miércoles, 19 de marzo de 2008

Infidelidad, un defecto de hombresy animales

Tras el escándalo sexual


Otra mirada sobre el caso Eliot Spitzer

Uno podría acusar al ex gobernador neoyorquino Eliot Spitzer de muchas cosas por burlarse de la ley al pagar por los servicios de una prostituta bien cotizada: hipocresía, egomanía, impulsividad, autoindulgencia y hasta estupidez. Sin embargo, si algo faltó en la conducta de Spitzer fue la originalidad. Otros ya han hecho lo mismo antes, y no sólo machos alfa arriesgados y potenciados, o no, por la testosterona: muchas otras criaturas, cientos de otras especies, hembras y machos de cada rama taxonómica del gran árbol de la vida. La promiscuidad sexual se mantiene rampante en toda la naturaleza, mientras que la fidelidad verdadera es pura fantasía. Claro que hay una gran cantidad de animales cuyos machos y hembras se unen para tener crías, como los seres humanos, que desarrollan vínculos de larga duración y mutuo afecto. Y como lo descubrieron los biólogos con el uso de los análisis de ADN para determinar la paternidad de las crías en esos vínculos, la monogamia social rara vez está acompañada por la monogamia sexual, o genética. Al estudiar a las crías de cualquier especie, ya sean pájaros, ratones, simios, zorros o cualquier otra especie con vínculos de pares, entre el 10 y el 70 por ciento no sería del macho residente. Como dijo David P. Barash, profesor de psicología de la Universidad de Washington, en Seattle: "Los bebes tienen infancia; los adultos, adulterio".
El doctor Barash, que escribió El mito de la monogamia junto con su esposa, también psiquiatra, Judith Eve Lipton, citó una escena de la película El difícil arte de amar (1986), en la que un personaje muy parecido a Nora Ephron, la autora del libro que dio origen a la película, se queja ante su padre de las andanzas de su esposo y el padre insiste en que si lo que buscaba era fidelidad, debió haberse casado con un cisne. Pero ningún favor le habría hecho al personaje seguir ese consejo. "Ahora -dijo Barash-, sabemos que los cisnes también pueden engañar." En cambio, la heroína debería haber considerado la unión con un Diplozoon paradoxum , un diminuto parásito con forma de gusano que vive en las agallas de los peces de agua fría. "Los machos y las hembras se unen en la adolescencia; sus cuerpos se fusionan literalmente [para formar una X] y se mantienen fieles hasta la muerte -explicó-. Es la única especie que conozco que es 100% monogámica." La profesión más antigua... Ni siquiera "la profesión más antigua de la humanidad", que tanta importancia tuvo en el caso del ex gobernador Spitzer, es noticia.
Los seres no humanos también pagan a cambio de sexo. Según la revista Animal Behaviour , un equipo de investigadores de las universidades Adam Mickiewicz y de Bohemia del Sur logró describir las transacciones entre los alcaudones reales, vistosos pájaros predatorios con cabeza gris, panza blanca y cola negra, que, como en el 90% de las especies de aves, forman pareja para reproducirse. El alcaudón macho atrae a la hembra con regalos nupciales, como roedores, lagartijas, pájaros pequeños o grandes insectos, que inserta en espinas. Pero cuando el macho desea tener "sexo extramarital" le ofrece a la futura amante una presa mucho más grande que la que le da a su esposa.
Los investigadores hallaron que cuanto mejor es el obsequio, mayor es la posibilidad de que la hembra acepte un encuentro de una sola noche. En otro estudio publicado recientemente en la misma revista, llamado "Pagar por sexo en el mercado de formación de parejas de macacos", el doctor Michael D. Gumert, del Hiram College, detalla la investigación que realizó durante dos años sobre un grupo de macacos de cola larga que viven cerca del centro ecoturístico Rimba, en el Parque Nacional Tanjung Puting, en Indonesia. Gumert observó que los machos pagan por sexo con un tipo de moneda primate multipropósito: la limpieza. Mientras las hembras limpiaban a los machos y a otras hembras por motivos sociales y políticos, como reafirmar una amistad, y las madres limpiaban a sus crías para calmarlas e higienizarlas, cuando un macho adulto pasaba tiempo sacando parásitos de la espalda de una hembra adulta esperaba recibir una compensación sexual o, por lo menos, una prolongada inspección genital. Alrededor del 89% de los episodios observados en los que los machos limpiaban a las hembras, "estaban dirigidos a hembras sexualmente activas" con las que los machos querían aparearse, según explicó Gumert vía telefónica desde Singapur, donde trabaja en la Universidad Tecnológica de Nanyang. Los machos adaptan el hábito de la limpieza con fines económicos: pagan un precio más alto o más bajo según la disponibilidad y la calidad de la mercadería y la competencia con otros compradores. "Lo que me hizo pensar en el hábito de la limpieza como forma de pago fue observar cómo ésta cambiaba en distintas condiciones del mercado -dijo Gumert-. Cuando hay pocas hembras alrededor, el macho dedica más tiempo a la limpieza, mientras que cuando las hembras sobran, la duración de la limpieza disminuye." Pero aunque el adulterio es habitual y los animales lo practican en cuanto pueden, ninguna especie lo aprueba y hasta reaccionan con violencia, como el ser humano, ante la traición.
La mayoría de las hembras de los babuinos ha perdido media oreja o un pedazo de piel por la furia despertada por los celos de los machos de gran tamaño. Entre los cascarudos del naranjo, el macho suele intentar atraer a una o dos hembras más, pero lo hace con gran peligro. En un experimento con escarabajos que ya habían formado pareja, la hembra permaneció atada cerca del macho, que enseguida aprovechó la oportunidad para producir feromonas y atraer a nuevas hembras. Cuando los investigadores desataron a la hembra, ésta se lanzó contra el macho para golpearlo muy fuerte en el lomo. Y en el caso de la salamandra de espalda roja, los machos y las hembras celosos vigilan de cerca a su pareja y castigan la traición con amenazas, mordiscos y hasta la tan humana indiferencia.
Por Natalie Angier De The New York Times

No hay comentarios: