débil Cristina? (RN. 28 oct.). Me indignó. Y no lo puedo dejar pasar como lector y como accionista de Río Negro. Hoy, que es un día de mucho dolor para mí y millones de argentinos. A este sentimiento no podés capturarlo y es lógico que así sea. El microclima de gueto mediático en el que vivís no te permite abrir una ventana a la vida de una realidad más rica y generosa.

No hacía falta la pregunta. Sólo es un señuelo para un plan prefijado. La denigración del Gobierno y su Presidenta. Es el formato Río Negro. Es sabido: “Los mercaderes ceban a la fuerza a sus cochinillos”. Sólo te guía una razón de Obediencia Debida. La servidumbre a un sueldo hace estragos en la conciencia y en la posibilidad de voluntad autónoma. También hacerle el sueldo a una hija en la redacción, es motivo suficiente de agradecimiento. Lo más arduo es justificarse luego, como poseedora de alguna ética del periodista.

Hoy, en tu palabra escrita, quedará el testimonio que no están dispuestos a esperar a que enterremos a nuestro muerto. Están ávidos. Y son filosos los cuchillos mediáticos. Puesto entre los dientes, ya parten como comandos feroces para merodear al gobierno de Cristina. Es la esperanza oscura de la derecha más afectada por un gobierno que vino a restituir la dignidad de los postergados y la dignidad del país. Es la lucha por el poder político en nuestra sociedad y ya sabemos la divisa que en el combate elegís.

Lo que sí es más curioso que siendo una mujer te sumás a la denigración de otra mujer. Esta sí inteligente, militante forjada y comprobada capacidad para llevar adelante la tarea de gobierno. Te afincás en la vacuidad de un pseudoacademicismo. Pero mostrás ahí, una vez más, ignorancia. El recurso a la psicologización es agraviante y constituye una insolente liviandad e impostura. El discurso encendido es “debilidad”. ¡Qué solemnidad para el desatino! ¿Y qué es bipolar? Acaso estás exenta del dolor, la tristeza o las alegrías que nos depara el misterio del destino de nuestras vidas? Sólo las certezas de la entomología psiquiátrica en un duro positivismo, quiere aprehender en conceptos lo inefable de lo humano.

Pero grave no es el error, sino la intención. Fomentar la perplejidad para construir de la persona de Cristina el personaje de la mujer inválida. Marcada. Descendida en la escala zoológica. La hembra sin el macho carece de vida y poder. Sos una mujer y profesás la misoginia. Pero también siendo mujer te enancás en las voluptuosidades de la falocracia. El de un gozo imperfecto por el poder-fálico que sólo se instituye en tu imaginario. No sos por lo que creés que valés. Tu voluntarismo es apenas una sombra vicaria de un otro poder circunstancial y que te es, por supuesto, bien ajeno.
La metáfora de las patas de la mesa: una alegoría escolar de la falta insustituible.

Es verdad, Néstor no estaba hecho de la pasta de los que se reemplazan. Tampoco Perón ni Evita. Pero tu implacable guillotina no acierta en el valor simbólico de los grandes muertos. Hay muertos que viven y perduran. Son los excepcionales. Los que empujan a la historia. Lo que abunda, en cambio, son los de tus filas. Los vivos que están muertos. Desesperados, porque no tienen nada para esperar. Sepultados, bajo el talud de anacrónicas convicciones.

A Cristina le irá en falta el insustituible amor del compañero. Pero en lo político hay un pueblo movilizado que la sostiene. Una legitimidad irreductible y la sagrada institucionalidad, tantas veces predicada por Río Negro y apuñalada como nadie.

Volvamos a la pregunta: ¿Es Cristina débil? Lo que hay seguro, es una certeza. El legado de Néstor y la muchedumbre infinita que acompaña a Cristina por estas horas sabe como nadie que en esto se les va la vida misma. Es conmovedor y produce un hondo estremecimiento. Sólo hace falta prestar el oído. Al murmullo incesante. Al cántico fervoroso. Al llanto acongojado. Si nada te dicen los jóvenes impetuosos que abrazan las históricas banderas de lucha; si ese aroma no te impregna y la emoción no te alcanza, es sólo ahí, entonces, donde la pregunta sin sentido se alza.

Y ahí está el alma y la fuerza de los pueblos. En la mistérica comunión con sus líderes encuentran toda su potencia. Pero nada está a la mano del funcionario y a su fastidiosa tendencia a reiterarse en la idea que se tiene de la realidad, a la realidad misma. Hay una sensibilidad para acoger el fenómeno maravilloso que es la gesta colectiva de los pueblos, que te es ajeno. Habrá antes, para comprender algo, que desgarrar el velo tedioso de tu corazón de hojalata.

Gral. Roca, 28 de octubre 2010



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jueves, 28 de octubre de 2010

Aseveraciones lógico políticas (José Pablo Feinmann)

1. Néstor Kirchner no era Perón. 1.1. Perón dejó como sucesores a una Presidenta inepta y a un criminal paranoico. 1.2. Néstor Kirchner compartió su vida y deslizó la presidencia en manos de un valioso cuadro político, de una mujer fogueada y hecha en la gran política. De una mujer de excepcional inteligencia. Se me perdonará esto: pero estudié la carrera de Filosofía y ahí recibí mi título. Dediqué mi vida a la filosofía y a la literatura. Sé cuándo alguien sabe pensar. Ningún presidente de la historia argentina pensó con el rigor y la inteligencia de Cristina Fernández.

2. Perón, al regresar, dedicó sus mayores afanes a perseguir y aniquilar a los jóvenes del peronismo, armados o no. Evidentemente el padre Mugica, asesinado por Rodolfo Almirón de la Triple A, organización construida a la vista (aprobatoria) de Perón, no era un hombre armado ni clandestino. (Menos aún lo mataron los Montoneros, como dicen algunos pérfidos que buscan aliviar las culpas de la Triple A. ¡Valiente tarea, qué cercanos se sentirán a ella!) Tampoco lo era Enrique Grynberg, que manejaba un Ateneo en Saavedra. A Kirchner la muerte lo sorprende en pleno diálogo con la juventud. En plena construcción de una de las cosas que hoy más necesita el justicialismo: la construcción de la militancia territorial. 2.1. Cuando murió Perón, el establishment se asustó, y mucho. Porque el tercer Perón era un guerrero del establishment que, para beneficio y alegría de ese sector con el que tan bien negoció, le estaba haciendo la tarea sucia. 2.2. Con Néstor Kirchner, buena parte del establishment y las clases altas y las clases medias altas festejan jubilosos. Hubo censistas que ya hoy llegaron a casas que estaban con las puertas abiertas y festejando. En muchos hogares, hoy, ya hoy, con el cadáver del ex presidente aún tibio, se festejó con champagne. 2.3. Seguramente también en muchas editoriales. Se podrían dar nombres, pero no es el momento y –además– todos los conocen.

3. El vicepresidente de Perón era su esposa, sumisa, a él y al monje umbandista Daniel, asesinos ambos. La sucesora y compañera de vida de Kirchner es Cristina Fernández. Su vicepresidente es un traidor y ayer le añadió a la traición la mentira, que son hermanas de sangre, que van juntas porque traicionar es mentir y gravemente. Tuvo ayer el exasperado caradurismo de decir que había muerto un gran presidente. ¿Por qué le clavaste un cuchillo en la espalda al proyecto de un gran presidente, Cobos? ¿También esa crueldad, esa torpeza, esa traición al país le hiciste? 3.1. Cristina Fernández es de esos seres humanos que se agrandan ante la adversidad. La verán llorar. ¿Cómo no va a llorar al compañero de una vida? Y como una mujer. O como cualquiera. Cualquier ser sensible lloraría en una circunstancia semejante. Yo, ni lo duden. Lágrimas lacerantes. Pero Cristina es notoriamente fuerte. La desdicha le dará poder. La desdicha la hará todavía más dura en la lucha. No festejen tanto, señores. Acaso ni sospechen lo que tendrán que enfrentar de aquí en más. Por otra parte, si Cristina (se decía insistentemente) carecía de carisma, conseguía adhesiones por su inteligencia pero no por su ternura o por su feminidad o lo que sea. (No creo en esto, pero aceptémoslo.) Ahora, el pueblo verá en ella a la mujer que se quedó sin su hombre. A la mujer sola. A la que sola se las tiene que arreglar. A la que hay que seguir, querer y respaldar para que el país conserve su rumbo. “No se nos puede quebrar”, dirán muchos. “Pobre, qué mala suerte. Perder a un marido tan joven. Tan necesario para ella. Un marido al que tanto quería.” Lloverán las flores y las adhesiones emocionales. Pero hay que transformarlas en militancia. 3.2. Hoy, más que nunca, la militancia juvenil tiene un papel esencial. Al que aparezca con alguna teoría que recuerde a la lucha armada y al foco insurreccional de los ’70 échenlo a patadas. Esas posiciones llevaron a la muerte a una generación entera de militantes a lo largo y a lo ancho de América latina. La lucha militante (la única) es de superficie, de cara al sol, como quería morir José Martí y también como quería vivir y vivió (era porque sabía la belleza de vivir de cara al sol que así quería morir). De cara al sol significa: nada de clandestinidad, nada de armas, se triunfa cuando se transforma el número en fuerza, pero no en fuerza armada. En fuerza militante, territorial, cuando se habla con la gente, cuando hay un proyecto para ser comunicado, un proyecto que convenza al militante y le dé fuerzas para convencer a los demás. Lo esencial del proyecto sigue siendo: la unidad de América latina (el Mercosur, no el ALCA). El fortalecimiento del Estado para que defienda a los débiles ante la voracidad de los monopolios. La diseminación de lo mediático. Lo que significa –tanto aquí como en Estados Unidos y en cualquier país que luche por la democracia de la información– muchas voces que hablen, que tomen la palabra, que informen diferenciadamente si es necesario de la uniformización de la palabra de la unicidad monopólica, que informa desde una sola verdad, la propia. O sea, no informa. Difunde sus intereses. El Banco Central para los intereses argentinos. Orgullo y poder y ni un atisbo de sometimiento ante el FMI y cualquier entidad de la prepotente banca extranjera que busque utilizar al país en la timba de sus intereses. Diálogo a fondo con todos los que quieran dialogar. Unidad nacional en medio de la diversidad. Que esa diversidad no se transforme en antagonismo. O, al menos, que exprese el razonable disenso de la democracia. Basta de odios. Basta de libracos difamatorios. Basta de tapas insultantes. Respeto de las Madres y a las Abuelas de la Plaza de Mayo, que nadie más tenga la inmoralidad de siquiera sugerir que una mujer como Estela de Carlotto (que recuperó para la vida verdadera 102 nietos apropiados por el poder desaparecedor) sea tildada desde una revista hipercomercial de hacer lobby para ganarse el Premio Nobel. Esa es una mentira y una falta de respeto. ¿Rescataron ustedes 102 niños? ¿Qué hicieron ustedes además de querer vender revistas a cualquier precio, aun al precio vil de injuriar a las Abuelas de Plaza de Mayo y a Estela de Carlotto? 3.3. Cristina Fernández no queda sola. Tiene a su alrededor cuadros de gran valía. De gran inteligencia. Voy a dar algunos (sólo algunos nombres): Juan Manuel Abal Medina (h), Marcos Zanini (¡vamos, negro!, ¡respalde a la Presidenta con todo lo que usted tiene y sabe: lucidez política amasada a lo largo de años y polenta), Daniel Filmus, brillante intelectual, Aníbal Fernández, el político jauretchiano: nadie desde Jauretche usaba el humor en la política como él lo hace (y no me vengan con los chismes de letrina de lo que fue o lo que no fue: los hombres, en esta Argentina dramática, importan por lo que son y por lo que hoy están dispuestos a hacer). Y muchos más. Y todos los pibes, que cada vez son más. Y que –contrariamente a lo que les ocurría a los jóvenes desde el ’80 hasta el 2000– hoy le encuentran un sentido a su vida en la militancia, en la política.

4. Todo esto y más también tiene usted, Presidenta, para gobernar este país y llevarlo a buen puerto. No es poco. Eso, unido a su talento, a su fortaleza duplicada por la mala mano que Dios (que, de argentino, disculpen, pero: nada) otra vez nos ha dado, le otorgará a los que ya la apoyaban y a los que de aquí en más verán que apoyarla es la única salida para el país y que, por otra parte, usted lo merece, la decisión de estar a su lado, en esta hora amarga pero también en esta impecable coyuntura en que los bravos, los que no bajan los brazos, los que no se dejan vencer por las adversidades que el destino siempre trae, duplicarán sus fuerzas para tratar, al menos, de estar a la altura de las suyas.

domingo, 24 de octubre de 2010

Prepagas

Este año las ventas crecerán un 20%
Cinco empresas de medicina privada concentran el 75% de la facturación
Publicado el 24 de Octubre de 2010
Por Nicolás Resco
Se trata de uno de los sectores más concentrados de la economía. Mientras el conjunto de las prepagas recibió de sus afiliados unos $ 13 mil millones en 2009, $ 9750 millones fueron a parar a un puñado de ellas.
Las modificaciones que la Comisión de Salud del Senado quiere realizar al proyecto de ley –con media sanción de Diputados– que regula la medicina prepaga, puso el foco sobre este sector, que se queda con 1,2 de cada diez pesos que se gastan en el país en materia de salud.
Según datos del Banco Mundial del año 2009, en la Argentina se destinan anualmente U$S 658 por habitante para la atención de la salud, uno de los números más altos de América Latina. La suma viene en rápido ascenso, desde los U$S 493 del año 2005. Es decir, un 33% más en apenas cuatro años. Esta enorme cifra representa un 9% del Producto Bruto Interno, algo así como $ 102 mil millones.
¿A dónde va a parar esta montaña de dinero? El sistema de salud argentino tiene tres grandes componentes: las obras sociales sindicales y el PAMI (Prestación Médica Asistencial Integral, o popularmente la obra social de los jubilados), los hospitales públicos (tanto nacionales como provinciales y municipales) y el sector privado.
El subsistema privado participa del total del gasto de salud con algo más del 12%. La cobertura de salud es ofrecida por empresas de medicina prepaga, sanatorios y clínicas u hospitales de comunidades que, de modo directo, alcanza a 4,6 millones de personas de poder adquisitivo medio o alto.
Según un informe de la consultora Key Market, alrededor del 65% de los afiliados vive en Capital Federal, Gran Buenos Aires y las principales ciudades del país: Rosario, Santa Fe, Córdoba y Mendoza.
En tanto, a pesar de los sucesivos aumentos en las cuotas de los servicios de medicina prepaga –que rondarían el 35% en los últimos diez meses del año y que tendrán un último coletazo en noviembre próximo, tal como adelantó Tiempo Argentino la semana última–, la rentabilidad sobre las ventas promedio del negocio estaría entre las más bajas de la economía argentina.
Según la consultora Claves, las ganancias en el sector varían entre el 1 y el 3%, pero existe un elevado grado de concentración. El informe de Claves señala que sólo las empresas OSDE y Swiss Medical habrían obtenido durante 2009 rentabilidades superiores a esos porcentajes.
Cinco empresas (Galeno, Swiss Medical, Medicus, Omint y OSDE) concentran el 75% de la facturación. El 25% restante se reparte entre unas 60 empresas distribuidas en las principales ciudades del país.
Según la consultora Key Market, este año la facturación será un 20% mayor que la de 2009. Ello responde al efecto precio, en un 15%, y en un 5% al crecimiento real del sector. Para el año 2011, se cree que esas cifras se mantendrán estables, según dijo a Tiempo Horacio Dillon, director General de OSDE.

RESPONSABILIDAD. El sistema de cobertura fue regulado en 1997 con la entrada en vigencia de la Ley 24.754. A partir de ese año, las empresas de medicina prepaga deben cubrir, como mínimo y en todos los planes que ofrezcan, todas las prestaciones previstas en el Plan Médico Obligatorio (PMO), cuyas características fueron fijadas en la Resolución 247/96 del Ministerio de Salud y Acción Social.
En las prepagas, el contrato opera como un seguro de cobertura, es decir, se ofrecen las prestaciones de salud con base en las cuotas que se van abonando regularmente y por adelantado.
El PMO determina la obligación de las prepagas de asegurar a los beneficiarios las prestaciones de prevención, diagnóstico y tratamiento médico oncológico mediante sus propios servicios, o a través de terceros contratados, al tiempo que no se podrán establecer períodos de carencia ni coseguros o copagos. La empresa no puede negar una cobertura (con independencia de lo que disponga el contrato) si es de cumplimiento obligatorio por el PMO. Los contratos pueden ser de plazo indeterminado, o bien por un período establecido: mensual o anual, y con renovación automática.

lunes, 18 de octubre de 2010

La dignidad del estatal (Por Alicia Miller)

El pase a planta permanente de unos 4.000 contratados –cifra que equivale al 10% de los agentes públicos de Río Negro– es presentado una y otra vez por el gobierno provincial como una buena noticia.

Cierto es que el procedimiento busca de algún modo remediar una situación de irregularidad manifiesta que no sólo comprometía al Estado provincial en su calidad de empleador sino que llenaba de incertidumbre a las personas que la padecían.

Sin embargo, si el Estado incurrió en una conducta irresponsable al crear miles de vínculos laborales a través de contratos precarios, al ingresar a planta permanente a esas personas mediante concursos cerrados comete una falta aún más grave, ya que ofende a la Constitución rionegrina y a la garantía de igualdad ante la ley que consagra la Constitución nacional. En su artículo 16, ésta establece que todos los habitantes del país "son iguales ante la ley y admisibles en los empleos sin otra condición que la idoneidad".

Por su parte, la Constitución rionegrina no prevé otro modo de ingreso al empleo público provincial que el concurso de oposición y antecedentes. Es taxativo su artículo 51 al definir que la idoneidad y la eficiencia son las condiciones para el ingreso, ascenso y permanencia de los agentes públicos. Y más aún cuando el mismo apartado ordena que una ley instrumente el régimen de concursos de oposición y antecedentes y prohíbe todo tipo de discriminación en la relación laboral.

Sin embargo, para ser admisible en el Estado rionegrino son "más iguales que otros" quienes ya han sido contratados –aun cuando lo hubieran logrado por relaciones de amistad, parentesco o afinidad política con personas de poder–. Aun si argumentaran capacidad para el cargo que así ocupan, no habrá modo de certificarlo puesto que el único legal es el concurso abierto con jurado apto e imparcial.

El mal remedo que por estos meses se tramita impide a cualquier ciudadano ejercer su derecho a competir en igualdad de condiciones por los cargos vacantes y priva, al Estado, de la posibilidad de que sean cubiertos por las personas mejor capacitadas y, a los contribuyentes, de beneficiarse con el eventual aumento de calidad que resultaría de sus servicios.

Como agravante, es bueno recordar que el gobierno transfirió en favor del gremio UPCN gran parte de la tarea de confección y distribución de los cuadernillos de capacitación para los exámenes cerrados. Y que ese sindicato también tuvo presencia en las mesas examinadoras, lo que podría suponer parcialidad en favor de sus afiliados.

Es decir que, dentro de los actuales contratados, los "más iguales" son los afiliados a la organización que lidera el diputado nacional oficialista Juan Carlos Scalesi. Y hay pocas maneras de verificar que esta situación no haya reducido las posibilidades de ejercer un derecho –es decir, discrimine– a quienes optaron por ATE o por ninguna afiliación sindical.

Otra discriminación difícilmente justificable es la que impide rendir el examen de ingreso a la planta del Estado a quienes estén siendo sumariados, ya que esta medida –equiparable a una sanción que causa gravamen irreparable– viola la presunción de inocencia que protege a todo aquel que no haya sido declarado culpable tras un procedimiento ajustado a derecho.

Es obvio que el gobernador Saiz confía en que esta medida administrativa se traducirá en un beneficio a su imagen política entre los votantes estatales. Es probable, incluso, que confíe en que mejore la impresión general sobre su gestión. Pero los efectos de su determinación distan de ser tan seguros y permanentes como promete.

Los modos de contratación precaria perjudican, en primer lugar, al propio contratado. Si bien en lo salarial generan el derecho a percibir retribución en condiciones más o menos iguales a las que rigen para planta permanente, es de práctica que el trabajador así vinculado, para no ver en riesgo su continuidad, se sienta constreñido a aceptar prácticas ajenas a su tarea –como la asistencia a actos partidarios– o quede sujeto a la remoción ante el mínimo desacuerdo con su jefe político de turno.

Sobran los casos judiciales que demuestran que, cuando el contratado deja de agradar al decisor, éste invoca la potestad administrativa de anular la designación irregular alegando el vicio grave que significó la ausencia de concurso. Aunque, al lado de aquel, mantengan el cargo en igual situación personas más propensas a acatar instrucciones políticas.

Del mismo modo, desde el punto de vista formal, cada designación que derive de los concursos en marcha puede resultar, en apariencia, válida. Pero desde lo jurídico distará mucho de ser legal y, por lo tanto, de causar efectos perdurables y exigibles.

No es casual que un estudio de Poder Ciudadano ligara esta difundida anormalidad con las permeabilidades que favorecen la corrupción en el Estado. Ese informe consignó que, si bien el método de ingreso general al empleo público es el concurso basado en el mérito, se ha generalizado otro sistema a través de contratos temporarios que se van renovando año a año hasta fabricar una relación laboral –aun precaria– que, bajo mecanismos de discrecionalidad política, termina generando concursos de ingreso sin acreditación de capacidad ni respeto a la garantía de igualdad ante la ley. A la larga, esto se traduce en una merma en la calidad de las decisiones técnicas del Estado y en el relajamiento en los controles y estándares de exigencia.

Es probable que el gobierno de Miguel Saiz considere injusta la objeción que aquí se plantea respecto de este método y que argumente no haber hecho más que imitar a todos los gobernadores que lo antecedieron desde 1983. Y es cierto.

Pero, para que la costumbre vuelva legales los actos jurídicos, es necesario que ésta se asiente en la convicción de que es el modo adecuado de hacer las cosas. Algo imposible frente a un texto tan claro de la Constitución y la ley.

Algunos municipios, como los de Allen y Choele Choel, también están aumentando por este método la planta permanente, sin atender que la misma prohibición constitucional rige para ellos.

Grave es que, si bien ya están produciéndose los primeros pases a planta en el Estado provincial, no se advierta una disminución proporcional del personal contratado. Como evidencia, conviene ver que, en mayo del 2009, la Administración tenía 30.152 empleados en planta permanente y 9.458 contratos temporarios. En mayo de 2010, las nuevas designaciones habían llevado a 31.243 los cargos de planta permanente y los contratos temporarios habían trepado a 10.488.

Esto hace suponer que Saiz no está para nada interesado en regularizar la situación del Estado en lo administrativo ni en lo laboral. Y, por el contrario, piensa seguir usando el dinero de los contribuyentes para generar relaciones político-dependientes que en nada contribuyen a dignificar al empleado público y que privan al Estado de la posibilidad de contar con los servicios de las personas mejor capacitadas para la función.

jueves, 14 de octubre de 2010

José Martí (Por José Pablo Feinmann)

José Martí es un hombre y un intelectual admirables; es un poeta deslumbrante, un escritor de una prosa profunda, rítmica, musical, ya sea al servicio de la militancia, a cuyo servicio la puso constantemente, la utilizó una y otra vez sin cesar a lo largo de su vida, o ya cuando la colocó al servicio de la obra poética que legó a una posteridad que lo recibe con alegría y lo tendrá en uno de sus lugares más destacados para siempre. Porque Martí, además, representa en América quizá la imagen más acabada –junto con otros notables como Domingo Faustino Sarmiento, por supuesto– del intelectual comprometido, el intelectual que tiene una misión política que cumplir a la cual adosa su talento literario. O sea, el que tiene un talento literario siente que debe tenerlo para algo, que la literatura no se agota en sí misma sino que el don que ha recibido el escritor debe trascender al escritor mismo porque éste advierte que forma parte de una época, que está inmerso en una historicidad que lo condiciona profundamente y que cualquier cosa que haga o que no haga va a estar sobredeterminada, por usar este concepto que viene del fondo de los tiempos del viejo estructuralismo. Sobredeterminada por la historia, el entorno, la situación existencial en que cada uno está, y a la que nadie escapa, aunque diga “mi literatura no tiene nada que ver con nada, yo no comprometo mi literatura, mis palabras no se enlodan con la política, mi lenguaje no se enloda con la política, mi lenguaje es mío y me expresa a mí”.

El 26 de julio de 1953, el cuartel Moncada en Santiago de Cuba fue asaltado por unos guerrilleros que respondían a la conducción de uno llamado Fidel Castro. Cuando es llevado a juicio y cuando los jueces quieren saber quién es el ideólogo de este asalto, le preguntan entonces a Fidel Castro quién es el autor intelectual de esa operación que él y sus hombres acaban de cometer. No duda y dice: Es José Martí. Se habrán asombrado mucho los jueces, porque ignoraban que José Martí perteneciera a los hombres que, junto con el comandante Fidel Castro, habían asaltado el cuartel Moncada. Pero ocurre que la palabra de Martí había atravesado los años, que Castro y todos los que en ese momento comenzaban a luchar contra la sangrienta dictadura batistiana eran lectores de José Martí.

Martí habrá de escribir un poema dramático al que titulará Abdala y él dirá que está escrito expresamente para la patria. Abdala, entonces, le explica a su madre: “El amor, madre, a la patria no es el amor ridículo a la tierra ni a la yerba que pisan nuestras plantas. Es el odio invencible a quien la oprime; es el rencor eterno a quien la ataca y tal amor despierta en nuestro pecho el mundo de recuerdos que nos llama a la vida otra vez”. Entonces observemos que no confunde a la patria con la tierra. O sea, dice que el amor a la tierra es un amor ridículo. Es notable esto porque en estos días en nuestro país se identifica tanto a la patria con la tierra que es interesante que José Martí, que tiene algo más de talento que muchos hombres ligados a la tierra en la modalidad de la explotación y la posesión, diga lo contrario. Martí dice “el amor a la patria no es el amor ridículo a la tierra ni a la yerba que pisan nuestras plantas. El amor a la patria es el odio invencible a quien la oprime”. No olvidemos que dice esto en un momento en que el conquistador colonialista somete a su patria. “Es el rencor eterno a quien la ataca.”

Su vida comienza a realizarse en el modo de la errancia hasta que llega a EE.UU. A EE.UU. la llama la “América europea” y descubre muy pronto sus virtudes, pero también descubre cómo reaparecen ahí los vicios que creía haber dejado atrás en Europa y que no son lacras, son defectos, no quiero usar la palabra “lacra” que me parece una palabra muy de Fernández Retamar, que son defectos inherentes al capitalismo desarrollado. Martí vive en los EE.UU. y, bueno, ahí advierte que esa nación va a ser una nación imperialista que va a intentar apropiarse de la América latina, que la libertad de América latina para los EE.UU. será sólo un pretexto para ejercer el imperialismo de esa enorme nación sobre las naciones balcanizadas de América latina.

Martí era, además, un gran orador. Es posiblemente el más grande escritor americano junto con nuestro Sarmiento, si pensamos en el Facundo sarmientino, y escribe en todos los diarios del continente, ningún diario le cierra sus puertas porque se convierte en el batallador más importante por la libertad de Cuba y además se convierte en el gran batallador antiimperialista contra los EE.UU. Martí es el que señala primero que todos lo que va a ser la política norteamericana en América latina.

Emprende la lucha ya directa por la liberación de Cuba. La guerra contra España es una guerra totalmente abierta en 1895 y ahí va Martí con su enorme prestigio, un hombre al que ya llaman presidente pero que, sin embargo, va al primer puesto de la batalla. En esto se parece mucho a lo que vimos de Salvador Allende. Martí debió ser protegido en este sentido, se le debió decir –si no se le dijo será por la certeza de su negación–: “Vea, maestro, usted está para otra cosa, usted está para abrir nuestras cabezas, para volvernos lúcidos, para decir nuestras proclamas, pero no está para agarrar un fusil y actuar como un soldado de Infantería, tenemos otros para eso”, pero no es así. Martí siente tan imperiosamente que debe caer el colonizador español, que el 19 de mayo de 1895, en un lugar llamado Boca de Dos Ríos, lo sorprende una columna española. Martí avanza sobre esa columna y cae herido de muerte. La tropa cubana no puede recuperar su cadáver, los españoles lo llevan a enterrar a Santiago de Cuba, pero Martí quería morir de cara al sol, quería morir como no suelen morir los pensadores, los intelectuales, los filósofos, los pensadores profundos como José Martí, que suelen morir en su escritorio, en su despacho o en su cama, pero que han atacado de un modo muy profundo al enemigo a través del arma poderosa que son las palabras, las ideas, los conceptos, la desmitificación del opresor, del derecho del opresor de oprimir al oprimido. Y ésa era la tarea de Martí. Pero Martí quería morir de cara al sol y así murió.

Charles Dana, el que publicaba los artículos de Karl Marx y Engels, que en ese momento es el director del New York Sun, se entera penosamente de su muerte. Martí es llorado en Europa y también en EE.UU., y acá Fernández Retamar hace una interesante interpretación. Para él, afirma, no corresponde llamar a Europa y a EE.UU. países desarrollados, sino que él preferiría llamarlos países subdesarrollantes. Bueno, son las dos cosas, son países desarrollados porque a la vez son subdesarrollantes. Todo colonizador, el proyecto de todo colonizador, es subdesarrollante, porque el proyecto del colonialismo es lograr su propio desarrollo por medio del saqueo de la colonia. Y el saqueo de la colonia implica el subdesarrollo de la misma. Entonces todo país desarrollado se ha hecho a partir de un subdesarrollamiento del país colonial, del país sometido. En suma, hay países desarrollados porque los países desarrollados realizan una práctica subdesarrollante, que es la práctica colonizadora. Y esta práctica el capitalismo la realiza desde 1492, cuando Colón llegó a América para practicar la práctica subdesarrollante de los países de Europa, de los imperios colonialistas europeos.

Sus mensajes más precursores, los que más han prefigurado el futuro, a parte de la liberación del colonialismo español, son los que señalan las intenciones imperialistas y expansionistas de los EE.UU. Fernández Retamar omite algo porque dice que Martí “comprende, angustiado, que el próximo paso de EE.UU., conquistado el oeste, arrebatada la mitad de México y cicatrizada la Guerra Civil, será arrojarse sobre el resto de América y, en primer lugar, sobre Cuba”. Lo que no dice Fernández Retamar es que Marx y Engels apoyaban esta expansión norteamericana y hasta me atrevo a decir que, en caso de que EE.UU. hubiera invadido Cuba en el siglo XIX, en vida de Marx y Engels, éstos habrían aprobado esa invasión porque era la invasión del progreso, del desarrollo capitalista, la invasión de la burguesía que iba a instaurar un moderno sistema de producción del cual surgiría el proletariado industrial que verdaderamente habría de liberar a la isla de Cuba. La isla de Cuba, finalmente, hizo su revolución sin un proletariado industrial porque no lo tenía, pero la hizo con los campesinos respaldando el coraje de los hombres de Fidel Castro en ese temprano, y hoy lejano, enero de 1959.

Que Martí haya expresado una postura socialista es absurdo pedírselo, porque Martí no estaba para eso, Martí era un nacionalista revolucionario en una etapa muy concreta, en una etapa en que se tornaba necesario liberar a la nación del yugo imperialista. En esta etapa es toda la nación la que se libera. En la etapa socialista es la clase obrera la que, dominando a las clases explotadoras, se libera, eso es el socialismo. Pero lo que Martí hace es un nacionalismo popular revolucionario en el cual es la nación la que se opone a las pretensiones opresoras del colonizador. Esta fue la gran tarea de Martí, quien además incorpora en toda su temática la herencia que ellos, en tanto criollos, en tanto hombres cultos, tienen de los pueblos originarios. No es un hombre que haya olvidado de ningún modo la presencia del indio en la cultura de los países americanos.

En su Diccionario de autores latinoamericanos el escritor argentino César Aira, que sabe mucho de literatura y que es muy exigente, emite este juicio sobre la poesía de José Martí. Dice César Aira: “La poesía de Martí, Ismaelillo, Versos libres, Versos sencillos y las inconclusas Flores del destierro, es una de las más exquisitas y perfectas que se hayan escrito en la lengua española. Sus méritos como precursor del modernismo son secundarios ante su asombroso poder de iluminación. En cuanto a su prosa, abundantísima y casi toda ella circunstancial, es un modelo insuperable de maestría estilística y finura de pensamiento”.

Los textos circunstanciales son textos políticos, son escritos coyunturales destinados a la finalidad de la liberación de la patria ante el opresor colonialista. Voy a leer citas de sus Versos sencillos. que para él eran demasiado sencillos y les daba más valor a sus Versos libres, que son más complejos. Pero los Versos sencillos son de una extrema belleza y hasta serán reconocidos por todos porque son parte de una hermosa canción que es “Guantanamera” y que, bueno, no hay quien no la cante. “Yo soy un hombre sincero de donde crece la palma y antes de morirme quiero echar mis versos del alma. Yo vengo de todas partes y hacia todas partes voy, arte soy entre las artes, en los montes, monte soy. Yo sé los nombres extraños de las yerbas y las flores y de mortales engaños y de sublimes dolores. Yo he visto en la noche oscura llover sobre mi cabeza los rayos de lumbre pura de la divina belleza.”

Tiene otros de una densidad conmovedora: “Gocé una vez de tal suerte que gocé cual nunca cuando la sentencia de mi muerte leyó el alcaide llorando”. En estos Versos sencillos que, como vemos, son profundamente complejos porque penetran muy hondo en la condición humana, hay más adelante dos cuartetas donde habla del concepto de morir de cara al sol: “Yo quiero salir del mundo por la puerta natural, en un carro de hojas verdes a morir me han de llevar. No me pongan en lo oscuro a morir como un traidor. Yo soy bueno, y como bueno, moriré de cara al sol”.

lunes, 13 de septiembre de 2010

Detras de las cámaras

Brando en un descanso durante el rodaje de "Viva Zapata".
Brigitte y Kirck Douglas.
Jhon Ford filma a Wayne.

Stanley Kubrick durante el rodaje de "El telefono rojo".

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Un análisis del poder (Por José Pablo Feinmann)


Página /12, Lunes, 30 de agosto de 2010

El discurso que la presidenta CFK ofreció el 24 de agosto fue más allá de lo que han ido todos los discursos de los presidentes argentinos hasta la fecha.

Nadie –ni siquiera el primer Perón o Evita– procedieron a una destotalización de la estructura del poder en la Argentina.

Analíticamente, destotalizó, en primer término, la totalidad y luego la armó otra vez para exhibir su funcionamiento.

¿De qué estaba hablando la Presidenta?

Del poder en las sombras, del poder detrás del trono, del verdadero poder.

¿Cuál es?

Es el poder mediático.

La filosofía occidental de los últimos 45 años se ha equivocado gravemente.

Para salir de Marx y entrar en Heidegger (como crítico exquisito de la modernidad pero desde otro lado al de Marx) se vio obligada a eliminar al sujeto, tal como Heidegger lo había hecho con innegable brillo desde su texto

La época de la imagen del mundo.

También Michel Foucault dio por muerto al hombre. Barthes, al autor.

Al estilo. Deleuze, desde Nietzsche, a la negatividad, o sea: al conflicto en la historia.

Y la academia norteamericana sistematizó todo esto incorporando con fervor a los héroes de la French Theory.

El fracaso es terrible y hasta patético.

En tanto los posmodernos postulan la muerte de la totalidad, el Departamento de Estado postula la globalización.

En tanto proponen la muerte del sujeto, el Imperio monta brillantemente al más poderoso sujeto de la filosofía y de la historia humana: el sujeto comunicacional.

Y ésta –hace años que sostengo esta tesis que en Europa causa inesperado asombro cuando la desarrollo– es la revolución de nuestro tiempo.

El sujeto comunicacional es un sujeto centrado y no descentrado, logocéntrico, fonocéntrico, ajeno a toda posible diseminación, informático, bélico, enmascarador, sometedor de conciencias, sujetador de sujetos, creador de realidades virtuales, creador de versiones interesadas de la realidad, de la agenda que determina lo que se habla en los países, capaz de voltear gobiernos, de encubrir guerras, de crear la realidad, esa realidad que ese sujeto quiere que sea, quiere que todos crean que es, que se sometan a ella, y, sometiéndose, se sometan a él, porque lo que crea el sujeto absoluto comunicacional es la verdad, una verdad en la que todos acabarán creyendo y que no es la verdad, sino la verdad que el poder absoluto comunicacional quiere que todos acepten.

En suma, su verdad.

Imponer su verdad como verdad para todos es el triunfo del sujeto comunicacional.

Para eso debe formar los grupos, los monopolios.

Debe apoderarse del mercado de la información para que sólo su voz sea la que se escuche.

Para que sean sólo sus fieles periodistas los que hablen.

Una vez que esto se logra el triunfo es seguro.

El arma más poderosa de la supraposmodernidad del siglo XXI radica en el mayor posible dominio de los medios de información.

Que ya no informan.

Que transmiten a la población los intereses de las empresas que forman el monopolio.

Intereses en los que todas coinciden.

Asombrosamente ningún filósofo importante ha advertido esta revolución.

Foucault se pasó la vida analizando el poder.

Pero no el comunicacional.

¡Por supuesto!

¿Si había negado al sujeto cómo iba a analizar los esfuerzos del poder por constituirlo de acuerdo a sus intereses?

Nadie vio –además, y se me antoja imperdonable– al nuevo y monstruoso sujeto que se había consolidado.

Superior al sujeto absoluto de Hegel.

Algo atisbó Cornelius Castoriadis.

Pero poco.

Relacionó las campañas electorales con las empresas que las financian.

Pero –insisto–, aquí lo esencial es que el tema del sujeto ha vuelto a primer plano.

Colonicemos al sujeto, hagámosle creer lo que nosotros creemos, y el poder será nuestro.

El poder empieza por la conquista de la subjetividad.

Empieza por la construcción de algo a lo que daré el nombre del sujeto-Otro.

Formulemos –como punto de partida de esta temática esencial– la obligada pregunta: ¿qué es el sujeto-Otro?

Es lo Otro del sujeto.

Escribo Otro con esa enorme O mayúscula para marcar la ajenidad que el Poder consigue instaurar entre el sujeto y lo Otro de sí.

Heidegger transitó bien esta temática.

Lo que yo llamo sujeto-Otro es ese sujeto que –según Heidegger– ha caído bajo el señorío de los otros (Ser y Tiempo, parágrafo 27).

He aquí un señalamiento brillante y preciso: el señorío de los otros.

Heidegger amplía el concepto: quien cae bajo ese señorío (el de los Otros) -no es él mismo, los otros le han arrebatado el ser.

-El Poder, al someter mi subjetividad, elimina mis proyectos, mi futuro más propio, lo que hubiera querido hacer con mi vida.

Mis posibilidades (...) son las del Otro, son las del Poder, las que me vienen de afuera.

Ya no soy yo quien decide, soy decidido (JPF, La historia desbocada, Capital Intelectual, Buenos Aires, 2009, p. 128).

Heidegger, sin embargo, se remite a la esfera ontológica: lo que se pierde es el ser.

No creo que debamos poner el acento ahí: lo que se pierde es la subjetividad, la conciencia, la autonomía de pensar por nosotros mismos, pues pensamos lo que nos hacen pensar, decimos lo que nos hacen decir y nos convertimos en patéticos, bobos, manipulados defensores de causas ajenas.

CFK manejó la temática con precisión y con una audacia que –yo, al menos, y ya tengo mis años viviendo siempre en este país– no le vi a ningún presidente.

Cuando retoma la frase de tapa de Clarín y la da vuelta es donde revela qué es el Poder. Clarín titula: El Gobierno avanza en Papel Prensa para controlar la palabra impresa.

Detrás de esta frase está toda la campaña “erosionante” (por utilizar un concepto del revolucionario popular agrario Buzzi, fiel a sus bases hasta la muerte, hasta matar a la FA sometiéndola a los intereses de la Sociedad Rural, manejada hoy por el Tano Biolcati, descendiente de la chusma ultramarina que Cané desdeñaba, y no por Martínez de Hoz o por el elegante señor Miguens) de la oposición.

Es decir, el Gobierno es autoritario, enfermo de poder y siempre empeñado en silenciar a todos.

CFK le da la razón a Clarín: -Clarín piensa que quien controla Papel Prensa controla la palabra impresa.

Quiero en esto coincidir con Clarín.

Claro, quien controla Papel Prensa controla la palabra impresa.

¿Por qué?

Porque Papel Prensa Sociedad Anónima es la única empresa que produce en el país pasta celulosa para fabricar papel de diario, fabrica el papel de diario, lo distribuye y lo comercializa en lo que se conoce en términos económicos y jurídicos como una empresa monopólica integrada verticalmente.

¿Por qué?

Porque va desde la materia prima hasta el insumo básico, pero no solamente produce ese insumo básico sino que además determina a quién le vende, cuánto le vende y a qué precio le vende.

Por eso coincido con Clarín en que quien controla Papel Prensa controla la palabra impresa en la República Argentina”.

El Poder –en cada país– tiene que formar monopolios para tener unidad de acción.

No se tiene todo el poder si se tiene sólo Papel Prensa, que implica, es verdad, el control de la palabra impresa.

Pero hay que tener otros controles.

Sobre todo –hoy, en el siglo XXI, en esta supraposmodernidad manejada por la imagen– el poder de la imagen.

Y el de la voz radial, siempre penetrante, omnipresente a lo largo de todo el día.

Se trata de la metralla mediática.

No debe cesar.

¿Por qué este Gobierno se complica en esta lucha con gigantes sagrados, intocables?

O lo hace o perece en cualquier momento.

Desde la campaña del señor Blumberg se advirtió que los medios podían armar una manifestación popular en pocas horas.

Toda la gilastrada de Buenos Aires salió con su velita detrás del ingeniero que no era e impulsada por Hadad y la ideología-tacho que –en ese entonces– era una creación de Radio 10.

La ideología-tacho es un invento puramente argentino.

Como el colectivo, el dulce de leche y Maradona.

Uno toma un taxi en cualquier parte del mundo y el taxista no lo agrede con sus opiniones políticas.

Lo deja viajar tranquilo.

Sigamos: la segunda, terrible señal de alarma fue durante las jornadas destituyentes y erosionantes del campo.

Sin el apoyo inmoderado de los medios habría sido un problema menor.

Pero la furia mediática llegó a sus puntos más estridentes.

La oposición no es esa galería patética de ambiciosos, torpes e impresentables políticos que pelean mejor entre ellos que con sus adversarios.

Son los medios.

La derecha no tiene pensadores, tiene periodistas audaces, agresivos.

Y la mentira o la deformación lisa y llana de toda noticia es su metodología.

El análisis de CFK fue excesivamente rico para una sola nota.

Hasta aquí tenemos: Videla convocó a La Nación, Clarín y La Razón y les entregó Papel Prensa.

Al ser el Estado desaparecedor socio de la sociedad que se formó, esos diarios no sólo apoyaron o colaboraron con un régimen abominable, fueron sus socios.

¿Para qué?

CFK lo dice así: -Durante esos años se escuchaba mucho el tema defender nuestro estilo de vida. Nunca pude entender exactamente a qué se referían cuando se hablaba de defender nuestro estilo de vida. Yo no creo que la desaparición, la tortura, la censura, la falta de libertad, la supresión de la división de los poderes puedan haber formado en algún momento parte del estilo de vida de los argentinos.

Sí, en el momento en que se constituye Papel Prensa y Videla les pide a los grandes diarios que –ahora sí: a muerte– defiendan la lucha en que están empeñados, el estilo de vida argentino, para ser defendido, requería los horrores de la ESMA.

Hay un libro de Miguel Angel Cárcano: El estilo de vida argentino.

En sus páginas se traza una imagen idílica, campestre, cotidiana y señorial del general Roca.

Ese es –para Cárcano– un héroe de nuestro estilo de vida.

El de ellos, el de la oligarquía que hizo este país a sangre fuego y a sangre y fuego lo defendió siempre que se sintió atacada.

Los herederos de Cárcano y Roca todavía lo defienden.

Si se les deja el poder de formar la opinión pública como siempre lo hicieron volveremos al país que desean: el del neoliberalismo, el de los gloriosos noventa.

Conservarán el poder.

Al que CFK dibujó así: -Si hay un poder en la República Argentina, es un poder que está por sobre quien ejerce la Primera Magistratura, en este caso la Presidenta, también por sobre el Poder Legislativo y, mal que pese, también por sobre el Poder Judicial (...) es invisible a los ojos.

Es el poder que tan impecablemente definió un otrora misterioso personaje:

-¿Presidente? Ese es un puesto menor.

JPF/

sábado, 4 de septiembre de 2010

El programa de gobierno presentado por el Cardenal Bergoglio

Storni un gran bufarrón

Enviado por Gisela Carpineta el Domingo 29 de Agosto de 2010.
Por Alfredo Eric Calcagno, doctor en Ciencias Políticas
politica@miradasalsur.com
El documento contó con la autoría, entre otros, de Roberto Dromi y Roque Fernández.
Bergoglio, mariscal de los cielos
La posición del Episcopado frente a temas como el divorcio y el proyecto aprobado en Diputados para instaurar el matrimonio entre personas de un mismo sexo es conocida y sus reacciones, previsibles. Tampoco debería sorprender la postura belicosa del arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio, quien no dudó en definir como “una guerra de Dios” la cruzada que lo ocupa por estos días, tras su impreciso y frustrado proyecto de darle coherencia a un frente político que sirva de oposición al gobierno nacional.
A poco más de un año de las elecciones de 2011, ya comienzan a aparecer los programas político-económicos de las distintas fuerzas políticas. A veces son los partidos políticos los que opinan de modo directo; otras, son instituciones como la Iglesia y los medios de comunicación las que plantean sus reivindicaciones con acompañamientos políticos.Dentro de esa corriente, es reveladora la presentación que, más de dos meses atrás, realizó el Cardenal Jorge Bergoglio del documento Consenso para el Desarrollo, elaborado por la Universidad del Salvador (Usal) a través de su Escuela de Posgrado Ciudad Argentina. El director del estudio fue el Dr. Roberto Dromi, ex ministro de Carlos Menem, que trabajó con un equipo integrado por Armando Caro Figueroa (ex ministro de Trabajo y Seguridad Social, 1993-1997), Andrés Delich (ex ministro de Educación, 2001), Roque Fernández (ex ministro de Economía, 1996-1999), Horacio Jaunarena (ex ministro de Defensa 1986-1989 y 2001-2003), Jorge Vanossi (ex ministro de Justicia, 2002) y Fernando Lucero Schmidt (director de investigación y desarrollo de la Usal). A la presentación asistió un conjunto de personalidades que encarnan al arco opositor, que ya tenía una muestra de lujo en los autores del documento. ( Véanse los diarios del 20 de junio de 2010).
Constitucionalismo creativo. El documento propone políticas de Estado que se concretan en un Contrato Social de Garantía y Pertenencia, que “recepta la homologación del consenso como expresión de la voluntad general y del querer común de pueblo y gobierno, de sociedad y Estado ( apart. 8). Se establece que “el presente Contrato Social de Garantía y Permanencia será ratificado por ley del Congreso de la Nación y tendrá categoría de ley suprema de orden público conforme al Artículo 31 de la Constitución Nacional. El plazo de duración es ilimitado y sólo podrá ser modificado, denunciado o privado de su eficacia legal, una vez que transcurran 10 años computados desde la fecha de entrada en vigencia. Las provincias adhieren automáticamente y de pleno derecho al presente Contrato Social de Garantía y Pertenencia con la sola firma del mismo por el Gobernador de la Provincia en su calidad de agente natural del Gobierno Federal” ( apart. 24). “La presente ley-contrato sólo podrá ser sometida a revisión por la Corte Suprema de Justicia de la Nación” ( apart. 25).Este texto es un ejemplo de constitucionalismo creativo. En primer lugar crea una categoría especial de leyes que son las “supremas de orden público conforme al Artículo 31 de la Constitución Nacional” (que no establece categorías de leyes). Pero ya la creatividad se convierte en delirio cuando se establece que sólo se la puede modificar después de 10 años de su vigencia, que las provincias adhieren por la sola firma del gobernador y que sólo podrá ser sometida a revisión por la Corte Suprema de Justicia de la Nación. La “frutilla de la torta”: las “partes celebrantes” asignan al Poder Ejecutivo la aplicación de este Contrato ( apart. 26). Pues bien: ¿Quiénes son las “partes celebrantes”? Respuesta: es la voluntad general; y el Contrato está abierto a todos los actores ( apart. 12). No se indica cómo se expresarán. Por eso sería útil un esfuerzo más, que los lleve a inventar un Congreso con atribuciones restringidas, puesto que el Contrato Social sería inamovible por 10 años y sólo podría ser revisado por la Corte Suprema.¿Por qué una Universidad prestigiosa incurre en estos desatinos jurídicos? Una explicación es el propósito de aplicar un programa de gobierno cuya ejecución requiere una reforma constitucional. Como el arco opositor no tiene las mayorías exigidas por la Constitución, se pretende entonces sancionarlo por una super ley que no existe en nuestro ordenamiento jurídico.Los puntos básicos. El Contrato Social de Garantía y Pertenencia establece dos categorías de temas básicos, cuyo cumplimiento permitiría instalar la “nueva República Consolidada del siglo XXI”. Algunas materias son lo suficientemente generales como para impedir rechazos; en cambio, en los temas controvertidos, el Consenso opta por favorecer a los intereses del establishment económico, los medios de comunicación y la Iglesia. Veamos.
Educación. El primer tema que trata es la educación: “El Estado garantiza el acceso universal y gratuito al saber en todos sus niveles para todos los habitantes de la Nación sin exclusión. Para el cumplimiento de este principio, las organizaciones estatales pertinentes deberán instituir sistemas de becas, subsidios, mecenazgos, compensaciones tributarias y toda otra instrumentación conducente a promover la formación física, moral e intelectual de todos los habitantes de la Nación” ( apart. 27). En otras palabras, deben aumentarse sustancialmente las subvenciones estatales al sector educativo privado.Pero esa orientación va más lejos. No sólo se benefician las escuelas privadas, en especial las religiosas. Además se dispone que “los medios de comunicación son agentes activos de la educación” ( apart. 28). Agrega el Consenso: “La educación impartida por los medios de comunicación y las organizaciones sociales deberá ser de ejecución pública no estatal” ( apart. 31).El esquema es claro: el eje de la acción educativa pasa a la Iglesia y a los medios de comunicación privados (adivinen cuáles). Se viola así la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, que establece que deben otorgarse licencias al Estado nacional, a las provincias, a las municipalidades y a las universidades nacionales; ¿se suprimirá al canal Encuentro? Pero no termina allí: el sector privado debe ser financiado por el Estado: “Los licenciatarios de los medios de comunicación audiovisual y las autoridades de las escuelas sociales serán compensados por el Estado nacional por los servicios educativos que presten”; para que no haya equívocos agrega: “El sistema de compensaciones por los nuevos servicios educativos deberá estar a cargo de la Nación” ( apart. 35).
Seguridad. El Consenso establece que “el eje vertebrador de todas las políticas de Estado es, a nuestro entender, la seguridad en su más amplia acepción”. Para afirmarla, la principal medida que propone es el dictado de un “curso teórico práctico anual y obligatorio sobre Educación para la Civilidad y la Convivencia Social para todos los adolescentes” ( apart. 45). Se llega a esta conclusión sin un diagnóstico adecuado; además, parece extraño que el acto de gobierno primordial, para instrumentar el “eje vertebrador”, sea un curso para adolescentes.
Política exterior. En materia de política exterior propone “formar alianzas estratégicas en el espacio económico regional en conjunto con Brasil y Chile, relanzando la alianza del ABC para construir un puente bioceánico Atlántico-Pacífico” ( apart. 52). No hay ninguna referencia a Unasur.Economía. Se adoptan las pautas del establishment económico: “eliminar el llamado impuesto al cheque y las retenciones a las exportaciones” ( apart. 65); “establecer un sistema de equidad tributaria y tarifaria compatible con la ganancia empresaria” ( apart. 54); es decir, se privilegia a la ganancia empresaria. Las empresas públicas deben evitar “la producción de bienes y la prestación de servicios que puedan hacerse en forma óptima por el sector privado” ( apart. 66); así, la eficiencia del sector privado parece un artículo de fe. Además, debe afianzarse la autarquía del Banco Central, cuya “función primordial es asegurar un valor estable para la moneda nacional” ( apart. 67); se olvida que en muchos países (incluso en Estados Unidos) también es fundamental el sostenimiento de la actividad económica y del empleo.En cuanto a la producción se propone una gama impresionante de incentivos y subvenciones al sector privado, que hasta incluye “garantía de la inversión de riesgo” (no se aclara cuál es el riesgo de esa inversión si se la garantiza) ( apart. 70 a 72).
Comunicación. En materia de comunicaciones, el Consenso determina que “las innovaciones tecnológicas sobrevinientes a las licencias son de propiedad pública del Estado nacional, que acordará su gestión privada o mixta” ( apart. 94). Es decir, que las nuevas tecnologías sólo podrán ser utilizadas por empresas privadas o mixtas. Nada mejor para consolidar el monopolio de los medios audiovisuales.
Síntesis. Este documento redactado por la Usal con la colaboración de destacados ex ministros es de gran utilidad porque devela la naturaleza y la ideología de una fuerza política integrada por la Iglesia y los medios de comunicación dominantes, con el acompañamiento de notables miembros del arco político opositor. Es un hecho político fundamental que revelen quiénes son y qué piensan hacer si fueran gobierno.

domingo, 29 de agosto de 2010

Un plan para cambiar la salud mundial


El filósofo que busca crear un fondo global para estimular la producción de remedios

Thomas Pogge recorre el mundo con su propuesta para incentivar a los laboratorios a producir medicamentos para pobres. Aquí, explica en qué consiste el método y por qué la Argentina podría jugar un papel clave.
Por Mariana Carbajal
Thomas Pogge es uno de los filósofos “globales” más reconocidos del momento. Nació en Alemania pero vive desde hace tres décadas en Connecticut, Estados Unidos. Aunque, en realidad, últimamente ha pasado más tiempo volando que en tierra firme. Desde que comenzó el año, recorrió el equivalente a cinco vueltas al mundo con un objetivo primordial: promover el Fondo de Impacto sobre la Salud (The Health Impact Fund), una nueva propuesta para estimular la investigación y desarrollo de fármacos para las llamadas enfermedades de la pobreza, las olvidadas, que afectan a millones de personas pobres en el planeta, como la malaria, el dengue y, en la Argentina, particularmente el Mal de Chagas, cuya cura no es un desafío para los grandes laboratorios dado que los potenciales clientes-pacientes tienen sus billeteras vacías. La iniciativa consiste en brindar a las compañías farmacéuticas la opción de vender al costo y cobrar un monto adicional por el impacto en la salud que cause una nueva droga. Cuanto más efectiva, cuantos más individuos logre curar, más ganancias tendrá la empresa. En su periplo, Pogge estuvo en Buenos Aires, donde dio un par de conferencias, y partió luego rumbo a Brasil. Para el filósofo, Argentina puede ser un país clave para di- seminar la idea del Fondo en la región. En una entrevista con Página/12, en su acotada agenda, explicó los detalles del proyecto.
La prensa alemana lo apodó “el pensador-para-cambiar-el mundo”. Pogge está convencido de que se puede (y se debe) terminar con la pobreza. “Todo lo que se necesita para que nadie quede por debajo de la línea de pobreza es el uno por ciento del ingreso mundial”, enfatiza Pogge, con la intención de mostrar que no se trata de un escenario inevitable. Entre otros libros, editó La pobreza como violación de los derechos humanos.
–¿Alguna experiencia personal lo empujó para involucrarse con esta temática?
–Sí, tres experiencias. Nací en Alemania. La generación de mis padres hizo algo terrible (sostener el nazismo), por lo tanto a los 6 o 7 años entendí que uno tenía que desconfiar de los juicios morales de sus padres. En segundo lugar, la guerra de Vietnam, los bombardeos estadounidenses me hicieron identificarme con los países en desarrollo. En tercer lugar, un viaje que hice mientras era estudiante de posgrado, y fui desde Estambul a Japón: en ese recorrido vi una pobreza increíble que nunca me había imaginado, en Deli, Pakistán, Bangladesh, Tailandia..., ver a nenas que se vendían como objeto para prostitución en las estaciones me impactó muchísimo –cuenta Pogge.
Habla sin exaltarse. Explica con paciencia docente. Discípulo de John Rawls, actualmente es director del Programa de Justicia Global y profesor de Filosofía y de Asuntos Internacionales en la Universidad de Yale. Además, dirige un programa de investigaciones en la Universidad de Oslo y también se desempeña en el Centro de Filosofía Aplicada y Etica Pública en la Universidad Nacional de Australia. En Buenos Aires, dio una conferencia invitado por Flacso-Clacso y otra en la Facultad de Derecho de la UBA, donde fue presentado por la decana Mónica Pinto. Hacer Justicia a la Humanidad: Problemas de Etica Práctica contiene sus ensayos más importantes traducidos al castellano (México, Fondo de Cultura Económica, 2009).
–¿De qué trata el Fondo de Impacto sobre la Salud?
–El Fondo es una nueva forma de incentivar la innovación en la industria farmacéutica. En el sistema actual, la innovación es recompensada con un monopolio temporario: a través de las patentes, durante un período, la compañía puede recargar el costo de producción y cobrar un precio muy superior. Bajo el sistema del Fondo, la empresa que genera una innovación medicinal puede elegir ser retribuida de una forma distinta: la retribución en ese caso está vinculada con el impacto del medicamento en la salud. El laboratorio, entonces, se comprometería a vender el medicamento al costo. Pero a cambio recibiría, además, una retribución por la mejora efectiva que produzca en la salud ese medicamento.
–¿Reemplazaría al sistema de patentes?
–No, sería una alternativa. El innovador siempre tendrá la posibilidad de elegir. Si lo que descubre es una droga cosmética, un producto para la caída del cabello, no va a ir nunca al Fondo. Pero si descubre la cura de la malaria, sí. En el sistema actual hay dos problemas: uno es que hay muchos medicamentos que son muy caros y no toda la gente puede pagarlos, y otro es que hay muchos medicamentos que son muy baratos y no generan incentivos para su producción.
–¿Qué ventajas tendría el Fondo?
–Tres grandes ventajas. En primer lugar, logra que sea muy conveniente económicamente investigar y producir drogas para las llamadas “enfermedades olvidadas”, como la malaria y el dengue: una nueva droga que consiguiera curar esos males tendría un impacto enorme porque hay millones de personas que las padecen. De esa forma, se promovería la innovación que bajo el sistema actual no se produce porque se trata de pacientes pobres. En segundo lugar, tendríamos drogas muy baratas desde el primer día. La tercera ventaja es que las empresas se preocuparían por un problema que existe ahora que es que los medicamentos lleguen a las personas pobres: si llegan, curan, generan impacto y reciben dinero por eso. Argentina tiene una oportunidad única y valiosa para un liderazgo global para promover esta iniciativa.
–¿Por qué lo dice?
–El Fondo apunta a un modelo global diferente. Hay dos razones por las que Argentina tiene una gran oportunidad para promover la implementación del Fondo. Por un lado, es un vocero reconocido de los países en desarrollo y, al mismo tiempo, por su idioma, por el hecho de ser un país de habla hispana: el español se está transformando en uno de los idiomas más importantes. De modo que si la Argentina se sumara al proyecto sería un participante clave para difundirlo y tener una masa crítica que permita adoptarlo.
–¿Cómo surgió la idea de este Fondo?
–La idea original surgió hace seis o siete años, cuando trabajaba en el Instituto Nacional de la Salud en Washington, de un grupo que se armó con abogados, economistas, investigadores del campo de la Medicina. Ahora la estamos promoviendo políticamente.
–¿La plantearon en la Organización Mundial de la Salud?
–La OMS tiene un grupo de expertos que se reunió durante dos años para explorar nuevas formas de financiamiento de la salud. Evaluaron 90 propuestas. El Fondo fue una de las cinco propuestas elegidas como más promisorias.
–¿Cree que es posible implementarlo frente a la voracidad de la industria farmacéutica, que hasta ha sido acusada de inventar enfermedades con tal de ganar dinero?
–Pienso que sí, porque no es un sistema que perjudique a los laboratorios. Pueden elegir. Además, las compañías farmacéuticas tienen un problema de imagen, nadie las quiere, especialmente en el Hemisferio Sur. Esta es una oportunidad para mejorar su imagen sin perder dinero.
–¿Quiénes se han interesado hasta ahora por el Fondo?
–Estamos trabajando en veinte países clave. Hemos tenido más éxito al plantearlo en Europa, China e India. Se necesitan muchos gobiernos que pongan dinero. China e India están dispuestos a apoyarlo pero están esperando ver qué harán países europeos y americanos. El Partido Socialdemócrata alemán adoptó la propuesta e incluso ha puesto dinero para organizar una gran conferencia en marzo en Bruselas, donde está el corazón del gobierno europeo. El gobierno de Estados Unidos es más difícil que se interese. No suele apoyar iniciativas multilaterales.
–Otro de los tópicos que investiga es la justicia global. ¿A qué se refiere?
–Sí, empecé trabajando en filosofía política y después me dediqué a ese gran tópico. Es la evaluación moral de las instituciones que surgen a escala global. A partir de la globalización cada vez más el mundo está sujeto a reglas supranacionales, que son sumamente injustas. Las reglas de comercio, de inversión, sobre proteccionismo, el régimen de propiedad intelectual. A mediados de los ’90 se globalizó el sistema de propiedad intelectual y todos los países del sur fueron forzados a sumarse a una protección muy estricta de la propiedad intelectual. Esa fue una catástrofe para los pacientes pobres, porque se acabaron los genéricos de los medicamentos baratos.
–Otro de sus temas de estudio es el problema de la pobreza. Hay quienes sostienen que pobreza siempre hubo y siempre existirá. ¿Piensa igual?
–La pobreza se podría terminar fácilmente. Hoy la mitad de la población del mundo gana menos de 2,50 dólares por día. En realidad, están 40 por ciento lejos de alcanzar 2,50 dólares, es decir, se tienen que arreglar con 1,50 dólar por día. Lo que falta para que superen el umbral de los 2,50 –que es donde marca el Banco Mundial la línea de pobreza– es el uno por ciento de ingresos de la Humanidad. Transferir el uno por ciento del ingreso mundial terminaría con la pobreza. Si un país como EE.UU. redujera en un tercio su presupuesto bélico, sería suficiente. Hace 200 años se hubiera necesitado un porcentaje infinitamente mayor que ese uno por ciento. Es cierto, la pobreza siempre existió pero nunca fue tan escandalosa. Es interesante ver el problema de la pobreza desde una perspectiva de género. La mayoría de las personas pobres son mujeres. Las estadísticas lo ocultan porque dan por hecho que en un hogar todos reciben lo mismo, pero no es así. Por ejemplo, la comida no se distribuye de forma igualitaria: las mujeres comen menos, ellas comen después de que lo hacen sus hijos y el marido, y con frecuencia el acceso a la educación también es desventajoso para ellas. La mejor forma que se ha encontrado para erradicar la pobreza involucra a las mujeres: los microcréditos dirigidos a las mujeres son un muy buen camino y está demostrado que son mucho más efectivos para erradicar la pobreza que si se los dieran a los varones.